Con corazón de geranio y espíritu rebelde: este es el perfume que comparten los verdaderos amigos
El modelo californiano Josh Upshaw lidera la ‘crew’ de Bad Boy Cobalt, la fragancia más refrescante y electrizante de la línea superventas de Carolina Herrera. Una actualización del mito del rebelde y el aroma de la nueva masculinidad
No hay nada más revolucionario hoy que reivindicar la amistad. Del mismo modo que el concepto de masculinidad se ha ido llenando de nuevas aceptaciones para adaptarse al hombre actual, la amistad masculina también vive su propia revolución, sacudiéndose los prejuicios heredados para revelarse como lo que es: ese espacio seguro que nos permite abrirnos emocionalmente y ser nosotros mismos. Carolina Herrera nos lo recuerda con Bad Boy Cobalt, la fragancia más refrescante y electrizante de la línea —y el mundo de la perfumería siempre es un buen catalizador de los cambios que ocurren socialmente—, con la que rinde culto a la fuerza y la honestidad de esos vínculos prácticamente fraternales.
La elegancia natural del californiano Josh Upshaw lidera la Bad Boy Crew de la firma, arropado por los también modelos Ty Ogunkoya, Eric Martin y Aiden Andrews. Los cuatro salen a la conquista de Nueva York, para dejar su huella en una de esas noches azules de la ciudad, reconvertida en su particular patio de recreo: hay motos, bailes, grafitis, carreras y por supuesto, un aroma compartido con estela de geranio. “What a night, New York City, heard it goin’ down”, entona el rapero Ghostface Killah en esta nueva reinvención del mito del rebelde. “¿Qué sería de la diversión sin romper algunas reglas?”, se preguntan desde Carolina Herrera, porque si algo define tanto a los perfumes de la firma como al hombre que encarnan es esa osadía a cuestionar lo establecido. Muy diferentes entre sí, cada uno de sus renovados embajadores es tan poliédrico como la fragancia misma: poseen tanto el atractivo como la sensibilidad, son atrevidos como conscientes de su vulnerabilidad, y, sobre todo, lo bastante seguros como para no tomarse nada demasiado en serio.
Cuando Bad Boy vio la luz en 2019, desde su rupturista composición oriental hasta ese frasco de alto voltaje, inmediatamente se convirtió en un símbolo de todas estas dualidades y contradicciones: una mezcla provocadora donde la vitalidad y luminosidad de la salvia, el cannabis herbal o la pimienta se entrelazan con notas más oscuras y sensuales como el cacao, la madera de ámbar o el cuero más suntuoso. Había sido concebida para completar a la fragancia femenina Good Girl y para ser su pareja, nunca mejor dicho, el listón estaba alto: ese vertiginoso stiletto es, a día de hoy, una de las referencias más premiadas y buscadas del mercado. Un mercado que, cuando se trata del público masculino, se rige por otras reglas: los estudios aseguraban que los hombres apenas compran fragancias y, cuando lo hacen, apenas dedican unos segundos para valorar su elección. Debían ser rápidos y recurrieron a la velocidad de la luz, respondiendo con un poderoso relámpago azul noche, imposible de predecir y controlar —esculpir ese frasco, de hecho, fue un auténtico desafío—, elevado a icono de la perfumería.
Su nueva referencia, Bad Boy Cobalt, es su visión más refrescante de la masculinidad y la rebeldía. “Queríamos crear algo que fuese un poco mineral y terroso, que recuerde al modo en que huele el aire tras una tormenta”, explica la directora Creativa de Belleza y Fragancias, Carolina A. Herrera. “Jugar con la marca Bad Boy siempre es muy divertido y con Cobalt queríamos una fórmula sorprendente y revitalizante”. Que el modelo Josh Upshaw, con su indómita naturalidad californiana y su conocida pasión por el surf – “No hay nada mejor que estar en el agua y sentirte parte de ella”, asegura–, sea el rostro del perfume, reafirma su espíritu enérgico y salvaje.
El geranio y la ciruela laten con fuerza en el corazón de Bad Boy Cobalt, construido a base de sofisticados contrastes, donde las notas superiores y frescas de la pimienta rosa y la lavanda chocan con los acentos minerales del fondo, con una tríada terrosa de notas de trufa, maderas de roble ahumado y extractos de cedro y vetiver. Una audaz selección de ingredientes, encapsulada en un rayo azul brillante y degradado, reflejo de esos contrastes, los lugares compartidos y las perspectivas totalmente opuestas, que sostienen las amistades más honestas. Unos vínculos tan fuertes como el cobalto y tan identitarias como un perfume.
Perfumarse a conciencia
Porque la preocupación medioambiental también está arraigada en la nueva masculinidad, los ingredientes utilizados en los perfumes Bad Boy han sido seleccionados siguiendo métodos de extracción éticos. En este camino hacia la sostenibilidad, la firma también ha empezado a apostar por los perfumes recargables: su primera creación, Bad Boy ya cuenta con una opción recargable, para que no tengamos que cambiar el frasco cuando agotemos su fragancia. Un icono eterno.
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