Un príncipe, un magnate, un Churchill y un misterioso asesinado: así eran los poderosos hombres tras los ‘cisnes’ de Capote
La nueva temporada de ‘Feud’ explora la traición de Truman Capote a su círculo de privilegiadas amigas del Manhattan de los años setenta. Sus maridos eran millonarios, frecuentemente infieles... y también víctimas
En 2017 Ryan Muyphy estrenó Feud, serie con aspiraciones de antología que pretende recrear y explicar rivalidades jugosas de la edad de oro de la cultura estadounidense. Entonces el protagonista fue el odio enconado entre Bette Davis y Joan Crawford, una excusa para exponer la crueldad de Hollywood, el edadismo y el machismo que fabricaron eso que se conoce como divas de las de antes. Tras un intento de una segunda temporada que recrearía el conflictivo final del matrimonio de Carlos de Inglaterra y Diana de Gales que se canceló en 2018 y que coincidió con el millonario contrato de Murphy con Netflix (donde además ya había una serie explorando los conflictos de esa familia, The Crown), pasaron cinco años hasta que se confirmó una segunda entrega y siete hasta que se estrenó.
Feud: Capote vs the Swans, anunciada en 2022 y estrenada la pasada semana (en España se puede ver en HBO Max) se centra en la historia de amistad y traición entre el escritor Truman Capote y sus cisnes, pléyades de la alta sociedad a las que –y con las que se– entretenía hasta que un malhadado día de noviembre de 1975 Capote publicó en la revista Esquire el relato La Cote Basque 1965, un extracto de la que iba a ser su nueva novela, Plegarias atendidas. En el texto revelaba intimidades –algunas incluso delictivas– que le habían confesado sus amigas y, aunque las protagonistas aparecían con pseudónimo como en todo buen roman à clef, ni a la alta sociedad neoyorquina ni a las propias afectadas se les escaparon las identidades reales de las protagonistas.
La publicación de ese relato fue el remate de aquella red de amistades y también el principio del fin para Capote, que sufrió el ostracismo del mundo que tanto amaba, empeoró sobremanera de su alcoholismo y no logró terminar jamás Plegarias atendidas, que se puede leer hoy como una obra inacabada y compuesta de los tres únicos capítulos que vieron la luz. A semejante material, gozoso de por sí, se le une el habitual reparto espectacular sello de la factoría Murphy lleno de grandes estrellas, especialmente femeninas. Naomi Watts, Demi Moore, Diane Lane, Calista Flockhart, Molly Ringwald o Chloe Sevigny interpretan a esas damas entre ociosas y odiosas que fascinaban por su tren de vida y refinamiento. Y junto a ellas, sus maridos, figuras que quedan aquí en segundo plano pero resultan también fascinantes no solo por ser hombres de enorme poder e influencia, sino por ser artífices e incluso víctimas de estas mujeres que primero inspiraron al autor de A sangre fría y después lo destruyeron
William S. Paley, el señor y dueño de la televisión
Esposo de: Babe Paley, interpretada por Naomi Watts.
Treat Williams, fallecido en un accidente de moto en 2023, da vida en la serie al magnate William S. Paley, creador de la CBS. Su historia no podría ser más americana: hijo de unos judíos ucranianos que se enriquecieron con el tabaco, se dio cuenta al anunciar sus productos en una pequeña emisora de radio de las oportunidades que latían en los medios de comunicación. Adquirió emisoras hasta formar un complejo conglomerado que pronto incluyó también la televisión. Como en toda buena amalgama de sentimientos y negocios, William se casó con Dorothy Hart Hearst, exesposa de uno de los hijos de William Randolph Hearst, rey de la prensa e inspiración de Ciudadano Kane. Las numerosas infidelidades de él dieron al traste con la relación. Su matrimonio en 1947 con Babe Cushing, editora de moda en Vogue, mantuvo la apariencia de respetable y feliz hasta el final, que llegó con la muerte de ella en 1978.
