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EL FUTURO DE LA UE

Dublín planea un segundo referéndum para lograr el 'si' a Niza

El Ejecutivo de Ahern tranquiliza a sus socios europeos y reitera su "firme compromiso" con la reforma de las instituciones

El Ejecutivo irlandés afronta una lluvia de críticas que le acusan de no haber puesto en marcha la maquinaria informativa necesaria para dar a conocer con mayor profundidad el contenido del Tratado de Niza. Ruairí Quinn, líder del Partido Laborista irlandés, que hizo campaña junto con el Gobierno por el al Tratado de Niza, ha acusado directamente a Ejecutivo de la derrota.

En un intento de calmar el revuelo que el resultado del referéndum ha provocado en Bruselas y entre sus socios europeos y los países candidatos a entrar en la Unión Europea (UE), el primer ministro irlandés reiteró anoche su "firme compromiso" con la ampliación tal y como está prevista.

En ese mismo afán, Ahern mantiene este fin de semana -según portavoces irlandeses- intensos contactos telefónicos con sus colegas europeos, con los que se reunirá el próximo jueves durante la cumbre de los Quince en Suecia, donde el no irlandés al Tratado de Niza será sin duda uno de los aspectos centrales.

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Dar la cara

Antes de eso, el jefe de la diplomacia irlandesa, Brian Cowen, tendrá que "dar la cara" el lunes ante sus colegas de la UE durante el Consejo de Exteriores en Luxemburgo. Si no se llega a conclusiones, habrán de ser los jefes de Estado o de Gobierno los que afronten el problema en la reunión de la semana que viene en Gotemburgo.

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Cowen probablemente tendrá que explicar las razones por las que ganó el no al Tratado de Niza, que en medios políticos y periodísticos irlandeses se achaca en gran parte a la falta de información sobre el contenido del mencionado acuerdo.

Los jefes de la diplomacia europea tendrán que ver cuáles son las posibles salidas a la situación creada, que no deja de ser una crisis, ya que sin la ratificación del tratado por todos los estados miembros puede verse retrasada o frenada la ampliación de la UE.

En las instituciones europeas, el mutismo ha sido la nota dominante, si bien la prensa europea ha destacado la importancia de una rápida reacción para hacer frente a la situación. De las posibles soluciones que se barajan, la menos probable sería la de una nueva conferencia intergubernamental de la que emanase un nuevo tratado, opción que no entra en los planes de casi nadie.

La opción más factible sería la de una segunda consulta en Irlanda, algo que ya las autoridades irlandesas han barajado. Pero esta posibilidad habría de venir acompañada por alguna modificación en el texto del tratado y los Quince han advertido ya que no están dispuestos a modificaciones sustanciales.

Temores

"Tengo que admitir que todos los que estábamos por el no hemos conseguido en esta campaña resolver los temores y percepciones negativas de la gente" sobre el Tratado, ha declarado Ahern en un comunicado.

El 53,87% de los irlandeses rechazó el jueves la adhesión de su país al Tratado de Niza, mientras que el 46,13% lo apoyó en el referéndum, con una participación de tan sólo un 34,79%, la más baja en las cinco consultas populares que se han celebrado en Irlanda sobre la UE desde su adhesión en 1972.

La celebración de otro referéndum sobre el Tratado de Niza podría suponer una renegociación previa de sus contenidos o la concesión de exenciones para la República de Irlanda, posibilidad que seguramente encontrará una gran oposición por parte de los otros países por considerar que es como abrir la caja de Pandora.

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