EE UU cesa los bombardeos y centra sus esfuerzos en la caza de Bin Laden
Los 'muyahidín' montan una pasarela de prisioneros de Al Qaeda para la prensa
Las fuerzas estadounidenses continúan rastreado las montañas de Tora Bora junto a los muyahidín del este que ayer anunciaron la toma de la zona y el desmantelamiento de la red Al Qaeda en Afganistán. Aunque la aviación estadounidense había atacado el último refugio de los terroristas durante la noche, los bombardeos han cesado conscientes del peligro que supone para sus propios hombres, y todas las fuerzas se concentran en la busca del escurridizo jefe terrorista Osama Bin Laden.
La operación de castigo aéreo ha sido suspendida ayer sobre las 23.00 horas (20.30 hora española). Estos ataques, menos frecuentes que las noches precedentes, tuvieron lugar al caer la noche.
Según se ha sabido hoy, los aviones erraron en el blanco y atacaron posiciones de los muyahidín. Varios soldados de las fuerzas locales afganas resultaron heridos o muertos, según las declaraciones de varios combatientes.
Uno de los testigos, el comandante Aozubulá, declaró que bombardearon dos veces a sus milicianos y que 16 soldados fueron heridos por los bombardeos y transportados a Agam, en el distrito de Tora Bora.
Tras la toma de los últimos búnkers y túneles, los muyahidín tratan ahora de apresar, con apoyo de los cuerpos de élite de EE UU, a los individuos que solos o en reducidos grupos que huyen hacia la frontera con Pakistán, a través de la Sierra Blanca (Spin Gar).
Sin noticias de Bin Laden
En cuanto al principal objetivo de la misión de EE UU, el portavoz del Ministerio de Defensa, Richard McGraw, ha afirmado hoy que el Pentágono sigue sin saber dónde se encuentra Bin Laden. Otro portavoz, el vicealmirante John Stufflebeem, ha reconocido: "No sé lo cerca que hemos estado de él. A lo mejor sigue allí, ha muerto o se ha escapado".
Sin embargo, la Alianza del Norte ha asegurado a Al Yazira haber descubierto el escondrijo del líder supremo de los talibán, el mulá Mohamed Omar, cerca de Kandahar. Omar se encuentra con "unos 500 de sus más firmes partidarios y las tropas aliadas se preparan para iniciar un ataque", ha informado el corresponsal de la cadena qatarí. EE UU ofrece 10 millones de dólares por el mula Omar "vivo o muerto" y 25 millones por Bin Laden.
Por otro lado, 18 miembros de la organización terrorista Al Qaeda se han visto hoy obligados a participar en una especie de pasarela montada por los muyahidín para la prensa en Agam, a unos 15 kilómetros al sur de las cuevas.
Los primeros nueve prisioneros, todos extranjeros, han salido uno por uno. Tras sentarse un momento en una cama de cuerdas que los muyahidín habían colocado, se retiraron. Mientras los fotógrafos disparaban sin cesar, los reporteros de la prensa escrita, a los que no les dejaron preguntar nada, se dedicaban a comentar los atuendos.
Un espectáculo sin preguntas
Después del desfile de los terroristas extranjeros, les ha tocado el turno a los nueve talibanes a comparecer todos juntos. El organizador del espectáculo, uno de los tres máximos comandantes de la rama oriental que combatió a Al Qaeda, Hayi Mohamed Zahir, ha prohibido a los periodistas entrevistar a los presos, para lo cual citó la convención de Ginebra y "el derecho internacional".
El comandante Alí ha señalado que los militantes capturados por los tres comandantes suman unos 50 y que todos serán concentrados en Yalalabad para que el gobierno autónomo regional se pronuncie sobre su destino. Zamán y Alí también afirman que los cadáveres de otros 200 miembros, muertos en combates o por los bombardeos, aún yacen en las montañas.
Mientras, Francia trata de determinar si un talibán arrestado en un hospital de Peshawar (Pakistán) es, como él afirma, de nacionalidad francesa. El hombre, de 21 años y que dice llamarse Abdur Rehman, consiguió llegar a la frontera herido y allí se presentó como francés, aunque no aportó ningún documento. Según fuentes policiales, puede tratarse de un francés de origen argelino que vivió en Londres.
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