El final definitivo de dos décadas de Brangelina: de la fascinación por Angelina Jolie y Brad Pitt a años marcados por las denuncias y unos hijos que reniegan de su padre
El inicio de la relación fue un escándalo, pero pronto la pareja se convirtió en una de las más poderosas de Hollywood. Ahora ha terminado con un tenso proceso de divorcio que ha durado ocho años y ha sacado a la luz los episodios más oscuros de una historia que ha ocupado titulares durante 20 años
Brangelina ya es historia. Este acrónimo nació hace 20 años, cuando Angelina Jolie (Los Ángeles, EE UU, 49 años) y Brad Pitt (Shawnee, Oklahoma, EE UU, 61 años) empezaron su relación en 2005 tras conocerse en el rodaje de la película Sr. y Sra. Smith. Una historia que escandalizó al mundo, pues él formaba hasta entonces un idílico matrimonio con otra de las actrices del momento, Jennifer Aniston (Los Ángeles, EE UU, 55 años). Durante 12 años, Brangelina fue sinónimo de poder y éxito, pero nada queda ya de la pareja que enamoró a Hollywood, medios de comunicación y seguidores de todo el mundo. Después de ocho años de batalla legal —cuatro veces más tiempo del que estuvieron legalmente casados—, los actores por fin han llegado a un acuerdo de divorcio con el que, de manera oficial, han empezado un 2025 con caminos separados para siempre. No ha sido fácil llegar hasta este punto de entendimiento, ya que han protagonizado una de las separaciones más largas y tensas de la historia del star system. Lo que parecía ser una película de amor de las que arrasa en taquilla terminó convirtiéndose en un guion de dolor de una familia numerosa ahora dividida.
Los focos les iluminaban, el público les quería, se convirtieron en una de las parejas más respetadas de la industria cinematográfica. En definitiva, todos les envidiaban y querían ser como ellos: el matrimonio perfecto de Hollywood que conseguía aquello que se proponía, aunque no todo era tal y como mostraban públicamente. Tras Brangelina, hoy son solo Brad y Angelina, dos actores que han continuado con sus vidas y sus carreras profesionales a la vez que hacían frente los capítulos más oscuros de sus vidas, como se fue conociendo en las demandas cruzadas y documentos legales, que incluyó una investigación del FBI.
Sus éxitos y caídas han sido públicos y comentadísimos, lo mismo que ha sucedido con su mediático divorcio. En los ocho años que ha durado el largo y amargo proceso judicial, se ha hablado mucho —incluso demasiado— de todos sus problemas. Han utilizado su fama para hablar de ello —casi siempre a través de portavoces— con el objetivo de conseguir que la opinión pública se posicionase a su favor, a veces con éxito y otras fracasando en el intento.
La noticia de ese acuerdo de divorcio que firmaron el 30 de diciembre de 2024 llega en uno de los mejores momentos personales y profesionales de ambos intérpretes: Jolie, en plena promoción con la película María, que busca ser nominada en la temporada de premios rumbo al Oscar, y siempre rodeada de sus seis hijos; y Pitt, que está feliz junto a su pareja, Inés de Ramón, terminó el rodaje de la película F1 justo a tiempo para disfrutar de unas relajadas e íntimas vacaciones navideñas con la diseñadora de joyas en Carmel (California). Según ha publicado Page Six, fue ella quien lo animó a resolver de una vez su divorcio para que así pudieran seguir adelante con su vida juntos. “Hace más de ocho años, Angelina pidió el divorcio al señor Pitt. Ella y sus hijos dejaron las propiedades que compartían y se han enfocado desde entonces en encontrar la paz y sanar como familia. Angelina está exhausta, pero está aliviada de que esto haya terminado al fin”, señaló su abogado, James Simon, a People.
