El Senado de EE UU elige al republicano centrista Bill Frist como su nuevo líder
El nombramiento cierra la controversia creada por el comentario segregacionista que costó el cargo a Trent Lott
Los senadores republicanos han elegido a Bill Frist como su nuevo líder en la Cámara Alta para dar por zanjada la controversia creada por el comentario segregacionista de Trent Lott, que le costó el cargo. A pesar de ser un senador relativamente nuevo, Frist ha alcanzado la máxima posición en la Cámara Alta del Congreso después de que dirigiera con éxito la campaña para arrebatar el control del Senado de manos demócratas en las pasadas elecciones.
Con la elección de Frist los republicanos quieren dar por zanjada la controversia creada por Lott cuando dijo, el día 5, que el país estaría mejor si el entonces segregacionista Strom Thurmond hubiese sido elegido presidente en 1948. "Nadie se sintió bien por lo que ha pasado en las últimas semanas. Ha sido muy difícil para todos los miembros" republicanos de la Cámara Alta, dijo Rick Santorum, senador por Pensilvania, al término de la conferencia en la que salió elegido Frist. "Todos se dieron cuenta de que el senador Lott tomó la decisión adecuada".
"Debemos dedicarnos a sanar esas heridas (...) que han sido reabiertas de forma tan prominente en las últimas semanas", afirmó Frist. El nuevo líder de la Cámara Alta, cirujano de 50 años, se incorporó al Senado en 1994 en representación de Tennessee, y tiene una relación cercana con la Casa Blanca. Tras su nombramiento, ha declarado que aceptó "la responsabilidad con un sentido profundo de humildad" y ha señalado como sus prioridades la creación de puestos de trabajo y la mejora del sistema de salud.
Charles Jones, un analista político de la Universidad de Wisconsin, describe a Frist como un "centrista" que es respetado tanto por sus correligionarios como por sus oponentes políticos.
El estado actual del Senado
La debilidad de la mayoría republicana en el Senado -el partido de Bush tiene 51 escaños de los 100 de la cámara- exigirá de Frist grandes dotes de negociación. Se necesitan 60 votos para aprobar la mayoría de las leyes y además algunos senadores republicanos como John McCain (Arizona) o Arlen Specter (Pensilvania) frecuentemente se saltan las recomendaciones del partido y votan de forma independiente.
Por primera vez los republicanos eligieron a su líder por teléfono, pero la celeridad era necesaria porque la tormenta política que obligó a Lott a renunciar amenazaba con extenderse al resto del partido. Mantener a Lott en su puesto ponía en peligro la imagen de conservadurismo "compasivo" que el Partido Republicano quiere proyectar para ganarse el centro político del electorado y el apoyo de las minorías. Sólo un 9% de los negros del país votaron por George W. Bush en 2000.
Pero tanto las organizaciones de derechos civiles como los demócratas desean que el tema del racismo siga candente. La Conferencia de Líderes Cristianos del Sur, una asociación negra de defensa de los derechos civiles, quiere que con la renuncia de Lott no se dé el tema por zanjado y espera que, en adelante, los republicanos presten "más atención a temas que afectan a las minorías", ha declarado su portavoz Sheree Bowman.
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