_
_
_
_

Del “gotelé a lo bestia” a muros con cicatrices: ¿ha llegado el fin de las paredes perfectas y aburridas?

En respuesta a las paredes lisas, neutras y anodinas que nos dejó el reinado del estilo escandinavo, llegan un volumen y unas texturas que generan matices y sensaciones que hacen mucho más rico un ambiente

El proyecto Churruca, de Be Studio, pintado en un potente color caldera.
El proyecto Churruca, de Be Studio, pintado en un potente color caldera.
Tachy Mora

Si lleva tiempo pensando en quitar el gotelé para alisar las paredes, se le está pasando el momento. A no ser que esté convencido de querer un estilo neutro, quizá debería valorar si esa inversión podría ir en otra dirección que aporte más riqueza al diseño de sus espacios. Una primera opción para generar una textura sugerente y, al mismo tiempo, perder de vista esa gota que hace daño a los ojos es no tratar de quitarla sino ocultarla bajo otro material que lo permita. Por ejemplo, una capa de mortero de arcilla en la que se perciba la huella y textura de su aplicación artesanal, en lugar de optar por un acabado liso.

Una superficie con las imperfecciones de una aplicación manual o con un acabado rugoso aporta una mayor profundidad a un espacio que una pared lisa, generando matices, sensaciones y una reflexión de la luz que hace mucho más rico un ambiente, ya sea buscando una estética orgánica, natural, vernácula, industrial o gráfica. Los acabados texturizados se pueden conseguir de muchas maneras, incluso a través de ciertos revestimientos gracias a las nuevas tecnologías de producción. Si se está en un proceso de reforma o de nueva construcción conviene examinar qué puede ser interesante dejar en estado crudo o dónde se podrían aplicar revocos o enlucidos más táctiles, en lugar de perfectamente lisos.

El acabado rugoso de la pared de la derecha de la Villain House de Clàudia Raurell es, en realidad, un muro estructural de hormigón ranurado que se ha dejado visible.
El acabado rugoso de la pared de la derecha de la Villain House de Clàudia Raurell es, en realidad, un muro estructural de hormigón ranurado que se ha dejado visible.JOSE HEVIA BLACH

En un extremo de esta creciente texturización de las paredes estaría la Villain House de la arquitecta Clàudia Raurell: la rehabilitación de una barraca autoconstruida en la falda norte de Montjuïc (Barcelona) que “celebra un brutalismo desnudo, honesto y que expone sus cicatrices sin complejos”, explica Clàudia. La materialidad de las texturas ranuradas y rugosas que presentan algunos de sus muros tiene la intención de homenajear a la autoconstrucción original. Por eso, también en el interior todo en esta vivienda se tiñe de gris, “desplegando un amplio espectro de su (des)tonificación y texturización”.

“Se trata de un muro de carga de bloque de hormigón. El estado crítico que presentaban las medianeras nos obligó a reforzarlas con un nuevo muro estructural tangente a dichas medianeras. Inicialmente, este muro iba a ser de bloque de hormigón liso, pero como la materialidad del proyecto se basaba en la destonificación y texturización del gris, estuvimos investigando las diferentes tipologías de bloque que el mercado nos ofrecía, hasta encontrar este de hormigón ranurado”, explica la arquitecta. La riqueza sensorial y estética que aporta al diseño interior es incuestionable.

La técnica tirolesa ha sido empleada por el estudio Burr en su proyecto Isabelita, en contraste con otros materiales como el gres rosa o los suelos continuos pulidos.
La técnica tirolesa ha sido empleada por el estudio Burr en su proyecto Isabelita, en contraste con otros materiales como el gres rosa o los suelos continuos pulidos.
El estudio madrileño Burr ha usado la técnica tirolesa en su proyecto Blasón para conseguir un acabado rugoso hipertexturizado.
El estudio madrileño Burr ha usado la técnica tirolesa en su proyecto Blasón para conseguir un acabado rugoso hipertexturizado.

En esta misma línea de acabado súper rugoso, el estudio madrileño Burr ha recuperado para algunos de sus proyectos una técnica conocida como tirolesa: una especie de “gotelé a lo bestia”, extremadamente rugoso, que según cómo se aplique, dónde y en compañía de qué, puede generar un resultado muy interesante a nivel de texturas, percepción y contrastes. Tanto en su proyecto Blasón como en Isabelita, lo han aplicado en dos naves industriales, consiguiendo introducir, a través de los materiales, una referencia que conecta el lugar con su tipología y época de construcción, al tiempo que la suaviza para que transicione estableciendo vínculos con su pasado hacia su nueva función.

“En Burr estamos muy interesados en la historia de algunas de las técnicas de construcción con las que nos encontramos. Entendemos que, al emplear un determinado proceso constructivo, en cierta medida se pone de manifiesto la historia implícita que conlleva”, explica Elena Fuertes. “La técnica tirolesa ha sido aborrecida porque se usó durante mucho tiempo para ocultar los defectos de una mala ejecución, dado que las protuberancias que genera crean sombras irregulares que disimulan los posibles errores. Es una técnica tradicional que se realiza a mano y a nosotros, por el contrario, nos parece interesante rescatarla. Creemos que reivindica un patrimonio constructivo que nos parece útil y relevante, especialmente a la hora de trabajar con estructuras preexistentes”.

