El Gobierno y las FARC salvan el proceso de paz

El presidente Pastrana abrió ayer la última posibilidad de solución a la crisis al señalar al grupo insurgente que pueden salvar el proceso antes de que venza el término que corre actualmente, si hacen una declaración manifiesta y clara sobre si consideran "que existen las garantías para continuar en la negociación".

También exige que expresen si "van a cumplir su palabra de llegar a acuerdos concretos de cese del fuego y hostilidades, incluido el secuestro, los ataques a la población civil y la destrucción de la infraestructura".

La Comisión Facilitadora, que fue creada el pasado 9 de marzo en cumplimiento del Acuerdo de Los Pozos, está integrada por Canadá, Suecia, Cuba, Noruega, España, México, Francia, Italia, Suiza y Venezuela.

El diálogo "avanza bien"

Pese al clima prebélico, las FARC habían mostrado por la tarde (hora española) un moderado optimismo sobre el resultado de las conversaciones que mantienen con delegados internacionales y la Iglesia Católica. "Avanzan bien", ha destacado de manera escueta su portavoz Raúl Reyes. Fruto de este entendimiento ha llegado el principio de acuerdo de esta misma noche.

"No hablemos de humo, pero hay viento", había añadido Reyes, en un intermedio del diálogo, en alusión al avance de las negociaciones.

A las 21.30, hora local (3.30 hora peninsular), vencía el ultimátum del presidente colombiano, Andrés Pastrana, para que las FARC abandonaran la zona desmilitarizada al sur del país, en caso de que no se hubiese llegado a un acuerdo con el Gobierno.

Incertidumbre en la zona neutral

Mientras tanto, hacia la periferia de los 42.139 kilómetros cuadrados de los cinco municipios, que desde 1999 sirvieron de escenario para las frustradas negociaciones de paz, han sido desplazados unos 10.000 soldados que, según fuentes castrenses, están listos para entrar en cuanto lo ordene el presidente colombiano.

El comandante de las Fuerzas Militares, general Fernando Tapias, ha garantizado a los habitantes de la zona de distensión el respeto de los derechos humanos y el normal desarrollo de sus actividades. "Tendrán mayores garantías, ese es el compromiso del presidente y por esa razón se ha dado un plazo para que la guerrilla abandone la Zona de Distensión y la población civil no se vea sometida a ningún tipo de enfrentamiento", ha explicado.

Sobre los preparativos militares, Tapias ha señalado que las operaciones buscan dar seguridad a la población civil e impedir que fuerzas extrañas 'enturbien' o pongan en peligro la operación.