Hay que remontarse dos décadas atrás para entender los comienzos de esta historia de amor que, como no podía ser de otro modo, también tuvo sus momentos dramáticos. Se conocieron en el rodaje de Sr. y Sra. Smith, película en la que interpretaban a un aburrido matrimonio que no era tal: ambos son agentes secretos, pero ninguno de ellos sabe el trabajo del otro. En aquel momento, el protagonista de El club de la lucha estaba casado con Aniston. En enero de 2005 la pareja anunció su divorcio por “diferencias irreconciliables”. Poco después nacía Brangelina. Aunque negaron que su relación comenzase a la vez que Pitt seguía casado con la actriz de Friends, el tiempo solo ha confirmado lo que fue un secreto a voces durante meses. La realidad es que ese mismo verano se dejaron ver de vacaciones en Kenia y Etiopía, hasta donde viajaron para que Jolie adoptara a Zahara (a quien en diciembre de 2005 Pitt adoptó junto a Maddox, el primer hijo de la actriz). En mayo de 2006 dieron la bienvenida a su primera hija biológica, Shiloh. Diez meses después adoptarían a Pax en Vietnam. Apenas dos años de relación y la pareja ya podía presumir de tener un hogar con cuatro hijos. La familia se completaría en julio de 2008, cuando nacieron los mellizos Vivienne y Knox. En total, seis hijos que crecieron bajo el amparo de dos de las estrellas más queridas de Hollywood. Y lo que parecía ser una infancia feliz para ellos, acabó convirtiéndose en una pesadilla de la que a medida que cumplen la mayoría de edad intentan distanciarse.
Por el momento, cuatro de ellos han decidido quitarse, de manera simbólica o legal, el apellido del actor, demostrando así su posicionamiento en esta batalla legal a favor de su madre. De hecho, sus hijos fueron el motivo de la separación que sorprendió al mundo en 2016. Siempre según la versión de la intérprete, su expareja agredió físicamente a dos de sus hijos durante un viaje en avión privado desde Francia a Los Ángeles. “El historial de abuso físico de Pitt hacia Jolie comenzó mucho antes del viaje en avión de la familia en septiembre de 2016″, pero este vuelo “marcó la primera vez que también dirigió su abuso físico contra los niños”, expusieron públicamente los abogados de Jolie en otra denuncia que interpuso contra el actor el pasado mayo. Esa agresión, de la que ya se conocieron detalles a través de una demanda de la actriz en 2022, sería el principio del fin para Brangelina. Cinco días después, Jolie solicitó el divorcio tras 11 años de relación y dos de matrimonio, abandonó la casa que compartían y pidió la custodia de los seis hijos. Pero no han sido ellos el motivo principal de desencuentro (al menos públicamente).
Ambos, con posturas situadas en polos opuestos, han utilizado uno de sus negocios en común como arma contra el otro. El Château Miraval, escenario de su íntima boda, ha sido un quebradero de cabeza para ellos. Los viñedos en La Provenza (Francia) que adquirieron juntos se pusieron a la venta tras la ruptura por 55 millones de euros, y desde entonces han sido el motivo principal de las disputas legales. Todo estalló en 2021, cuando Jolie acusó a Pitt de bloquear la venta; en febrero de 2022, fue el actor quien denunció a la intérprete por vender su parte de la finca al empresario ruso Yuri Shefler sin previo aviso, a pesar de que acordaron no vender estas acciones sin conocimiento del otro; semanas después, ella presentó una contrademanda alegando que nunca existió tal acuerdo y que la venta fue una manera de cerrar “ese capítulo profundamente doloroso y traumático de su vida y la de sus hijos”. La batalla legal continuó en 2024, cuando un tribunal ordenó a Pitt que revelase las comunicaciones por correo electrónico y mensaje de texto con el fin de encontrar, según los abogados de Jolie, más conductas de abuso por parte del dos veces ganador del Oscar. Lo que no se sabe es si esa batalla está ya cerrada, pues podría haber sido uno de los puntos del acuerdo de separación.
Lo único que les une ahora son sus seis hijos, aunque eso no es del todo cierto: han decidido posicionarse del lado de la protagonista de Maléfica y apenas mantienen relación con su padre. “No es fácil para Brad recordar que ha perdido a sus hijos. Él los ama y los extraña”, señaló una fuente cercana al actor a People, que añadía que el intérprete está “decepcionado” de la decisión que han tomado algunos de ellos de quitarse el apellido Pitt. 20 años después de conocerse, la historia de Brangelina ha llegado a su fin. Aunque quizá no del todo, pues aún faltan por conocerse los detalles de su divorcio que, de hacerse públicos, harán correr de nuevo ríos de tinta.
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