Israel moviliza artillería pesada ante los territorios palestinos en el mayor despliegue de la Intifada

El líder palestino, Yaser Arafat a su llegada a El Cairo ha denunciado que el Gobierno israelí de estar "decidido a continuar sus agresiones", y ha advertido de que los últimos bombardeos israelíes a Cisjordania "son un revés para los esfuerzos de pacificación".

Arafat ha hechos estas declaracion a su llegada a la capital egipcia para explicar la deteriorada situación en los territorios palestinos ante una reunión extraordinaria de los ministros de Asuntos Exteriores de la Liga Arabe.

Según fuentes de la Liga Arabe, Arafat obtendrá hoy un "claro apoyo" durante la reunión ministerial extraordinaria para la exigencia de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) del envío de observadores internacionales a los territorios palestinos.

El Comité, formado por los jefes de las diplomacias de Egipto, Siria, Jordania, el Líbano, Túnez, Marruecos, Arabia Saudí, Bahrein y Yemen, además de la ANP, fue designado por la Liga Arabe para estudiar la situación de la "intifada" palestina contra la ocupación israelí.

La reunión extraordinaria que hoy se celebra en El Cairo ha sido convocada a instancias del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) Pérsico, en vista de la "continuidad de las agresiones" israelíes a la población palestina, según la Liga Arabe, organismo integrado por 22 países.

Mientras tanto, el Gabinete de Seguridad del Gobierno de Israel se ha reunido para analizar esta nueva vuelta de tuerca que ha dinamitado en la práctica el alto el fuego.

Según la radio pública israelí, el Gabinete ha decidido adoptar "nuevas medidas contra el terrorismo" en su reunión de esta mañana, según la radio pública israelí. La emisora ha precisado que el Gabinete confirma la política de "intercepción de terroristas" y que ha adoptado un programa contra las infiltraciones de palestinos en Israel.

Por su parte, la radio militar ha afirmado que el Gabinete ha adoptado también "decisiones sobre la reacción que debe adoptar el Ejército israelí durante los próximos días".

El "cruce de la línea roja" en Gilo

La situación en Oriente Próximo se encuentra a la deriva desde el lunes, cuando un terrorista de la Yihad Islámica se inmoló en la estación de tren de Binyamine, al norte de Tel Aviv. El atentado suicida, que causó la muerte de dos mujeres e hirió a 11 viajeros, fue el primero desde la instauración del teórico alto el fuego, el pasado 13 de junio.

La respuesta de Israel fue contundente: ayer martes lanzó los tanques contra ciudades cisjornadas como Hebrón y Jenín. La Intifada respondió ayer con obuses de mortero sobre el asentamiento judío de Gilo, un barrio dormitorio de Jerusalén considerado un ilegal por los palestinos.

Éste ha sido el primer ataque con piezas de mortero desde Cisjordania contra Jerusalén, para los israelíes su capital exclusiva e "indivisible". La Jefatura Conjunta de las Fuerzas Nacionales e Islámicas, que conduce desde hace casi diez meses la Intifada contra la ocupación israelí y los asentamientos judíos, reivindicó el ataque, lo que medios de seguridad y políticos de Israel ven como "un peligroso cruce de las líneas rojas".

Al última hora de ayer, Israel bombardeó una barraca de Belén y cuatro dirigentes del grupo terrorista Hamás resultaron muertos.

Esos enfrentamientos, que comenzaron a finales de septiembre del pasado año 2000, han causado la muerte de unos 600 palestinos y de 140 israelíes, tanto civiles como militares.