Paley se jactaría de que Babe y él no habían pasado más de cinco noches separados durante su matrimonio. La realidad escondía unos cuantos esqueletos tras el armario, y Capote dio buena cuenta de ellos contando que William había engañado a Babe con “la esposa del gobernador”, supuestamente Happy Rockefeller, esposa de Nelson Rockefeller. Otros detalles poco fotogénicos incluyen el hecho de que William estuviera años pagándole una pensión de 200 dólares al mes a su examante, la actriz caída en desgracia Louise Brooks (sobre la que también hay una película, The Chaperone), con la condición de que ella no revelara nada sobre su affaire (cosa que finalmente ella sí hizo en sus memorias Lulú en Hollywood). Tras enviudar, Paley tuvo una relación con la modelo y actriz Barbara Allen, cincuenta años menor, que le alternaba con Bryan Ferry.
Johnny Carson, el presentador querido e infiel
Esposo de: Joanne Carson, encarnada por Molly Ringwald.
“¡Aquí está Johnny!”. Leyenda viva de la televisión, el presentador de The Tonight Show, pionero del entretenimiento nocturno (con permiso de Ed Sullivan) era una institución estadounidense del tamaño del monte Rushmore. Su vida amorosa estuvo a la altura: cuatro esposas y varias amantes, entre las que se cuentan la humorista Joan Rivers, la starlette Mamie Van Doren o la actriz Morgan Fairchild. Otras, como Sally Field, rechazaron salir con él tras definirle como “un pulpo”. La exazafata de la aerolínea PanAm Joanne Copeland y Johnny se casaron en 1963, después de que él consiguiera el divorcio de su primera esposa. El matrimonio terminó en 1972, cuando Carson confirmó que sus sospechas eran ciertas: Joanne tenía un affaire con el jugador de fútbol Frank Gifford, con el que se veía en un apartamento secreto en Manhattan, lleno de fotos del deportista.
El divorcio llegó poco después, y ese mismo año, en 1972, el despechado Carson (pese a que él también le había sido infiel a su esposa) se casó con otra Joanne, Joanna Holland. Fue un matrimonio efímero. Su cuarta y última esposa fue Alexis Maas. Joanne Carson percibió una sustanciosa pensión que mantuvo hasta el fallecimiento de su exesposo, en 2005. En 1974, Joanne intentaría escribir un libro sobre el mundo del espectáculo que había conocido tan de cerca. Se quedó en un intento que fue corregido por su amigo Truman Capote. Fue de las pocas que no le retiraron del todo su apoyo tras la publicacion de La Côte Basque. Precisamente fue en casa de Joanne, en Sunset Boulevard, donde falleció el escritor en 1984.
Stanislaw Albrecht Radziwill, el príncipe
Esposo de: Lee Radziwill, Calista Flockhart en la serie.
¿Qué puede hacer una mujer de alta sociedad y de la que se esperan ciertas decisiones en la vida cuando su hermana se ha casado con un carismático político que acabará siendo presidente de los Estados Unidos? Subir la apuesta con algo que en ese país posee la fascinación de lo ajeno: la sangre azul. Según Capote, esto es lo que hizo Lee Bouvier, hermana de Jacqueline, esposa de John F. Kennedy, al casarse con el príncipe polaco “Stash” Radziwill. Ella negaría esos celos el resto de su vida, pero es cierto que sobre el papel, Stash parecía un marido tan a su altura como John para Jackie.
Sofisticada mezcla de diplomático, empresario y hombre de negocios, Stash ya se había divorciado dos veces y residía en dos mansiones inglesas a las que pronto se sumó un apartamento en Manhattan al gusto de Lee. Tanto Lee como Stash estaban casados con otras personas en el momento de conocerse –ella con Michael Temple Canfield– y hay que señalar que en la ecuación que llevó al matrimonio, seguro que influyó el hecho de que su primer hijo, Anthony, naciera cuatro meses y medio después de su boda, en 1959.
