Francia elige a Woody Allen como 'embajador' para recuperar su imagen en EE UU

En el último filme de Woody Allen, Un final made in Hollywood, la película de un cineasta ciego denostada en EE UU es acogida con entusiasmo por el público francés. La historia refleja el aprecio extraordinario que Europa tiene al director neoyorquino y que ha hecho que el Gobierno francés le haya elegido para mejorar la deteriorada imagen de su país en EE UU.

En un videoclip titulado Let's fall in Love again (Enamorémos de nuevo), en el que participan además Boulud, Wynton Marsalis y George Plimpton, la oficina de Turismo de Francia anima a los estadounidenses a visitar el país.

"Recientemente ha habido mucha controversia… pero espero que los dos países puedan comenzar a reconstruir lo que ha sido una gran amistad y, esperémoslo, un gran porvenir en el que nadie sea mezquino", afirma el director estadounidense en la cinta, difundida por la página web de la Maison de la France (Casa de Francia).

Las referencias al conflicto de Irak son evidentes en el anuncio promocional. Durante el mismo, en EE UU se lanzó una campaña contra el queso y el vino francés y en el Congreso las french fries (patatas fritas) fueron bautizadas como freedom fries (patatas libertad).

"Yo nunca hubiera dicho freedom fries en lugar de french fries y cuando abrazo a mi mujer nunca le daré un freedom kiss (beso de libertad), sino siempre un french kiss (en inglés, beso en la boca)" asegura en el video el genial director.