La Policía ha detenido a 154 personas en los disturbios que rodean la cumbre

Además, 145 personas fueron detenidas durante los incidentes que se produjeron en diversos puntos del perímetro de seguridad de cuatro kilómetros que rodea la sede de la Cumbre. A pesar de estos resultados, el primer ministro canadiense aseguró que la cumbre "ha sido todo un éxito porque las provocaciones callejeras no han impedido que se debata el futuro de la democracia en el continente".

Chrétien subrayó en una conferencia de prensa que los otros 33 jefes de Estado y gobierno asistentes a la Cumbre de las Américas le han felicitado por la calma y disciplina mostrada por la policía "ante aquellos que quieren destruir un sistema democrático".

Unas 15.000 personas tomaron las calles de la ciudad canadiense en la segunda jornada de la Cumbre de las Américas.

La policía canadiense recurrió a los gases lacrimógenos y al agua a presión para controlar a los manifestantes violentos que por segundo día consecutivo tomaron las calles de Quebec para tratar de boicotear la Cumbre.

Más de 15.000 personas, según las organizaciones convocantes, participaron en la marcha que ha transcurrido alrededor de la valla metálica, bautizada como el "muro de la vergüenza", que rodea el recinto donde 34 jefes de Estado y de Gobierno del continente debaten el futuro de la integración económica de la región.

Mientras los mandatarios americanos posaban para la tradicional foto de familia, a menos de un kilómetro del Centro de Congresos donde se celebra la Cumbre, cientos de policías controlaron como pudieron a los grupos reducidos de radicales que trataron de atravesar el perímetro de seguridad que aisla a los presidentes.

"Globalifóbicos" (término ya acuñado en algunos países americanos) de distintos puntos del continente se han dado cita en una de las principales arterias de la ciudad, el acceso de René Levéque, donde el viernes un grupo de radicales consiguió derribar un tramo del cerco metálico, para intentar tirar de nuevo la valla reconstruida durante la noche.

Más de un centenar de agentes antidisturbios y dos cañones de agua aguardaron a esos centenares de violentos, que tuvieron que replegarse ante la lluvia de botes de gases lacrimógenos y chorros de agua a presión.

Los jóvenes gritaban consignas como "Solidaridad", "Alca, Alca, al carajo" (en referencia a las siglas del Acuerdo de Libre Comercio de las Américas) y "Fuera globalización".

En el resto del recorrido, la movilización transcurrió de forma pacífica y en un ambiente festivo, aunque la mayoría de las tiendas han optado por cerrar sus puertas y proteger sus escaparates con planchas de madera y plástico, convertidos en improvisados tablones de anuncios para sus mensajes antiglobalización.

La presencia de los mandatarios del continente y de los miles de "globalifóbicos" que han participado en la Cumbre de los Pueblos de las Américas, organizada por la llamada "sociedad civil", convirtieron en una ciudad fantasma el centro de Québec (700.000 habitantes).