_
_
_
_
MAGNICIDIO EN BELGRADO

Belgrado acusa a un grupo mafioso del asesinato de Djindjic y detiene a más de 200 sospechosos

El primer ministro serbio cayó abatido por las balas de un francotirador ayer, tras haber sufrido un atentado fallido hace dos semanas

El Gobierno serbio ha acusado al clan mafioso de Zemun, dirigido por el ex policía Milorad Lukovic Legija, del asesinato en el mediodía de ayer de Zoran Djindjic, primer ministro del país, y ha detenido a más de 200 personas relacionadas directa o indirectamente con este grupo, uno de cuyos integrantes, Dejan Milenkovic, ha sido identificado como uno de los implicados en el magnicidio de ayer y como autor del atentado fallido contra Djindjic el pasado 21 de febrero.

No obstante, el jefe de la policía de Belgrado, Milan Obradovic, ha reconocido que las tres personas que tuvieron participación material en el crimen perpetrado ayer aún no han sido identificadas ni detenidas.

Más información
Occidente pierde al principal valedor de la política reformista en Serbia
Descubren el cadáver de un ex presidente serbio secuestrado en 2000

En el atentado fallido perpetrado contra Djindjic en febrero, el conductor del camión que intentó embestir el coche del primer ministro fue detenido e identificado como miembro del clan de Zemun, un grupo policial anulado por Djindjic, que en tiempos del ex dictador serbio Slobodan Milosevic realizaba trabajos sucios para el régimen.

Dos balas de un francotirador

Ayer, un francotirador disparó dos balas desde un edificio del centro de Belgrado cuando Djindjic, de 51 años, salía de su coche camino de la sede del Gobierno para dirigir una reunión del Ejecutivo, a su cargo desde el 25 de enero de 2000. Los disparos, efectuados a las 12.25 con un arma empleado habitualmente por el Ejército (un fusil de alta precisión del calibre 12,7 milímetros), hirieron de muerte al político, que falleció en la mesa de operaciones una hora y media después.

La presidenta interina de Serbia, Natasa Micic, proclamó el estado de excepción tras el asesinato, según el cual el Ejército asume las competencias en materia de seguridad que habitualmente tiene la fuerza policial y quedan prohibidas las huelgas, protestas ciudadanas y reuniones masivas. Micic ha declarado: "Este acto criminal es un intento de detener la lucha contra la delincuencia organizada, la democracia y las reformas en el país, nuestro retorno a la comunidad internacional y poner en peligro la estabilidad no sólo de nuestro país, sino de toda la región".

Sin presidente ni primer ministro electos

El atentado se produce en una situación política muy delicada, en pleno proceso de asentamiento de las instituciones de Serbia y Montenegro, que sustituyó el 4 de febrero a la antigua Yugoslavia. Parte de su territorio, Kosovo, sigue estando bajo administración internacional, y el país no tiene presidente porque ha habido dos elecciones anuladas por falta de quórum. El anterior presidente, Milan Milutinovic, está a disposición del Tribunal de La Haya para los crímenes en la antigua Yugoslavia.

Zarko Korac, uno de los seis vicepresidentes del Ejecutivo, declaró ayer que "el mayor grupo del crimen organizado en el territorio de la ex Yugoslavia" no solamente organizó el asesinato de Djindjic, sino también el secuestro y probable asesinato de Ivan Stambolic, ex presidente serbio -derrocado por Milosevic en 1991-, quien se encuentra desaparecido desde el 25 de agosto del 2000.

Tanto la mafia, a la cual Djindjic había declarado la guerra, como ex miembros de la fuerza policial y de varios grupos paramilitares tenían motivos muy claros para la liquidación de Djindjic, quien recientemente había impulsado a su Gobierno a adoptar una serie de medidas drásticas para la lucha contra el crimen organizado, como la habilitación de un fiscal especial con facultades similares a las que tiene el FBI en la lucha contra la mafia.

Un hombre deposita una corona de flores en el lugar donde ayer cayó asesinado Zoran Djindjic
Un hombre deposita una corona de flores en el lugar donde ayer cayó asesinado Zoran DjindjicAP
Un hombre llora frente al Parlamento al conocer la noticia del asesinato.
Un hombre llora frente al Parlamento al conocer la noticia del asesinato.AP

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_