Be Studio ha utilizado en su proyecto Churruca un acabado rugoso y texturizado, pintado en un potente color caldera, para generar un punto focal en la zona de acceso al edificio.
Be Studio ha utilizado en su proyecto Churruca un acabado rugoso y texturizado, pintado en un potente color caldera, para generar un punto focal en la zona de acceso al edificio.

Otra manera de usar los acabados texturizados podría ser para generar, de paso, un punto focal o un elemento de contraste. Be Studio lo han utilizado así en su proyecto Churruca, un edificio en Mataró (Barcelona) cuyo interior presenta un gran vacío central que funciona como una segunda fachada interior para las viviendas. Las amplias zonas comunes y de paso han sido tratadas con sumo cuidado estético, alternando materiales muy contrastados y con una gama cromática que les aportan mucho ritmo y singularidad. En la zona de acceso, por ejemplo, la escalera comunitaria presenta un acabado rugoso y texturizado que, además, se ha pintado en un potente color caldera, lo que la refuerza doblemente como punto focal. Además, como contraste, la pared de enfrente, donde se encuentra el ascensor, está recubierta de un azulejo vidriado en su misma gama cromática.

“Optamos por este material y tono porque queríamos crear un ambiente que reflejara calidez, carácter y que se viera natural. Se trata de un revoco de cemento aplicado a mano, buscando una superficie con un acabado ligeramente irregular. Posteriormente se le ha aplicado una pintura transpirable dentro de la gama de colores tierra, acorde con lo que expresa el propio revestimiento. La textura, además de aportar una sensación táctil y visual, juega con la luz de manera interesante, generando profundidades y matices que evolucionan según la iluminación”, explica Silvia Baulies.

Colección Fe de porcelánico, diseño de Francesc Rifé para Nadis Design, con una microtextura que reproduce acabados metálicos e iridiscentes.
Colección Fe de porcelánico, diseño de Francesc Rifé para Nadis Design, con una microtextura que reproduce acabados metálicos e iridiscentes.

Un acabado texturizado también se puede conseguir a través de revestimientos, como el porcelánico de inspiración metálica de la colección Fe, diseño de Francesc Rifé para Nadis Design. En su caso, presenta una microtextura, suficiente para reproducir acabados metálicos e iridiscentes y resultar, al mismo tiempo, una superficie táctil. “Creo que la inclinación de muchos profesionales hacia acabados texturizados y revestimientos que evocan lo artesanal responde a una búsqueda de la autenticidad en los espacios”, reflexiona Francesc Rifé. “Al menos yo, por muy pragmático que me sienta, aprecio la emoción de lo imperfecto y no quiero alejarme de ello. Con Fe quería precisamente eso: recuperar los matices que solo te ofrecen los materiales vivos como el acero, el hierro o el latón, pero ganar en resistencia, durabilidad y mantenimiento”.

Colección Lins de revestimiento cerámico, diseño de Yonoh para Harmony, con una sutil textura gráfica acanalada.
Colección Lins de revestimiento cerámico, diseño de Yonoh para Harmony, con una sutil textura gráfica acanalada.

El avance y la tendencia a la inclusión de diferentes volúmenes que ha experimentado la cerámica es otra opción para conseguir revestimientos texturizados. Como ya se puede hilar muy fino, incluso es posible reproducir diseños con una estética gráfica construida desde el volumen, como la colección Lins, diseño de Yonoh para Harmony. Los seis diseños que integran esta colección se pueden colocar de forma aleatoria, generando una superficie cerámica con un acanalado gráfico muy fino, sutil y visualmente sugerente.

“Al diseñar Lins, nos alineamos con la tendencia actual hacia superficies más texturizadas que aporten una nueva dimensión a los interiores, en este caso a través de una textura sutil. Más allá de la versatilidad de su aleatoriedad, la interacción con la luz de la textura de Lins añade una dimensión dinámica a los interiores, transformando el espacio a lo largo del día con sombras y reflejos que realzan la belleza de las superficies”, explica Alex Selma. “Después de un prolongado período en el que los espacios asépticos dominaban el diseño de interiores, hoy buscamos crear ambientes más humanos y auténticos, en los que la imperfección o las irregularidades sirvan como medio para generar una atmósfera más acogedora”.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Tachy Mora
Escribe desde 2006 en EL PAÍS Semanal sobre diseño, interiorismo y arquitectura. Periodista y comisaria de exposiciones, interesada especialmente en las nuevas tendencias, estilos de vida e hibridación entre disciplinas. Autora de libros y exposiciones como ‘Artesanía Española de Vanguardia’ y ‘Escenarios de un Futuro Cercano’.
Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_