El régimen talibán aplaza su decisión sobre la entrega de Bin Laden

Los líderes religiosos y políticos del régimen talibán han concluido la reunión que mantenían desde esta mañana sin tomar ninguna decisión en cuanto a las pretensiones de EE UU de que Afganistán entregue al multimillonario saudí Osama Bin Laden, principal sospechoso de los atentados del martes pasado en EE UU.

El consejo de Sabios que ha reunido a los principales expertos en teología del régimen debía decidir, entre otras cosas, sobre la posible extradición a EE UU del supuesto terrorista. Además, el Consejo debía debatir la emisión de un edicto llamando a la guerra santa contra EE UU en caso de que este país ataque Afganistán.

El "gran consejo" de expertos en la ley islámica (ulema) continuará el jueves sus discusiones, según han informado fuentes de los Talibán, sin que aparentemente esté claro si alcanzarán entonces una conclusión.

Esta reunión ha estado presidida por el líder supremo de los talibán, el mulá Mohamed Omar y ha comenzado con un discurso suyo en el que el máximo líder taliban ha explicado que EE UU utiliza Bin Laden -a quien considera inocente de los atentados del martes- como excusa para declarar la guerra a Afganistán. El régimen afgano exige pruebas contundentes de la implicación de Bin Laden en los ataques como condición previa a una eventual entrega.

Sin embargo, en su discurso de apertura de la reunión de sabios, el líder talibán ha declarado que está listo para mantener conversaciones con EE UU sobre Osama Bin Laden, según la Agencia Islámica de Prensa (AIP). "No hemos intentado crear problemas a América", ha asegurado Omar.

"Hemos mantenido conversaciones con otros gobiernos estadounidenses en el pasado y estamos dispuestos a más conversaciones", ha dicho Omar, siempre según AIP.

La respuesta de EE UU a la insinuación de voluntad negociadora ha sido contestada de inmediato y contundentemente por el Gobierno estadounidense. Bush ha reiterado al régimen talibán la entregada de Bin Laden. Para Washington ""ha llegado el momento de actuar y no de negociar", según ha declarado el portavoz de la Casa Blanca Ari Fleischer. Asimismo, el portavoz ha instado a Afganistán a "tomar todas las medidas para dejar de albergar a terroristas".

Lucha contra los infieles

Los líderes religiosos y políticos de Afganistán se preparan para rechazar un posible ataque estadounidense. El ministro talibán de Interior, el mulá Abdul Razzak, ha realizado hoy un llamamiento a la población para que se presente voluntaria en la lucha contra los "infieles".

Razzak ha pedido hoy a través de una radio afgana a la población que se "inscriba" para que las autoridades puedan convocarles en caso de "llevarse a cabo la guerra contra los infieles".

"Juro que incluso las mujeres nos han enviado mensajes para decir que están dispuestas a participar en la Yihad (guerra santa)", ha manifestado el ministro, que ha asegurado que "los que den su nombre serán desplegados en los lugares apropiados cuando sea necesario".

15.000 afganos abandonan el país

La previsible respuesta militar estadounidense en suelo afgano a los atentados del 11 de septiembre ha provocado que unos 15.000 afganos hayan cruzado ya la frontera con Pakistán. De ellos, casi 10.000 han llegado en los días inmediatamente siguientes a los ataques en Estados Unidos, según los datos de la Alta Comisaría de la ONU para los Refugiados (ACNUR).

La mayoría de estas personas llegaron a Quetta, en la provincia paquistaní de Balochistán, frontera suroeste con Afganistán, y fueron acogidas por amigos o familiares, así como por otros refugiados afganos que ya llevan un tiempo viviendo en Pakistán.

Los delegados de ACNUR en la zona han informado de que también hay unas 5.000 personas acampadas en el lado afgano del puesto fronterizo de Chaman a la espera de poder entrar en el país vecino.

ACNUR está negociando con las autoridades paquistaníes para intentar que este grupo de afganos sea admitido en campos de refugiados, en los que se les podría proporcionar al menos una asistencia básica.

La Alta Comisaría ha enviado hoy un convoy de 25 camiones desde Islamabad a Quetta con 2.000 tiendas de campaña, 6.000 mantas, 4.000 contenedores de agua y 2.000 equipos de cocina.

Por otro lado, hay informaciones que señalan la imposibilidad para los ciudadanos afganos de llegar hasta las fronteras paquistaníes, ya que los talibán han instalado controles en las carreteras de acceso, aunque es imposible confirmar estos hechos tras la salida del país de todo el personal internacional de las organizaciones humanitarias.

El personal local de estas organizaciones ha señalado que al menos la mitad de la población de Kandahar ha huido y que hay importantes desplazamientos de población desde Herat, cerca de la frontera iraní.

Datos recogidos por ACNUR indican que se impidió a un grupo de afganos llegar a Torkham o Spin-Boldak, en Balochistán, por lo que la mayoría regresó hacia el interior de Afganistán.

En Irán, los equipos de ACNUR están vigilando la frontera, que está oficialmente cerrada, pero no se ha producido ninguna llegada de afganos en los últimos días.

No obstante, el Gobierno iraní está distribuyendo ayuda de emergencia, incluyendo mantas y comida, a lo largo de la frontera en previsión de la llegada de refugiados afganos.

Disturbios en Irán

En Irán, uno de los países islámicos que ha condenado la acción terrorista, la policía ha cargado esta pasada noche contra un centenar de manifestantes que mostraban su simpatía hacia las víctimas de los atentados en Teherán.

La manifestación había sido prohibida por Ministerio de Interior de Irán porque podía "perturbar" el orden público. Por temor a incidentes, todos los comercios cerraron sus puertas.

Se trata de la primera manifestación de simpatía hacia Estados Unidos desde la Revolución Islámica de 1979. Irán, que no tiene relaciones diplomáticas con Estados Unidos desde hace 21 años, condenó los atentados y el terrorismo.