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CUMBRE DE EVIAN | Las conclusiones

El G-8 aboga por las reformas sociales para recuperar la senda del crecimiento económico

La brecha abierta tras la crisis de Irak no impide a los potencias ponerse de acuerdo en asuntos como la lucha contra el terrorismo y la ayuda al Tercer Mundo

"Una cumbre de responsabilidad y solidaridad". Con estas palabras, el anfitrión del encuentro anual del G-8, el presidente francés Jacques Chirac, ha resumido "el espíritu de diálogo y confianza" que ha presidido las reuniones en Evian tras la profunda brecha abierta entre Europa y EE UU por la crisis de Irak. En sus conclusiones, "coherentes y sin divisiones", las grandes potencias apuestan por una pronta recuperación económica y renuevan su propósito de fomentar el desarrollo de los países más pobres del planeta. También hay referencias expresas al terrorismo internacional, el nuevo "desafío" del siglo XXI.

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En el texto final, el G8 asegura que lo peor de los riesgos para sus economías ya ha pasado, puesto que hay base para una recuperación que prevé se confirme en el segundo semestre de 2003, pero ha hecho un llamamiento a favor de unas reformas estructurales que considera imprescindibles para obtener crecimiento.

Entre estas reformas, los líderes del G8 han destacado la de los mercados laborales, de productos y de capitales, con una mención a las reformas necesarias de los sistemas de jubilación y de asistencia sanitaria, debido al progresivo envejecimiento de la población. No obstante, en sus conclusiones, el G8 ha evitado referirse a la cuestión de los tipos de cambio, un asunto que, como ha dicho el primer ministro canadiense, Jean Chretien, "compete a los mercados".

Sobre desarrollo, el G8 ha abordado los objetivos acordados el año pasado en Johanesburgo y ha resumido lo que sus líderes pretenden hacer en la cooperación con África, lucha contra el hambre, mejora del acceso al agua potable, financiación del combate contra el sida o tratamiento de la deuda de países pobres.

En la lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria han prometido una "participación activa", sin precisar con qué aportaciones concretas, en la conferencia de julio próximo en París y sólo han manifestado su apoyo al acceso de los países pobres a medicamentos y tratamientos "a precios asequibles".

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Una autoridad conjunta contra el terrorismo

Los países más poderosos dieron ayer un paso importante en la lucha contra el terrorismo con la aprobación de una autoridad conjunta, Grupo de Acción, para coordinar sus medios en ese combate. El G-8 puso especial acento en el peligro que supone la red Al Qaeda. El nuevo organismo ayudará a reforzar las capacidades en cada país, mediante la aportación de dinero y personal, con el objetivo declarado de desmantelar completamente Al Qaeda.

En ese empeño, las potencias reforzarán las medidas de seguridad en el transporte marítimo y aéreo, tratarán de evitar que se empleen misiles portátiles contra aviones civiles y reiteraron que pondrán los medios para impedir que los terroristas puedan hacerse con armas de destrucción masiva.

Chirac, acompañado del canadiense Jean Chretien y del ruso Putin saludan a los medios al final de la cumbre.
Chirac, acompañado del canadiense Jean Chretien y del ruso Putin saludan a los medios al final de la cumbre.AP

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