El Pentágono renuncia a crear un mercado de apuestas sobre atentados y golpes de Estado
El Senado bloquea poco antes de su puesta en marcha la iniciativa, "tan absurda que parece un bulo"
No son pocos los que apostarían su vida a que Estados Unidos juega con el destino del planeta como un niño con canicas. El Pentágono planeaba para darles la razón crear un mercado bursátil en el que los inversores pudieron apostar sobre futuros ataques terroristas, golpes de Estado o magnicidios, tal y como si apostaran por el precio que tendrán en otoño las naranjas de Ohio.
El procedimiento ideado es sencillo: igual que los británicos apuestan sobre las posibilidades que tiene el Real Madrid de ganar la Copa de Europa, los inversores que entraran en el mercado virtual del Pentágono podrían tratar de adivinar qué probabilidad hay de que un misil norcoreano destruya Nueva York, un ataque bioterrorista devaste Jerusalén, o la familia real saudí sea derrocada.
La idea ha sido de una agencia militar estadounidense, en concreto de la DARPA (Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada para la Defensa), que a la sazón fue la que, hace tiempo ya, propuso espiar a todos los estadounidenses para controlar el riesgo de que se tornarán algún día terroristas sanguinarios. Sin embargo, el proyecto ha sido cortado de raíz poco después de nacer por el Senado y con el visto bueno del Pentágono, según ha confirmado al diario The New York Times el senador republicano John W. Warner.
Juegue en Internet
Eso sí, la página web del proyecto sigue en Internet, en concreto en http://www.policyanalysismarket.org/pam_home.htm. El bautizado como Mercado de Futuros de Oriente Próximo, la última iniciativa del Pentágono para tratar de prever los ataques terroristas, ha sido tachado de repugnante y grotesco por los demócratas. De hecho, algunos senadores han afirmado que la idea les parece tan absurda que costaría hacer creer a la gente que no se trata de un bulo. Pero no lo es: el Gobierno de George W. Bush había solicitado una partida presupuestaria de ocho millones de dólares para sacar adelante el proyecto.
Antes de aceptar que vuelva al cajón de los proyectos irrealizables, el Pentágono defendió la idea porque podía ser útil para prevenir atentados, y al fin y al cabo no tiene mucho más intríngulis que intentar adivinar el precio del petróleo, el resultado de unas elecciones o cuál será la canción del verano.
La muerte de Blair
Si se dan prisa puede que aún lleguen a leer un ejemplo de cómo hubiera funcionado este proyecto, puesto que el Pentágono ha advertido de que en breve retirará la página web de Internet. Por si acaso, valga de muestra este ejemplo: el inversor se registra y mete dinero en una cuenta para poder apostar. A partir de ahí, todo depende de él: si cree que el primer ministro británico va a ser asesinado, puede comprar valores que, en caso de cumplirse su vaticinio, se convertirán en dinero en efectivo en su cuenta. Eso sí, como en todas las apuestas, un caballo ganador no te hace rico: predecir la caída de un Gobierno bananero no se paga tan bien como la del Ejecutivo alemán, puesto que, cuántas menos personas compartan su opinión, mejor resultado le dará la inversión.
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