Otros cuatro argelinos aseguran que fueron torturados por Le Pen en 1957

Cuatro argelinos aseguran haber sido en 1957 por un grupo de soldados franceses, durante la guerra de Argel. Esta noticia, publicada por el diario francés Le Monde, que cada poco tiempo desvela episodios de guerra sucia ocurridos durante la contienda que traumatizó a Francia, no merecería grandes titulares, si no fuera porque, según los denunciantes, a los soldados los comandaba el entonces teniente y ahora líder del Frente Nacional (FN), Jean Marie Le Pen.

Las declaraciones se suman a la denuncia anterior de otro compatriota que recientemente denunció haber sido testigo de cómo Le Pen y sus hombres torturaron hasta la muerte a su padre. El líder del FN ha negado haber practicado la tortura en la guerra de Argelia y ha anunciado su intención de denunciar al rotativo por difamación.

Esta noticia viene a animar el hasta ahora tranquilo panorama de las elecciones legislativas francesas, que se celebrarán el próximo domingo, donde la izquierda y la derecha piden el "voto útil" para evitar sorpresas desagradables. Estos llamamientos parece que empiezan a calar en los más de 40 millones de franceses que están llamados a la urnas, según un reciente sondeo, ya que más del 60% de los encuestados aseguraban que votarán "útil" el domingo.

Mayoría o cohabitación

Los franceses deben decidir dentro de seis días si le dan una mayoría parlamentaria conservadora al presidente, el neogaullista Jacques Chirac, o si renuevan por cinco años más su cohabitación forzada con la izquierda.

Las encuestas, mientras, dibujan un hemiciclo ocupado por una mayoría de derechas, al tiempo que el último sondeo da al Gobierno del centrista Jean-Pierre Raffarin, un índice de popularidad envidiable. Esa imagen favorable del Ejecutivo y, en especial, de Raffarin (57% de buenas opiniones, frente a 19 negativas) supone una preciosa baza para las Legislativas.

Su primer objetivo es evitar dar pasos en falso para conseguir ganar las elecciones el día 16, pero hasta entonces tiene asuntos sobre la mesa que requieren su mediación. Los más importantes, el conflicto de los médicos que reclaman una revalorización del precio de consulta, así como las presiones de los sindicatos y de la izquierda para que proceda a una subida del salario mínimo.