Bush pide apoyo a Europa para exigir a Irán que abandone su programa nuclear

El presidente de EE UU cierra el año político con un repaso a la crisis de Irak y la situación en Oriente Próximo

Madrid - 30 jul 2003 - 17:36CEST

El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, ha querido hoy pasar página a la situación de excepcionalidad creada por la guerra de Irak con una conferencia de prensa, la primera desde antes del conflicto, en la que, además de tratar como es habitual los puntos calientes de su política internacional, ha querido discutir los temas económicos y sociales internos que marcarán la carrera hacia las elecciones de 2004. La convocatoria sorpresa supone además el punto final del año político antes de que Bush marche de vacaciones a Tejas.

Hacia la democracia en Irak: Para Bush, la posguerra en Irak marcha por la senda correcta, tras la elección de un nuevo Gobierno, que prepara las bases para la celebración de unos comicios democráticos, y la pacificación del país que llevan a cabo sus tropas sobre el terreno. Bush ha vuelto a insistir en su discurso sobre Oriente Próximo: la caída del régimen de Sadam Husein ha iniciado una ola de libertad y democracia en la región que, a medida que se extienda, contribuirá a reducir el peligro de nuevos brotes terroristas como los del 11 de septiembre de 2001.

Sadam no volverá: Tras un breve discurso sin excesivas novedades, Bush ha respondido a las preguntas de los periodistas, centradas principalmente en la posguerra en Irak. El presidente estadounidense, tras recordar la importancia de que "los hijos de Sadam hayan sido llevados ante la justicia", ha querido poner el énfasis en que el régimen derrocado no regresará, pese a que el ex dictador no ha sido atrapado; en esta caza, según el presidente, "se está progresando aunque lentamente".

¿Dónde están las armas?: Preguntado sobre las armas de destrucción masivas del antiguo régimen iraquí, que justificaron la guerra de Irak pero que no acaban de aparecer, Bush ha pedido paciencia de nuevo, y ha confiado en que terminarán por encontrarse. Un periodista le ha cuestionado que metiera a su país en la guerra basándose en motivos tan endebles, pero él ha vuelto a insistir en que Sadam Husein tenía un programa de armamento que incluso usó contra su gente, y ha concluido que la Historia probará que su actuación fue la correcta.

La mentira del uranio de Sadam: Otro punto caliente para Bush es el tema de los supuestos intentos de compra de uranio a Niger por parte de Sadam Husein, difundidos por el presidente y probados falsos a la postre. El presidente ha asumido su responsabilidad sobre el desliz, que ha justificado por la necesidad de librar al mundo de Sadam Husein, y ha respaldado la labor de la asesora de Seguridad Nacional, Condoleezza Rice, en el punto de mira de los medios por esta cuestión.

Convencer a Irán con ayuda de Europa: Bush ha pedido el esfuerzo internacional, en particular el europeo, para acabar con la amenaza de que Irán siga la senda de Irak con su apoyo al terrorismo y la acumulación de armas de destrucción masiva. "La manera de convencer a Irán es unirse a otros países", "que el mundo se una", "para mandarle un mensaje", "para convencerle de que lo mejor para ese país no es desarrollar armas nucleares", ha señalado Bush. "Es muy posible que haya miembros de Al Qaeda en Irán, probablemente en la cárcel y no operando", ha añadido Bush, que preferiría que fueran expulsados del país. Además, el líder estadounidense ha querido recordar su apoyo al primer ministro palestino, con el que pretende sentar, junto a Israel, las bases de la paz en Oriente Próximo que asegure la creación de un Estado palestino en 2005.

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La marcha de la economía: Pero en un momento económico complicado, el líder estadounidense no ha querido olvidarse del flanco local de su lucha personal por la reelección en 2004. Bush ha anunciado medidas de apoyo a las familias, ha instado al Congreso a apoyar sus planes sociales y energéticos, y ha avanzado su intención de luchar por la recuperación económica del país y la creación de empleo. El repunte del déficit, que ha alcanzado niveles históricos, lo ha explicado Bush precisamente como consecuencia, al 50%, de la guerra contra el terrorismo y la rebaja de impuestos aprobada por el Gobierno para impulsar la economía.

Alarma por Al Qaeda: Las preguntas de los periodistas le han permitido a Bush volver a recalcar la importancia de seguir luchando contra el terrorismo internacional, un día después de que los medios estadounidenses publicarán un informe interno de las autoridades aéreas en el que se alerta sobre el peligro de nuevos ataques con aviones secuestrados en EE UU y Europa. Así, Bush ha explicado algunas medidas (más controles a los pasajeros, entre otras) a tomar en colaboración con otros países, para luego pedir un momento para hablar sobre Al Qaeda. El líder estadounidense ha señalado que se está descabezando a la red terrorista responsable de los atentados del 11-S en Washington y Nueva York.

La relación con Arabia Saudí: La de hoy ha sido la primera conferencia de prensa que convoca Bush desde el pasado 6 de marzo, 13 días antes de que anunciara el comienzo de la guerra de Irak. Esta comparecencia ante los medios se produce en un momento muy delicado de la política internacional estadounidense: Bush anunció ayer que, pese a las presiones de Arabia Saudí, mantendrá en secreto 28 páginas de un informe sobre los errores de los servicios secretos en el 11-S. A ese respecto, Bush ha vuelto a explicar que no cedió a los requerimientos saudíes para no revelar datos que podrían dañar la guerra contra el terrorismo en un momento en el que renacen las amenazas de atentados contra el país. Las autoridades saudíes reclamaron la revelación de esos documentos secretos después de que se filtrara que en ellos se ligaba al Gobierno de ese país con los terroristas de Al Qaeda.

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