Decoración navideña en papel a la intemperie: así es el material estrella de este estudio barcelonés

Cualquiera que visite estas Navidades los lujosos pueblecitos de la Roca y las Rozas Village, en Barcelona y Madrid respectivamente, se dará cuenta de que trepando por las fachadas hasta llegar al cielo figura una decoración navideña un tanto atípica. No es como la que se puede ver en las calles y plazas de las ciudades, ni mucho menos se limita a las guirnaldas y arbolitos con regalos de cartón piedra que abundan en los clásicos centros comerciales. Los de ambos villages son motivos de Navidad hechos de papel reciclado, una apuesta aparentemente arriesgada a la vista de las lluvias que diciembre ha traído en todo el país.

“El tema está en que es un papel que aguanta la lluvia, porque de hecho es el mismo que utilizan los buzos para sus planos subacuáticos”. Lo aclara por videollamada el arquitecto Inti Velez Botero, quien ha planteado la decoración junto a Iris Joval y Daniel Mancini, los tres integrantes de la agencia Wanda. Desde su estudio en Barcelona resolvieron con el mismo papel los techos orgánicos y salvajes que se podían observar durante la retrospectiva que el Victoria & Albert Museum de Londres le dedicó al diseñador Christian Dior en 2018. También han firmado varias instalaciones en el Guggenheim de Nueva York de nuevo con este papel exento de celulosa, compuesto de calcio (es lo que hace que sea 100% resistente al agua) y altamente reciclable.

Para la decoración de los villages, en Wanda llevan trabajando desde diciembre de 2021. O sea, que se han pasado un año entero dándole vueltas y vueltas a cómo ir más allá de los adornos y encendidos típicos, tal y como señala Velez: “Lo que no queríamos era caer en los clichés de estas fechas. Los primeros meses nos basamos en algo más formal, más gráfico, hasta que nos pasaron el concepto de la campaña de Navidad de este año”. De eso hace unos tres meses y, desde entonces, 20 personas se han dedicado en cuerpo y alma a montar una constelación de estrellas que, con satélites añadidos y con los motivos que la agencia catalana estableció desde el principio, ahora conforman el tapiz celestial que enmarca las arquitecturas de la Roca y las Rozas Village.

El montaje ha tenido sus complicaciones. “Fácil no ha sido, pero es que nunca lo es”, dice Velez riéndose, por fin, después de que muchas piezas tuvieran que confeccionarse por segunda vez y hacerse más resistentes porque en un principio no aguantaban ciertas climatologías. Luego hubo que coordinarse con el proveedor encargado de iluminar los adornos y asegurarse de que el entramado eléctrico se viera lo menos posible, de modo que el diseño final no perdiera ni pizca de su belleza original. Es decir, que detrás del proyecto ha habido una labor casi de ingeniería.

Que el arquitecto se ría ahora durante la entrevista se debe, claro, a que al final ha salido todo según lo planeado. Tras visitar los diferentes villages hace un año, en Wanda llegaron a la conclusión de que los adornos navideños tenían que ser elementos en común, y capaces de cambiar de escala de forma fácil sin perder su identidad de base. ¿Ya habéis visto el resultado en vivo y en directo? “Sí, e incluso ya hemos recibido los primeros comentarios en redes”, concluye Velez: “Lo guay es que, vayas al village al que vayas, incluido el que hay en Londres, la lectura de nuestro trabajo se adhiere muchísimo a la personalidad de cada espacio”.