Una ministra británica amenaza con dimitir si Londres entra en guerra sin la ONU

El primer ministro británico, Tony Blair, afronta hoy una crisis de Gobierno después de que su ministra de Cooperación Internacional, Claire Short, amenazara anoche con dimitir si el Reino Unido entra en guerra con Irak sin mandato de la ONU. La amenaza de dimisión, que ha pillado por sorpresa a Blair, se suma al abandono de un diputado laborista que asesoraba al Gobierno.

En una entrevista con la BBC, Short anunció a última hora del ayer que abandonará su puesto en caso de que este país participe en una intervención militar sin mandato de Naciones Unidas y acusó a Blair de actuar de forma "temaria" en la crisis iraquí. "Si no hay autorización de la ONU para una acción militar... yo no defenderé una violación de la legislación internacional o un menoscabo de las Naciones Unidas y dimitiré del Gobierno", dijo la titular de Cooperación Internacional.

Short subrayó que ha llegado la hora de que el Gobierno británico ponga "las cartas sobre la mesa" y revele sus verdaderas intenciones en la crisis iraquí, pues su forma de afrontar el problema es "temeraria para su propio futuro, posición y lugar en la historia".

Los asesores, en pie de guerra

Las inesperadas declaraciones de la ministra, el primer miembro del Ejecutivo británico que amenaza con la dimisión por discrepancias sobre Irak, han pillado por "sorpresa" al propio Blair, según ha confirmado esta mañana un portavoz de su despacho oficial de Downing Street. Además, la reacción de Short, según el portavoz, supone una "distracción en un momento en que el primer ministro está esforzándose tanto por conseguir una segunda resolución" de la ONU que avale una guerra en el Golfo Pérsico.

Horas antes del pulso de Short, el diputado Andrew Reed confirmó que dimitía como asesor de la ministra británica de Medio Ambiente, Margaret Beckett, y que su decisión tenía que ver con la posible intervención británica en una guerra contra Irak. De esta manera, Redd se convirtió en el primer político que dimite como alto funcionario en el Gobierno británico debido a la crisis iraquí y puede no ser el último, pues otros tres parlamentarios -Anne Campbell, Michael Jabez Foster y Tony Wright- con cargos similares han hecho la misma advertencia.

Mientras continúa la ofensiva diplomática de Londres para lograr una segunda resolución de la ONU, Blair ha prometido que el Parlamento podrá emitir un voto sobre su posición en la crisis iraquí. Pero si el Reino Unido no consigue esa aprobación de Naciones Unidas, la rebelión laborista que se produjo hace dos semanas en la Cámara de los Comunes -121 diputados laboristas votaron contra las tesis del Gobierno sobre Irak- podría agravarse y afectar a la mitad de los 410 parlamentarios que tiene el partido de Blair.