Hallan fragmentos de un misil entre los restos del avión que cayó al mar Negro

Los expertos que investigan el accidente del avión ruso que cayó en el mar Negro tras explotar en el aire han hallado en el lugar del siniestro lo que parecen restos de un misil. De confirmarse este origen, se afianzaría la hipótesis de que fue un misil ucranio disparado por error lo que originó la tragedia.

El investigador que ha comunicado el hallazgo, que ha preferido mantener el anonimato, ha asegurado a la agencia rusa Interfax que "hay razones serias para creer que entre los restos del avión examinados hemos descubierto los restos de un misil S-200".

Los fragmentos son al parecer bolas de acero de entre siete y ocho milímetros que componen la munición habitual de estos proyectiles. Según los ingenieros que los fabrican, dentro de cada misil hay unas 10.000 bolas de este tipo.

Especialistas citados por las agencia Itar-Tass han explicado que la colisión del misil con el aparato pudo deberse a que sistema de identificación del proyectil confundió el rastro de radar del avión con el objetivo contra el que tenía que impactar, situado a 245 kilómetros.

Otro experto de nacionalidad ucrania que participa en el análisis de los restos ha asegurado a la agencia Interfax que "desgraciadamente, podemos decir que la catástrofe del Tu-154 se debió a un misil".

Sólo la comisión de investigación encargada de esclarecer el siniestro, en el que murieron 76 personas, está autorizada dar a conocer oficialmente las conclusiones.

Sin embargo, la acumulación de pruebas parece haber llevado al ministro ucranio de Defensa a reconocer, por primera vez desde que se produjo el siniestro, que uno de sus misiles originó la tragedia. Hasta el momento, las autoridades de Kiev habían hecho mucho más énfasis en el móvil terrorista, aunque sin descartar otras hipótesis.

Desde Rusia, el próximo paso que se espera del gobierno ucranio es la "difícil pero justa decisión" de admitir su responsabilidad en el accidente.