Israel ocupa la sede de la OLP en Jerusalén en respuesta al atentado suicida de ayer

Israel ha detenido además al responsable palestino de la seguridad de la Casa de Oriente, Sami Sarhan, que permanecerá en prisión preventiva durante cinco días.

La Policía afirma haber descubierto una pistola ametralladora y un cargador en el edificio. Los otros seis guardias detenidos durante la ocupación del edificio han sido puestos en libertad bajo fianza por la corte.

Además, los agentes han arrestado a media docena de palestinos y activistas pro Derechos Humanos extranjeros en Jerusalén, cuando protestaban por la ocupación de los edificios en la parte árabe de la ciudad.

En respuesta a la ocupación, los palestinos han amenazado con intensificar la Intifada, una revuelta que ha cumplido ya 11 meses. De hecho, ya se han producido manifestaciones pacíficas de repulsa: medio millar de palestinos han protestado en las calles de Ramala en apoyo de las fuerzas de seguridad palestinas.

En este sentido, Arafat ha dicho que los ataques sólo servirán para fortalecer al movimiento palestino y ha advertido de que tendrán graves consecuencias.

En consonancia con las palabras de Arafat, Hassan Asfour, uno de los ministros de su Gabinete, ha manifestado que "Sharon está llevando la zona a la explosión, sin preocuparse del doloroso precio que pagará el pueblo israelí".

Organismos de seguridad palestinos han detenido dos "células" terroristas palestinas pertenecientes a la Yihan Islámica, una de las cuales podría estar relacionada con el atentado de ayer. Los miembros de este comando, cuyo número no ha sido concretado, contaban con una gran cantidad de explosivos y se disponían a cometer un atentado, según fuentes policiales.

La batalla por Jerusalén

Con la ocupación del edificio -que desde la Conferencia de Madrid en 1991 es considerado la sede diplomática y de Gobierno de los palestinos en Jerusalén y que fue propuesto en Oslo como futura sede del Parlamento palestino-, Sharon comienza la batalla por la ciudad santa, que ambos bandos reclaman como su capital eterna.

Las autoridades israelíes ya habían hecho en el pasado varias tentativas de cerrar la sede, al considerar que suponía una presencia "política" de la ANP en Jerusalén, que Israel considera territorio israelí a pesar de los dictámenes de la comunidad internacional al respecto.

Pero esta vez va en serio. El primer ministro, Ariel Sharon, que ha sido entrevistado en la televisión pública, ha respondido a la pregunta "¿Hasta cuándo planea Israel quedarse en la sede de la OLP?" con un "para siempre".

La Autoridad Nacional Palestina (ANP) ha destacado la nula relación entre las instituciones cerradas y el atentado de ayer. Sin embargo, el ministro de Seguridad Interior israelí, Uzi Landau, ha intentado establecer una conexión al afirmar que "si se empieza por limitar la presencia de la ANP en Jerusalén, se pondrá fin al terrorismo."

Oposición de Simon Peres

Esta represalia política fue aprobada ayer por el Gabinete israelí, con el voto en contra del ministro de Asuntos Exteriores, Simón Peres, y de otros dos ministros laboristas. Pero el Ejecutivo que preside Ariel Sharon prepara también una ofensiva militar de grandes proporciones en respuesta al atentado de ayer, que anoche tuvo un anticipo con el ataque con aviones F-16 a una comisaría en la ciudad de Ramala, que no ha causado víctimas.

También se han producido represalias en Gaza, donde helicópteros israelíes han atacado un cuartel de la Fuerza 17, la guardia pretoriana de Arafat. En ninguno de los dos ataques se han producido víctimas, ya que el líder palestino había ordenado la evacuación de estos edificios.

En previsión de nuevos atentados, las medidas de seguridad israelíes han sido reforzadas al máximo. Un gran número de efectivos de policía vigila desde esta mañana todos los accesos a Jerusalén y en particular a la colina de Haram el Sharif - el Monte del Templo para los judíos-, donde este mediodía se ha celebrado el servicio del viernes islámico en las mezquitas de Al Aqsa y de Omar.