El cara a cara del golpista y el millonario
Gutiérrez aspira ahora a entrar en el palacio presidencial por la puerta grande mientras Noboa acaricia el mayor sueño de su vida
Ecuador, un país con un 10% de emigrantes y el 70% de la población sumida en la pobreza, tendrá que elegir a su presidente en segunda vuelta el 24 de noviembre entre dos hombres radicalmente opuestos: el ex coronel rebelde Lucio Gutiérrez y el multimillonario de la industria bananera Álvaro Noboa. Los dos han intentado llegar al poder anteriormente, el primero a través de las armas y el segundo, por las urnas.
El más votado ha sido Gutiérrez, que integró un efímero triunvirato que derrocó al entonces gobernante Jamil Mahuad y podría entrar en el Palacio Presidencial de Carondelet por la puerta grande. El ex coronel, que dejó su brillante carrera militar para pasar a la arena política con su propio grupo, el Partido Sociedad Patriótica 21 de Enero, llegó a las elecciones apoyado por los movimientos sociales y los indígenas y sus resultados han sido toda una sorpresa.
Las declaraciones del ex militar respecto a su papel en el derrocamiento de Mahuad son contradictorias, pues aunque dice que no participó directamente un golpe de Estado, durante su campaña se afanaba en calificarse como "el golpista". Aunque está alejado de la milicia, Gutiérrez subraya su origen vistiendo al estilo militar. Su estilo populista y su pasado militar hace que sea comparado a menudo con el presidente venezolano, Hugo Chávez, a quien admira, pero ha pedido que no se le estigmatice pues las dos naciones viven realidades diferentes.
En la corta campaña, Gutiérrez ha demostrado madurez ante el público y del eufórico candidato de las primeras semanas queda ahora un moderado aspirante que ofrece conciliación y diálogo. El ex coronel, de 45 años, que está casado y tiene dos hijas, es un gran deportista y se graduó con el Escuela Superior Politécnica del Ejército con el mejor promedio. Gutiérrez asegura que, de llegar al poder, promoverá una Ley Anticorrupción, la reducción de diputados y la descentralización y que renegociará la abultada deuda externa con el FMI a través de un Frente Latinoamericano.
"Un empresario presidente"
Por su parte, el multimillonario Álvaro Noboa, que heredó una gran fortuna y lidera más de cien empresas, ve cada vez más cerca el cumplimiento de su mayor sueño: ser presidente. Noboa intenta por segunda vez ganar la presidencia con el Partido Renovador Institucional Acción Nacional (PRIAN), tras su frustrado intento en segunda vuelta en 1998, cuando perdió frente a Mahuad en medio de denuncias de fraude electoral. Noboa nació en 1950 en la ciudad portuaria de Guayaquil y es hijo del que fuera uno de los hombres más ricos de Ecuador, por cuya herencia, valorada en 1.200 millones de dólares, mantiene con sus hermanos disputas legales en Ecuador, EE UU y el Reino Unido. Está casado y tiene tres hijos.
Abogado de profesión, estudió en un "aula para futuros reyes y magnates" en Suiza, presume de tener amigos influyentes como los Kennedy y reconoce haber acumulado una fortuna personal de más de 200 millones de dólares en empresas financieras, bananeras y medios de comunicación. Noboa asegura que no le obsesiona el poder ni económico ni político. "Soy un hombre que tiene muchas empresas. Si gano las elecciones, seré un empresario presidente".
Noboa da "gracias infinitas a su padre, su madre y a Dios" por haber nacido en cuna de oro, y recuerda que su progenitor siempre le inculcó la importancia del trabajo. Recuerda también que sólo ejerció un cargo público durante la corta administración de su ex amigo Abdalá Bucaram, cuando fue presidente de la Junta Monetaria, que recibió con una reserva monetaria internacional de 1.300 millones de dólares y en algo menos de cinco meses la dejó en cerca de 2.000 millones.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.