Aplazado hasta agosto el juicio contra Milosevic tras no reconocer éste al TPIY
El ex presidente yugoslavo comparece sin abogados y califica de "ilegal" a la Corte de La Haya
"Este es un tribunal ilegal", ha afirmado en inglés Milosevic, quien se ha presentado sin abogados y ha mantenido una actitud serena pero desafiante. El ex presidente yugoslavo tenía 30 días para contestar a las acusaciones pero el juez May ha considerado que la recusación equivale a una declaración de no culpabilidad, por lo que ha decidido levantar la sesión apenas 10 minutos después de su inicio
"Considero que este tribunal es un falso tribunal, que el acta de acusación es una falsa acta de acusación", ha continuado el ex mandatario. El juez, por su parte, le ha respondido: "Señor Milosevic, usted se encuentra ahora ante un tribunal y está bajo su jurisdicción. Usted será juzgado por este tribunal".
Tras este intercambio dialéctico, Milosevic ha asegurado que el objetivo del TPIY es "producir falsas justificaciones de los crímenes cometidos por la OTAN". Inmediatamente después de estas afirmaciones, su micrófono ha sido desconectado y el juez le ha espetado: "Señor Milosevic, éste no es el momento para los discursos".
A la pregunta de si quería que se leyeran los cargos en su contra, el ex presidente yugoslavo ha contestado al juez con un lacónico "ese es su problema" y finalmente no se le han comunicado éstos públicamente. Sus últimas palabras en la sala las ha pronunciado cuando salía escoltado por dos guardias. Milosevic ha mirado entonces su reloj y ha murmurado: "Oh, diez minutos".
Después de la comparecencia, el ex presidente yugoslavo ha mantenido una breve entrevista con la fiscal jefe del Tribunal, Carla del Ponte, según ha indicado el consejero político de ésta, Jean-Jacques Joris. Según el reglamento del TPI, la fiscal se entrevista con todos los acusados, tras su comparecencia inicial, para explicarles todos los detalles de su proceso.
Por el momento se desconocen los detalles de la entrevista entre Del Ponte y Milosevic.
Primera actuación contra un jefe de Estado
El ex presidente de Yugoslavia, primer jefe de Estado que es conducido ante un tribunal internacional, comparece ante el TPIY para responder por crímenes contra la humanidad y violación de las "leyes o costumbres de la guerra", delitos presuntamente cometidos durante el conflicto de Kosovo entre enero y mayo de 1999.
Milosevic es acusado de ser responsable de expulsiones masivas de ciudadanos kosovares, de la muerte directa de decenas de ellos, de ordenar su traslado, la destrucción de sus hogares y de sus propiedades, y de actividades calificadas desde las guerras de los Balcanes con una nueva expresión, la de "limpieza étnica". Carla del Ponte ha confirmado su intención de ampliar los cargos contra él para incluir otros delitos, entre ellos el de genocidio, cometidos en las guerras de Croacia y de Bosnia, entre los años 1991 y 1995.
El ex presidente yugoslavo está preso desde la madrugada del pasado 29 de junio en la prisión de Scheveningen, cerca de La Haya, vigilado estrechamente para que no sucumba a la tentación del suicidio y aislado del resto de los reclusos, que, como él, están acusados de crímenes cometidos en los Balcanes. Milosevic fue entregado la pasada semana por las autoridades serbias, al parecer sin el conocimiento del presidente de Yugoslavia, Vojislav Kostunica.
Un proyecto de ley contra criminales de guerra
El gobierno de la República Srpska en Bosnia, de mayoría serbia, ha transmitido al parlamento un proyecto de cooperación con el Tribunal Penal Internacional (TPI). Esto ocurre el mismo día en el que el ex presidente de Yugoslavia, Slobodan Milosevic, comparece en la Haya.
Según este proyecto, las personas acusadas de crímenes de guerra comparecerían ante un juez local para ser identificados a petición del TPI. El abogado del acusado tendría entonces tres días para apelar, tras los cuales, la Corte Suprema deberá decidir si el sospechoso debe ser transferido a la Haya.
Las autoridades serbiobosnias no han cooperado hasta el momento con el Tribunal para arrestar criminales de guerra, que presuntamente abundan en este territorio. Hasta ahora ha sido la fuerza de estabilización de la OTAN que opera en la zona, la encargada de estos arrestos.
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