Washington y Pyongyang rompen las negociaciones sobre el programa nuclear norcoreano
Corea del Norte reconoce que tiene armas nucleares y exige ayuda económica y un tratado de no agresión para descativa la crisis
Las conversaciones para buscar una salida a la crisis en la península de Cora emprendidas por Estados Unidos y Corea del Norte el pasado 23 de abril en Pekín terminaron ayer abruptamente, un día antes de lo previsto, tras la afirmación de Pyongyang de que ya tiene armas nucleares -dos bombas atómicas, según la opinión de la inteligencia estadounidense-. A pesar de todo, la Casa Blanca sigue confiando en una salida diplomática, según ha afirmado su secretario de Estado, Colin Powell.
"Corea del Norte no debería abandonar la reunión de Pekín con la impresión de que EE UU será intimidado por declaraciones belicosas o por amenazas", ha añadido Powell. Según fuentes diplomáticas estadounidenses presentes en las conversaciones, las palabras de Corea del Norte que dieron al traste con la negociación fueron: "Tenemos bombas nucleares, ¿Qué vais a hacer al respecto?", a lo que un diplomático de EE UU ha contestado: "Nos han dicho lo que siempre hemos sabido, que tienen armas. No nos sorprende, nosotros lo hemos dicho muchas veces. Ahora son ellos quienes lo admiten".
Los servicios de inteligencia estadounidenses creen que el régimen de Pyongyang tiene al menos dos bombas nucleares y que su estructura industrial podría permitir la fabricación de otras cinco o seis más si las instalaciones se dedican exclusivamente a fines militares. Hasta ahora, el Gobierno de Pyongyang había afirmado que su programa nuclear tenía como objetivo la producción de energía eléctrica.
"Regreso al juego del chantaje"
En un comunicado difundido a través de la agencia oficial KCNA, el Gobierno norcoreano ha manifestado esta mañana que el conflicto con EE UU seguirá "hasta que Washington deje su política agresiva y hostil". Pyongyang afirma que ha trasladado a EE UU una fórmula "audaz" para desactivar la crisis, iniciada en octubre con la reactivación del programa nuclear norcoreano: la firma de un tratado de no agresión. De no responder a esta exigencia, el Gobierno norcoreano consideraría oportuno reforzar su portencial militar de "disuasión".
Por su parte, el presidente de EE UU, George W. Bush, ha señalado en respuesta al fin fr las conversaciones que el régimen de Corea del Norte "regresó al viejo juego del chantaje". Bush, en una entrevista concedida a la cadena estadounidense NBC, ha indicado que está impaciente por conocer la reacción de China tras haber sido "desairada" por Pyongyang en Pekín, ya que creía que "la península (coreana) no debía tener armas nucleares". "No nos dejaremos amenazar", ha concluido Bush.
Sin embargo, China, Japón y Corea del Sur han encajado la noticia con cautela y silencio. Según fuentes oficiales, Tokio recibió las informaciones al respecto, pero tanto el ministro portavoz Yasuo Fukuda, como la canciller Yoriko Kawaguchi, han declinado hacer comentarios. Así, Kawaguchi únicamente ha comentado que la península coreana debía estar libre de armas nucleares y Fukuda ha afirmado que espera la llegada, mañana, del negociador estadounidense, el subsecretario de Estado James Kelly. Por su parte, Seúl estudia la veracidad de la noticia, difundida por los medios estadounidenses.
Tratado de no agresión para desactivar la crisis
El Gobierno norcoreano ha manifestado hoy que el conflicto con EE UU seguirá "hasta que Washington deje su política agresiva y hostil", lo que indica que el diálogo mantenido por los dos gobiernos en Pekín, con mediación china, acaba sin resultados.
En un comunicado difundido a través de la agencia oficial KCNA, el Gobierno de Pyongyang señala que Corea del Norte ha pedido en las negociaciones a Estados Unidos la firma de un tratado de no agresión para desactivar la crisis, iniciada en octubre con la reactivación del programa nuclear norcoreano.
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