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El legado de Patrick Swayze 15 años después de su muerte

El actor y bailarín protagonizó películas que siguen siendo una referencia, cambió la conversación sobre el cáncer de páncreas y dejó una herencia millonaria a la mujer con la que estuvo casado más de tres décadas

Patrick Swayze
El actor y bailarín Patrick Swayze en un evento promocional en el que firmó copias de la banda sonora de 'Dirty Dancing', en 1988 en una tienda de Los Ángeles (California).Vinnie Zuffante (Getty Images)
Ixone Arana

“Patrick Swayze descansó en paz hoy, con su familia a su lado, después de encarar los desafíos de su enfermedad durante los últimos 20 meses”, anunció la portavoz del intérprete, Annett Wolf, un 14 de septiembre como este, pero de 2009. “El actor que enseñó al público a bailar con Dirty Dancing y a llorar con Ghost perdió el lunes su batalla contra el cáncer de páncreas a los 57 años”, publicó entonces este periódico. Han pasado 15 años desde entonces, pero el recuerdo del actor y bailarín estadounidense sigue intacto en el imaginario popular. Parece una frase hecha para referirse a estrellas que han fallecido antes de tiempo, pero en este caso no lo es.

“Cada vez que alguien me pregunta cuál es mi legado, digo lo mismo”, advertía Patrick en una grabación para el audiolibro de sus memorias, The Time of My Life, que publicó junto a su mujer, Lisa Niemi, unas semanas antes de morir. “Todavía no he terminado”, era su respuesta. Su obra, su mensaje y su memoria prueban que es verdad, que a pesar de los años su legado no termina.

Una filmografía imperecedera

Patrick Swayze era el segundo de los cinco hijos del ingeniero mecánico Jesse Wayne Swayze y la coreógrafa Patsy Karnes. Los cinco asistieron a la exigente academia de su severa madre y todos terminaron convirtiéndose en actores y bailarines, pero ninguno alcanzó la popularidad de Patrick. “Mis padres solo aceptaban un primer puesto y yo tenía que lograrlo. Pensaba que solo era una máquina y no sabía si había algo dentro de mí que le pudiera interesar a alguien”, llegó a reconocer el actor en una entrevista. Lamentablemente, su padre murió en 1982 y no vio cómo su hijo se convertía en una estrella mundial.

Su época dorada fue la de finales de los ochenta y principios de los noventa, cuando encadenó sus cuatro películas más conocidas: la icónica Dirty Dancing (1987), donde interpretó al carismático instructor de baile Johnny Castle; De profesión: duro (1989), en la que encarnaba al misterioso guardia de seguridad James Dalton; Ghost (1990), donde daba vida al fantasma de Sam para representar, junto a Demi Moore, uno de los mayores clásicos del cine romántico; y Le llaman Bodhi (1991), en la que su personaje (Bodhi), un soñador surfero que atraca bancos, le hace replantearse la vida al infiltrado agente del FBI interpretado por Keanu Reeves.

Keanu Reeves y Patrick Swayze en una escena de 'Le llaman Bodhi', de 1991.
Keanu Reeves y Patrick Swayze en una escena de 'Le llaman Bodhi', de 1991. mptvimages.com

