Deporte a tiempo: cómo Omega mide el futuro en Tokio 2020

La relojera Omega es cronometradora oficial de los Juegos Olímpicos desde hace casi 90 años. Eso suma 29 ediciones, una cifra nada banal que se alcanza ahora que Japón se dispone a celebrar por fin Tokio 2020 un año después, en verano de 2021. Y el vínculo entre la casa y el campeonato deportivo más famoso de todos los tiempos va mucho más allá de un patrocinio. Desde 1932, los instrumentos que Omega ha desarrollado ad hoc han permitido que la competición evolucione en todos los sentidos.

Por ejemplo, con el estreno de la primera cámara photonish de la historia en 1948. O cuando facilitaron, en 1964, que los telespectadores de todo el mundo pudieran ver los tiempos y marcas de los deportistas sobreimpresos en pantalla a medida que sucedían las pruebas. En México, en 1968, la invención del primer touchpad de piscina (placas que permiten activar o parar el contador con un golpe de mano, ver imagen de la derecha) transformó la natación para siempre, igual que los sistemas de detección del movimiento han permitido afinar las mediciones hasta la millonésima de segundo, como sucedió en Londres 2012.

El campeonato tokiota estrena nuevas disciplinas y, con ellas, nuevos juguetes de precisión. No sabemos quién se llevará la primera medalla de Oro de la historia en escalada deportiva, pero sí que lo hará en función de las marcas que establezcan los nuevos touchpads de Omega. Por otro lado, la ubicación de sensores en el cuerpo de los atletas permitirá monitorizar cada uno de sus movimientos. El objetivo no es tanto establecer las posiciones en el pódium, sino proporcionar a los deportistas datos concretos que les permitan conocer su margen de mejora o sus puntos fuertes.

Hay mucho más, tantas herramientas de cronometraje como disciplinas. Pistolas eléctricas de salida, bloques para atletismo con un sistema de detección de falsa salida, la futurista Scan’O’Vision MYRIA –la cámara photonish más avanzada del mundo–, las células fotoeléctricas que han sustituido a las cintas de meta de antaño, marcadores de alta resolución e incluso un sistema de iluminación para poder ver claramente desde casa el primer, segundo y tercer puesto de las pruebas de natación. Por supuesto, también salen a la venta varios relojes de edición limitada que, además de su fiabilidad, son el testimonio de una de las asociaciones más fructíferas tanto para la historia de la relojería como para la del deporte.

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