El presidente chileno se enfrenta mañana al primer juicio popular a su gestión
Más de ocho millones de electores están llamados a las urnas y se prevé que la coalición en el poder pierda la mayoría en el Parlamento
La gestión del Gobierno de Chile, presidido por el socialista Ricardo Lagos, se enfrenta mañana a su primer juicio electoral por parte de la ciudadanía chilena que expresará con su voto en las elecciones parlamentarias para renovar la mitad del Senado y a todos los integrantes de la Cámara de Diputados.
Doce años después de las primeras elecciones permitidas por Pinochet, los analistas auguran que la coalición gobernante, Concertación de Partidos por la Democracia -formada por Democracia Cristiana, Partido Socialista, el centroizquierdista Partido por la Democracia y el Partido Radical-, deberán dirigir el país con un Parlamento de derechas por primera vez desde que llegaran a La Moneda en 1990.
Con un estricto sistema binominal -diseñado por la dictadura para excluir a partidos como el Comunista- las elecciones serán un reflejo de que Chile está dividido en dos, lo que quedó claro en diciembre de 1999, cuando Lagos obtuvo la Presidencia por dos puntos y en segunda vuelta.
La gran opositora al Gobierno es la Alianza por Chile, integrada por los dos partidos los derechistas Renovación Nacional y la Unión Demócrata Independiente, cuyos integrantes fueron en su mayoría funcionarios y ministros del gobierno militar que derrocó a Allende. Al frente de la Alianza se encuentra quien estuvo a punto de arrebatar a Lagos su sitio en La Moneda: Joaquín Lavín, actualmente alcalde de Santiago.
Lo que eligen los chilenos
Un total de 8.075.446 electores deberán votar para elegir a 18 de los 47 senadores que componen la Cámara Alta. Diez de ellos no fueron elegidos en las urnas y corresponden a nueve designados por la Constitución, y un vitalicio, Augusto Pinochet, que no votará debido a su estado de salud. De ahí que este año se renueve el 50% del Senado.
De los 46 candidatos al Senado, nueve se presentan a la reelección; seis son independientes; cuatro pertenecen al pacto de derechas y dos se presentan en lista separada. Además, 12 candidatos a la Cámara Alta son diputados: seis en el pacto de la derecha y seis en el pacto del oficialismo. En cuanto a la Cámara de Diputados, se renueva cada cuatro años en su totalidad.
Según ordena la Carta Magna, mañana se eligen a los 120 diputados que conforman la Cámara Alta, distribuidos en 60 distritos a lo largo del país. De los 381 candidatos a la Cámara Baja, 89 se presentan a la reelección; 41 son independientes y, de éstos, 26 pertenecen a uno de los dos pactos (19 de la derecha y siete del oficialismo).
Un mes de campaña
La campaña se ha caracterizado por la ausencia de encuestas de opinión, aunque los centros de estudios gubernamentales y otros ligados a la oposición han realizado estudios que apuntan a la apatía de los chilenos.
Aunque en Chile la inscripción es voluntaria pero el voto obligatorio con importantes multas, se estima que el porcentaje de la abstención será alto. Por otro lado, la campaña ha sido feroz. Mientras el Gobierno se ha lanzado a inaugurar obras y promulgar leyes a favor de la ciudadanía, la oposición se ha dedicado a denunciar irregularidades cometidas por funcionarios de la Administración.
Así, las acusaciones recíprocas han terminado por convertirse en las protagonistas de la elección. Mientras la oposición llama a los chilenos a votar por sus candidatos para conformar un Parlamento que permita a su abanderado llegar a la Presidencia el 2006, el Gobierno se ha esforzado, sin suerte, por encontrar un candidato que se pueda enfrentar al alcalde de Santiago.
La seguridad estará garantizada por 24.000 agentes de la Policía, a los que se sumarán a los 10.000 efectivos del Ejército que desde el jueves vigilan los centros electorales.
El Gobierno ha reconocido que si bien piensa que mantendrá la mayoría, no será absoluta. Sin embargo, portavoces de La Moneda reconocen que el presidente espera perder la mayoría en el Parlamento y que diseña una estrategia que le permita culminar los dos años y medio de Gobierno que le quedan con un Senado y una Cámara de Diputados de derechas.
Los más optimistas auguran que el oficialismo obtendrá un 48% frente a un 43%. Los menos optimismas, esperan con temor que la oposición cumpla su promesa de lograr mayoría absoluta: el 50% más uno de los votos.
Las altas cifras de paro y casos de corrupción al interior del Gobierno juegan en contra de Lagos. Lo mismo pasa con el desgaste de una coalición que sacó a Chile de la dictadura pero que lleva 12 años en el poder. Se espera que la medianoche del domingo, cuatro de la madrugada en España, se ofrezcan los primeros resultados.
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