El estadounidense talibán califica de "error" el motín de Mazar-i-Sharif

"Fue un error provocado por un puñado de personas que rompieron el pacto de rendición, un pecado especialmente detestable en tiempos de guerra. Yo no participé, pero sí estaba en el sótano, en donde se produjeron la mayoría de las muertes". En una entrevista realizada por la CNN a inicios de diciembre, John Walker, el estadounidense que luchó junto a guerreros talibanes, ha desvelado algunos de los puntos oscuros de lo que ocurrió durante el motín de Mazar-i-Sharif.

Cientos de talibanes murieron allí a finales de noviembre masacrados por la Alianza del Norte y por los bombardeos estadounidenses, tras rebelarse y atacar con granadas a sus captores en la cárcel de la ciudad afgana.

Walker, de 20 años, se encontraba herido en la pierna por una granada en el momento de la entrevista. El estadounidense formaba parte de Ansar, un grupo de combatientes de habla árabe financiado por Osama Bin Laden y encargado de la defensa de Kunduz.

Según cuenta el estadounidense, a finales de noviembre los guerreros decidieron rendirse al general de la Alianza del Norte, Rashid Dostum. Entonces, fueron conducidos a pie hasta Herat, a más de 150 kilómetros de distancia, "en un estado psicológico terrible".

Pese a que los antitalibanes les exigieron que entregaran las armas, muchos combatientes guardaron sus granadas escondidas entre las ropas, explosivos que luego emplearon en el motín. "Nada más bajar del camión al llegar a la cárcel, hicieron estallar una granada".

Agua helada y gas ardiendo

Tras este incidente, los antitalibanes llevaron a los reclusos al sótano del edificio. "Según nos llevaban uno a uno, el último grupo hizo estallar otra granada, y comenzó la lucha". Ese es el instante en el que se sospecha que murió el agente de la CIA Mike Spann.

Según Walker, algunos combatientes lograron tomar el control de un almacén de armas. Entonces, los aviones estadounidenses comenzaron a bombardear el complejo carcelario, lanzado además gas en el sótano y prendiéndole fuego para abrasar a los rebeldes. Además, inundaron las cámaras con "agua helada", ahogando a muchos de sus compañeros de armas y dejando a los demás sumergidos durante más de 20 horas.

"Cuando el nivel del agua remitió, empezamos a pensar en la rendición. No nos quedaban armas y había cadáveres por todas partes. Dijimos: 'Mira, vamos a morir igual; si nos rendimos, nos torturarán y matarán, como están haciendo ahora'".

Walker se encuentra retenido en la actualidad en el buque estadounidense USS Peleliu, acusado de traición y asesinato de un agente federal (Spann), entre otros cargos.