Vieira de Mello, un experimentado diplomático
El diplomático brasileño rechazó dos veces el puesto de la ONU en Irak
Sergio Vieira de Mello ocupaba el puesto de delegado de la ONU en Irak desde el pasado 23 de mayo. El diplomático brasileño contó con el apoyo de los Estados Unidos en su nombramiento y tuvo que abandonar temporalmente su puesto de Alto Comisario para los Derechos Humanos de la ONU para asumir sus nuevas funciones en Bagdad.
En el amplio currículum de Vieira de Mello, nacido el 15 de marzo de 1948 en Río de Janeiro, destacan sus intervenciones en la resolución de problemas internacionales desde que comenzara a trabajar para Naciones Unidas en 1969. Como diplomático, participó en varias misiones en Pakistán, Sudán, Chipre y Mozambique, y ocupó entre 1981 y 1983 la representación en América Latina del Alto Comisario de la ONU para los Refugiados (ACNUR).
En Camboya fue director de la sección encargada de la limpieza de minas y en el Líbano trabajó como asesor político de las tropas encargadas de mantener la paz. En la antigua Yugoslavia fue responsable de los asuntos civiles de UNPROFOR.
En octubre de 1999 dirigió la misión de la ONU en Timor Oriental. Allí demostró su estilo hábil y negociador, que le hizo heredar en julio de 2002 el puesto de una diplomática mucho más dura, Mary Robinson, al frente de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU.
A pesar de que Vieira de Mello no hablaba árabe y de que rechazó dos veces el cargo, sus estrechos lazos con Estados Unidos le acabaron convirtiendo en el responsable de la ONU en Irak el pasado 23 de mayo. Durante su etapa en Bagdad sus objetivos eran reestablecer la seguridad y favorecer la celebración de un referéndum o unas elecciones presidenciales o parlamentarias antes de finales de 2004.
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