Un voto vale 15 euros

Los 115 millones de brasileños obligados por ley ha acudir a las urnas votaron ayer a través de 406.ooo aparatos electrónicos parecidos a un despertador. En lugar de meter su papeleta en una urna, los ciudadanos debían teclear en estas terminales el número de su candidato. Entonces, en la pequeña pantalla del aparato aparecía la foto del político, y el votante sólo tenía que apretar un botón para otorgarle su apoyo. Así, las posibilidades de fraude electoral se han reducido al mínimo, según el Gobierno, pero no así la picaresca y los detenidos bajo esta acusación, que ayer fueron miles en todo el país.

La Junta Electoral que vela por la buena marcha de los comicios ordenó la captura de centenares de ciudadanos por realizar encuestas a pie de urna sin permiso. Además, otros tantos fueron detenidos acusados de comprar votos, por un precio no superior a los 15 euros por sufragio.

En Londrina, la segunda mayor ciudad del sur del país, la policía capturó a un seguidor de un diputado regional, que admitió a los agentes haber pagado 60 reales (15 euros) por cada voto a favor de su candidato. En Sao Paulo fueron 342 los detenidos por este motivo. En el estado de Mato Grosso del Sur los votos valen algo menos que en Londrina, 40 reales (10 euros), o al menos eso es lo que pagaban las siete personas detenidas allí por tratar de comprar sufragios. Además, en Maracanaú, en el estado de Ceará, los agentes detuvieron al alcalde de la ciudad por participar en una operación para comprar votos.

Policías detenidos por fraude

Aparte de políticos, también han sido detenidos agentes de las fuerzas del orden, como el comandante de la policía militar Walcyr Santos, acusado en Amapá, al norte del país, de no intervenir para frenar el transporte ilegal de electores a la capital del estado. Por si fuera poco, la policía se incautó en ese lugar de una bolsa con un millón de reales (260.000 euros) que iban a servir para comprar votos, según fuentes oficiales. Y otros 107.000 dólares llevaba un ex coronel de la policía militar capturado en el estado de Maranhao para este fin.

Además de por comprar votos o por realizar encuestas ilegales, también se han sido producido detenciones por hacer campaña en el día de la votación, actividad prohibida por las leyes brasileñas. De hecho, en el estado de Sao Paulo fueron arrestadas diez personas por hacer propaganda de José Serra en el mismo centro de votación.