Los talibán muestran a periodistas extranjeros los efectos de los ataques
Los informadores visitan Kadam, un aldea completamente destruida donde la milicia afirma haber rescatado 160 cadáveres
Varios periodistas extranjeros llegaron en la noche del sábado a Jalalabad, en el este de Afganistán, invitados por el régimen talibán para observar los estragos causados en la población del país por los bombardeos estadounidenses. Es la primera vez que los talibanes permiten la entrada de periodistas desde que, pocos días después de los atentados contra Estados Unidos, el régimen de Kabul expulsara a todos los extranjeros con el pretexto de que no podía garantizar su seguridad.
La caravana de profesionales, severamente custodiada, llegó a Jalalabad procedente de Pakistán hacia la medianoche local (21.30 en España) en pleno bombardeo estadounidense. Tres violentas explosiones estremecieron la ciudad; una de ellas, muy cercana, hizo temblar las ventanas del hotel en que se hospedaron los periodistas.
El domingo por la mañana, los periodistas fueron conducidos a Kadam, a unos 50 kilómetros al oeste de Yalalabad, donde los talibanes afirman que retiraron la semana pasada 160 cuerpos mutilados de los escombros a que quedó reducido el pueblo de Kadam.
Una aldea arrazada
Este saldo de víctimas no ha sido confirmado por fuentes independientes. Lo que sí han podido comprobar periodistas es que la aldea, de unos centenares de habitantes, está completamente destruida.
La aldea, donde se ha encontrado una bomba sin explosionar, fue confundida aparentemente por las fuerzas estadounidenses con un campo de entrenamiento de los militantes del grupo terrorista Al Qaeda, la red encabezada por Osama Bin Laden.
La cadena de televisión árabe Al Jazira, con sede en Qatar, difundió imágenes de las destrucciones causadas en el pueblo. Estados Unidos expresó su dolor por la muerte de inocentes, pero rechazó categóricamente las acusaciones de los talibanes de que en sus bombardeos apuntara deliberadamente contra objetivos civiles.
Sin embargo, varios profesionales han intentado burlar la orden que impide la entrada de extranjeros en el país para intentar presenciar la campaña de ataques lanzada por Estados Unidos contra Afganistán. Y algunos han sido detenidos, como la ya liberada Yvonne Rydley y el periodista francés de la revista Paris Match, acusado de espionaje y todavía en prisión.
Los talibanes advirtieron hace unos días a los periodistas de "que no sean aventureros" ya que no mostrarán "clemencia" con ellos.
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