EE UU y Rusia combatirán juntos el uso terrorista de armas biológicas y nucleares
Bush y Putin posponen las negociaciones sobre el tratado ABM.- El presidente estadounidense obtiene en Shangai un apoyo limitado a su guerra contra el terrorismo
El presidente de Estados Unidos ha abandonado la ciudad china de Shangai, donde ha asistido a la cumbre de la región Asia-Pacífico durante los últimos tres días, con el apoyo condicionado de los 21 países asistentes a la campaña militar emprendida por EE UU en el marco de la operación Libertad Duradera y con el compromiso de Rusia de combatir la utilización con fines terroristas de armas químicas, nucleares y biológicas.
La celebración de la cumbre, que ha propiciado el primer viaje oficial de Bush a China y la primera salida al extranjero tras los atentados del 11 de septiembre, ha dado pie asimismo a los encuentros bilaterales del mandatario estadounidense con los presidentes de Rusia, China y Japón.
Los presidentes de Rusia y Estados Unidos han concluido su encuentro durante la cumbre de la región Asia-Pacífico (APEC) con el compromiso de impulsar la cooperación para impedir que armas de destrucción masiva -incluidas las biológicas- sean utilizadas por organizaciones terroristas.
En una declaración conjunta difundida en Shangai, Bush y Putin se comprometen a colaborar para prevenir la exportación y la distribución de materiales nucleares, químicos y biológicos. "Los presidentes de los dos países están plenamente dispuestos a incrementar su cooperación en la lucha contra las amenazas terroristas en los planos nuclear, químico y biológico, así como en lo referente al campo informático", asegura el comunicado, difundido después del encuentro de ambos líderes.
Bush ha logrado también el respaldo de Rusia a sus acciones militares en Afganistán, aunque no a la modificación del tratado ABM, que Putin ha considerado "peligroso" para hacer frente a eventuales amenazas de misiles balísticos en manos de terroristas.
El mandatario estadounidense se ha reunido con el presidente ruso para estudiar la marcha de la guerra que EEUU ha emprendido en territorio afgano, unas acciones bélicas calificadas por Putin como "las adecuadas ante la amenaza que confrontaban". "Los terroristas no deben tener la impresión de que son invulnerables, ya que sus acciones serían aún más atrevidas", ha añadido el presidente ruso.
El comunicado conjunto de los presidentes ha sido en todo caso más preciso que el que ha puesto fin a la cumbre de la APEC, en la que se señala que "las redes financieras, de comunicaciones y logísticas de los terroristas deben ser destruidas".
El documento señala específicamente a Afganistán y se dice que la actual situación en ese país "es consecuencia directa de la política de los talibanes, que convirtieron ese país en un centro internacional para el terrorismo y el extremismo".
Reconstrucción de Afganistán
En la declaración, Putin coincide con Bush en que "se deben emprender todos los esfuerzos para llevar a los autores ante la Justicia, aunque protegiendo los derechos y el bienestar de los civiles". Asimismo, se manifiesta la disposición de Rusia y EEUU de trabajar con Naciones Unidas en un proceso de reconstrucción nacional en Afganistán una vez que concluya el actual conflicto.
Bush ha considerado que "Rusia tiene un papel completo y responsable en el conflicto" contra el terrorismo, y ha subrayado que "está claro que Putin comprende la magnitud de la amenaza".
El presidente estadounidense ha valorado especialmente el apoyo ofrecido por Moscú tras los atentados terroristas de septiembre, calificado como "un acto de amistad en un momento de necesidad".
En cambio, a Bush no le ha ido tan bien en su intento de convencer a su homólogo ruso de que los atentados han demostrado que el tratado ABM ha quedado obsoleto e incluso es "peligroso". El ABM fue firmado por EEUU y la Unión Soviética en 1972 para limitar las defensas contra los misiles nucleares de ambos, de forma que se garantizaba la disuasión nuclear.
El presidente George W. Bush ha pedido a Rusia que acepte cambiar o anular el tratado ABM con el argumento de que los atentados del 11 de septiembre lo han dejado obsoleto. Bush ha recalcado que las dos potencias deben tener "defensas limitadas" que les permitan defenderse del "chantaje político" de grupos terroristas o países agresivos que desarrollen misiles balísticos de largo alcance.
Pero Putin se ha resistido a aceptar el argumento estadounidense. Si bien ha reconocido que "estamos ante un nuevo tipo de guerra, un medio ambiente nuevo", el presidente ruso ha avisado de que Moscú y Washington todavía tienen mucho trabajo por delante antes de lograr un acuerdo sobre este punto.
Los dos presidentes celebrarán una cumbre formal dentro de unas tres semanas en EE UU en la que continuarán con su diálogo estratégico.
En este capítulo, el Gobierno de EEUU quiere ofrecer a Rusia una fuerte reducción de los arsenales nucleares de ambas potencias, una vieja aspiración rusa, para tratar de convencer a Moscú de que acepte o bien enmiendas al ABM o bien una simple anulación del tratado.
Apoyo limitado contra el terrorismo
El presidente de EE UU, George W. Bush, ha obtenido en la cumbre de la región Asia-Pacífico (APEC) que se ha claudurado hoy en Shangai (China) una declaración de solidaridad sin precedentes de los países de la zona en su lucha contra el terrorismo pero los resultados concretos de su última ofensiva diplomática parecen limitados. Pese a todos los esfuerzos, Washington no ha podido obtener finalmente el apoyo explícito al ataque contra Afganistán emprendido en respuesta a los atentados del 11 de septiembre.
Las mayores reticencias han provenido de Malaisia e Indonesia, cuya población es mayoritariamente musulmana. De hecho la cuerda de la frágil alianza estuvo a punto de romperse en el tramo correspondiente a estos países, que no sólo pidieron en los pasillos de la cumbre "el fin de la guerra y una solución política" sino que avisaron de una posible explosión de violencia en sus territorios, donde la mayoría musulmana empieza a considerar como un semidios a Osama Bin Laden.
Tanto la presidenta de Indonesia, Megawati Sukarnoputri, como su colega de Malaisia, Mahathir Bin Mohamad, han llegado a la metrópoli de Shangai "dejando su país en llamas" como reflejan las imágenes de la televisión norteamericana CNN, especialmente las de grupos de extremistas prendiendo fuego a muñecos con la efigie de Bush.
El presidente chino, Jiang Zemin, por su parte, ha dado a Bush un apoyo muy medido, ya que ha condenado el terrorismo pero ha pedido más cuidado en la selección de objetivos para evitar víctimas civiles y ha reclamado un papel protagonista para Naciones Unidas.
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