Nacho Vidal, condenado a multas por 8.100 euros por conducir drogado y sin carné por Valencia
El exactor de cine porno también tiene prohibido conducir vehículos a motor o ciclomotor durante dos años, tras ser interceptado trasladándose a una velocidad muy baja y de modo errático. La sentencia descarta, sin embargo, que las lesiones sufridas por uno de los agentes guarde relación directa con los hechos
El Juzgado de lo Penal número 11 de Valencia ha impuesto dos multas al exactor de cine porno Ignacio Jordà, conocido artísticamente como Nacho Vidal (Mataró, 52 años), por un total de 8.100 euros por dos delitos contra la seguridad vial: uno por conducir bajo la influencia de las drogas y otro por hacerlo sin carné. La sentencia, que puede ser recurrida en apelación ante la Audiencia Provincial, le impone también la privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores durante dos años.
La magistrada ha declarado probado que el acusado fue interceptado en la avenida Ausiàs March de Valencia por agentes de la Policía Local y la Policía Nacional el pasado 3 de octubre de 2020, tras conducir su vehículo a una velocidad muy baja y “de modo errático y zigzagueante”, lo que provocó que estuviera a punto de colisionar con otros coches. Los policías percibieron en su conducta síntomas que apuntaban a la ingesta de estupefacientes, como “desconexión del entorno, incapacidad para el habla, mirada perdida” o “serias dificultades para mantenerse en pie y súbitas caídas”, entre otros.
Según recoge la sentencia, hecha pública este jueves 30 de enero por el Tribunal Superior de Justicia valenciano, el conductor tenía sus facultades “mermadas por la previa ingesta de GHB”, en alusión a la droga sintética denominada ácido gammahidroxibutírico, también conocida como éxtasis líquido. Así lo confirmó la extracción de sangre a la que se sometió voluntariamente esa misma tarde en el hospital La Fe (tras negarse previamente a someterse a las pruebas de drogas y alcoholemia requeridas por los agentes).
Por todo ello, el juzgado considera a Vidal autor de un delito contra la seguridad vial por conducción de vehículo a motor bajo la influencia de drogas tóxicas y le impone una pena de multa de nueve meses con cuota diaria de 10 euros, así como la privación del derecho a conducir durante dos años, según añaden desde el TSJCV. Además, cuando fue interceptado por la Policía, el actor carecía de carné porque lo había perdido como consecuencia de otra sentencia dictada el 29 de junio de ese año, también por conducir sin el saldo de puntos necesarios para ello. Por esa razón, la jueza le aplica la agravante de reincidencia para ese segundo delito contra la seguridad vial y le condena al pago de una multa de un año y medio con cuota diaria de 10 euros.
La sentencia descarta, sin embargo, que las lesiones sufridas por uno de los agentes que sujetó al conductor durante una de sus constantes caídas guarde relación directa con los hechos en los que se fundamenta la condena. Esto le exime al penado del pago de la responsabilidad civil que ese policía reclamaba.
Paralelamente, Nacho Vidal se encuentra también a la espera de juicio por un supuesto delito de homicidio imprudente cometido en el transcurso de un ritual con veneno del sapo bufo por el que se enfrenta a una petición de condena, por parte de la Fiscalía, de siete años de prisión por un delito de homicidio imprudente y otro contra la salud pública. Ese suceso se produjo el 28 de julio de 2019 en la localidad valenciana de Enguera y en el transcurso del mismo falleció un hombre ―el fotógrafo José Luis Abad― que, al parecer, había acudido al domicilio de Vidal para someterse al referido ritual.
Cuando trascendió la detención de Vidal hace más de cinco años, en su página web se destacaba su condición de coach (entrenador): “Nacho Vidal guía un proceso de cambio en las personas que experimentan su acompañamiento”. En un vídeo subido hace unos ocho años en YouTube, explicaba su “humilde experiencia” con el sapo bufo, que conoció a través de un amigo en Ibiza. Entonces pasaba un mal momento con sus “adicciones y apegos, vivía en un bucle”. Allí sostenía que después de la segunda toma cerró “sus círculos de adicciones” y se reencontró con su “espíritu”, además de “conectar con lo que importa, que es la tierra y la madre naturaleza”.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.