Los rebeldes liberianos y las tropas leales a Taylor se dan la mano en un acto de reconciliación
Cuatro civiles han muerto por disparos mientras las fuerzas de paz intentan controlar la situación en Monrovia
Milicianos y tropas leales al Gobierno han silenciado sus armas y se han dado la mano en un acto de reconciliación nacional, a la espera de que el presidente de Liberia, Charles Taylor, dimita y salga del país camino del exilio a Nigeria, ha informado hoy la radio sierraleonesa.
El clima de tensión vivido en los últimos días en Monrovia, capital de Liberia, disminuyó considerablemente ayer, cuando milicianos del grupo rebelde Liberianos Unidos para la Reconciliación y la Democracia (LURD) cruzaron las líneas del frente en algunos de los puentes de la ciudad para saludar con un apretón de manos a las fuerzas leales a Taylor. Los rebeldes explicaron a sus adversarios que la guerra no es contra ellos, sino contra su líder, al que exigen que abandone el país y el poder inmediatamente.
Pese a estos gestos, al menos cuatro civiles han muerto esta mañana en los puentes que separan las posiciones de los rebeldes de las tropas gubernamentales, según ha informado Médicos sin Fronteras. El ministro liberiano de Defensa, Daniel Chea, asegura que no tiene constancia de estas muertes que supondrían un violación del alto el fuego firmado hace unos días.
El puerto de la capital, liberado
Para demostrar sus buenas intenciones los rebeldes han prometido a las fuerzas de paz de la Comunidad de Económica de Estados de Africa Occidental (CEDEAO) que las agencias humanitarias podrán hacer uso del puerto de Monrovia, en su poder, con el fin de poder entregar alimentos, medicinas y agua a la población de la capital, según informaron fuentes de la fuerza de la CEDEAO. Alrededor de un millón de personas necesitan ayuda urgente en la capital liberiana ya que los barcos no han podido atracar en el puerto desde que está controlado por las fuerzas del LURD.
Buena parte del éxito de este recién inaugurado proceso de paz depende de la actuación del presidente liberiano. Taylor anunció el pasado sábado que dimitirá el lunes y transferirá el poder a su vicepresidente, aunque su futuro exilio a Nigeria, país que medió especialmente en el conflicto, todavía es incierto.
Fuentes cercanas a la Presidencia liberiana han asegurado recientemente que el jefe de Estado "no viajará a Nigeria" hasta que el Tribunal Especial de Sierra Leona (TES), respaldado por la ONU, retire los cargos que pesan sobre él, por crímenes de guerra y contra la humanidad.
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