No fue una pareja feliz: pronto entró en la ecuación Aristóteles Onassis, del que Lee estaba enamorada y que, lo que son las cosas, acabaría casándose con Jackie. Ella tuvo aventuras cuando el matrimonio ya hacía aguas con Mark Shand, hermano de la actual reina Camilla de Inglaterra, o el fotógrafo Peter Beard. El divorcio llegó en 1974. Apenas dos años después Stash falleció en Londres, a los 62 años, envuelto en el misterio y la oscuridad en la que había pasado su vida, pese a ser el esposo de una de las mujeres más observadas del mundo... con el permiso de su hermana.
Winston Frederick Churchill Guest (sí, de esos Churchill)
Esposo de: C.Z. Guest, interpretada por Chloë Sevigny.
Si con semejante acumulación de nombres –Winston Frederick Churchill Guest y sí, era primo de ese Winston Churchill– alguien no adivinase el pedigrí de este personaje, bastaría con añadir que entre sus mayores triunfos estaba ser campeón de polo. Millonario y bien relacionado de cuna, Guest llevó una existencia armónica y sin sobresaltos; tras divorciarse en 1944 de su primera esposa, Helena Woolworth McCann, que tampoco desentonaría en una novela de Edith Wharton, se casó con Lucy Douglas Cochrane en 1947, más conocida como C.Z. (léase sisi), en la mansión cubana de Hemingway. Considerada una de las mujeres mejor vestidas de su época y autora de una longeva columna sobre jardinería, C.Z. Guest era tal prodigio de elegancia que incluso salió incólume de las indiscreciones de Capote.
Jimmy Woodward, el asesinado
Esposo de: Ann Woodward, Demi Moore en Feud.
Aquí los cotilleos se mezclan de forma inextricable con la crónica negra. Lo que sucedió fue que Ann Woodward mató de varios tiros a su marido, el millonario Jimmy Woodward –interpretado en la serie por Hudson Oz–, según ella de forma accidental, al confundirle con un intruso. Los rumores pronto estallaron apuntando a que de accidental nada, porque el matrimonio hacía aguas y Jimmy planeaba divorciarse de su esposa, de origen y educación mucho más precarios que los suyos. Pese a ser exonerada por la justicia, Ann nunca pudo hacer nada contra la persistencia de la maledicencia, que además sería puesta negro sobre blanco en el relato de Capote publicado en Esquire, donde aparecía rebautizada como Ann Hopkins. Incapaz de hacer frente al ostracismo, Ann se suicidó en 1975, tres días antes de que saliese el número de la revista. Toda esta historia sería recogida por Dominick Dunne en su estupenda novela Las dos señoras Greenville, en la que el mismo Capote aparecía camuflado, añadiendo otra capa literaria a este juego de realidad y ficción.
Sir Kenneth Keith, el paciente inglés
Esposo de: Slim Keith, interpretada por Diane Lane.
El barón Kenneth Keith fue el tercer marido de Nancy Gross, apodada Slim (delgada) por su altura y esbeltez, pero ni mucho menos el más interesante. La vida de esta actriz, socialite y aristócrata estuvo marcada por los encuentros y romances con personalidades tempestuosas. El primero de ellos, el actor William Powell, que se enamoró cuando ella tenía apenas 16 años. El director Howard Hawks abandonó a su esposa, hermana de Norma Shearer, para casarse con ella, y diseñó a Lauren Bacall en Tener o no tener a medida de la personalidad burbujeante y descarada de Slim.
Tras separarse de Hawks, recaló en Cuba en casa de Hemingway, y allí se enamoró del agente Leland Hayward, que estaba casado con Margaret Sullavan, exesposa a su vez de Henry Fonda y William Wyler. Slim y Hayward fueron un matrimonio feliz hasta que él la abandonó por la socialité Pamela Churchill. Ahí entró en escena Kenneth Keith y una vida reposada en Inglaterra que mató a Slim de aburrimiento hasta que se divorció en 1972. Hay otro nombre bastante más siniestro que ella nunca confirmó, pero aparece en el texto de Capote: en él un personaje llamado Ina Coolbirth, trasunto de Slim, se emborracha y cuenta que Joe Kennedy la violó cuando ella tenía 18 años. En los capítulos emitidos hasta ahora, esa cuestión no se ha abordado. Pero quedan muchos. Y Murphy, como Capote, no se suele guardar nada.
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