La CIA estudia emprender misiones secretas para asesinar a terroristas
Las muertes no serían reconocidas oficialmente y la agencia quiere garantías de que la responsabilidad final recaiga en los políticos
En una ruptura con la política exterior sostenida durante décadas por EE UU, la Agencia Central de Inteligencia (CIA) está estudiando llevar a cabo misiones con el objetivo de asesinar a individuos que Estados Unidos designe como "terroristas", según The Washington Post.
Ésta sería la primera vez que la CIA considera realizar estos asesinatos selectivos desde los 70, cuando la agencia abandonó esta práctica tras una serie de escándalos.
De confirmarse, la nueva política representaría un giro desde una especie de dogma de la era post- Vietnam de la política exterior de Washington, que prohibe los asesinatos políticos.
Ordenes ejecutivas firmadas por tres presidentes de EEUU desde febrero de 1976 han sido interpretadas como una prohibición de los actos clandestinos de asesinar a objetivos enemigos. Sin embargo, el citado diario informa de que la administración Bush ha interpretado de otra manera las órdenes, diciendo que aquellas no impiden al presidente seleccionar a terroristas para ser asesinados mediante acciones encubiertas.
La agencia se muestra de momento reticente a aceptar esta nueva autoridad. Los asesinatos no serían reconocidos públicamente pero además la CIA quiere garantías de que la responsabilidad final recaiga en los políticos.
La Casa Blanca también está ampliando la lista de blancos potenciales más allá del fundamentalista islámico Osama Bin Laden, su círculo inmediato y los actuales límites de la lucha en Afganistán, según han asegurado altos funcionarios al periódico.
The Washington Post anuncia que la revisión policial también sancionaría nuevas formas de cooperación entre la CIA y unidades militares comando-uniformadas, y podría permitir el uso de agentes extranjeros -o empleados que no pertenezcan a la CIA- para efectuar los asesinatos.
Bush y su gabinete de seguridad nacional han dicho que intentarán atrapar y matar a Bin Laden, el líder de la red Al Qaeda a quien Washington culpa de los atentados del 11 de septiembre que mataron a más de 5.000 personas.
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