Si algo demuestra el vigor actual de estos títulos, en los que Swayze lo mismo hace de un cachas que reparte mamporros que interpreta una conmovedora despedida de las que dejan huella, es que siguen siendo carne de musicales, secuelas y remakes. El primero fue en 2015, cuando se estrenó una adaptación de Le llaman Bodhi, pero esta vez con un agente infiltrado entre atletas de alto riesgo y un Bodhi interpretado por Edgar Ramirez. Más actual fue el estreno de la nueva versión de De profesión: duro, el pasado 8 de marzo, con Jake Gyllenhaal en el papel que hizo Swayze. Ambos fueron compañeros en Donnie Darko (2001) y Gyllenhaal le dedicó unas palabras en Instagram antes del estreno: “Tenía mucho talento y sigo sintiendo un gran respeto y admiración por todo lo que ha hecho por el mundo. Nunca olvidaré su amabilidad conmigo cuando empezaba, no tenía que dedicarme tiempo, pero siempre lo hacía”. También se está preparando un remake de Ghost producido y protagonizado por Channing Tatum, aunque todavía se sabe poco del proyecto. “Tiene mucho talento. Me gustaría ver qué decide hacer”, opinaba en mayo Demi Moore. En cuanto a Dirty Dancing ―que como Ghost cuenta con su propio musical―, también hay anunciada para 2025 una nueva secuela, que contará con la protagonista original, Jennifer Grey. En 2004 se estrenó Dirty Dancing 2, un fracaso de taquilla con una historia que nada tenía que ver con la original, más allá de que Swayze interperetaba a un profesor de baile.

Lo que está claro es que por mucho que se imite mil veces el famosísimo porté de Dirty Dancing o la erótica escena de la arcilla de Ghost, cada vez que suena The Time of My Life o Unchained Melody el rostro que viene a la memoria es el de Swayze.

Demi Moore y Patrick Swayze en la escena más famosa de 'Ghost', en 1990.
Demi Moore y Patrick Swayze en la escena más famosa de 'Ghost', en 1990.United Archives / Cordon Press

Un punto de inflexión en la concienciación sobre el cáncer

Luciano Pavarotti, Aretha Franklin, Steve Jobs... han sido muchos los famosos que han fallecido a causa del cáncer de páncreas, como Swayze. Pero mientras la mayoría optaban por ocultarlo, dejando que lo poco que se sabía de su enfermedad se filtrase a través de fuentes anónimas o comunicados a la prensa, en el caso del actor fue él mismo quien decidió contarlo públicamente. “Fue muy impactante”, aseguraba en 2022 en una entrevista con Today el doctor Joe Hines, director del Centro Agi Hirshberg para Enfermedades Pancreáticas de la UCLA, en Los Ángeles. “Es una enfermedad que, como es poco frecuente y la mayoría de las personas no se recuperan muy bien, no ha recibido mucha atención y no hay muchos investigadores que se concentren en ella. Ahora, durante la última década, con la defensa que hizo el señor Swayze y luego otros, se están realizando excelentes investigaciones científicas, y eso claramente se está traduciendo en un mejor tratamiento”, explicaba.

En su primera entrevista en televisión tras ser diagnosticado, Swayze reconoció que estaba asustado, enfadado, que estaba “pasando un infierno” y que le podrían quedar dos años de vida. El bailarín no solo habló sin tapujos de su enfermedad y la humanizó, sino que llamó la atención al mundo sobre la falta de detección temprana. Para la presidenta y directora ejecutiva del Pancreatic Cancer Action Network de California, Julie Fleshman, supuso “un punto de inflexión” en los esfuerzos por generar conciencia. “Él cambió por completo la conversación que teníamos sobre esta enfermedad. Le puso un rostro real”, afirmaba en el artículo de Today.

Patrick Swayze en el evento Stand Up To Cancer en el Teatro Kodak de Hollywood (California), el 5 de septiembre de 2008.
Patrick Swayze en el evento Stand Up To Cancer en el Teatro Kodak de Hollywood (California), el 5 de septiembre de 2008. Michael Caulfield (Stand Up To Cancer/Getty Images)

Un par de semanas después de su muerte, se organizó un homenaje privado en los estudios Sony de Los Ángeles. El representante de Swayze emitió entonces un comunicado en el que solicitaba a los seguidores del actor que en lugar de llevar flores realizaran donaciones a organizaciones como The Patrick Swayze Pancreas Cancer Research Fund ―un fondo para la investigación del cáncer de páncreas creado por él dentro de la Oficina de Desarrollo del Instituto del Cáncer de Stanford― o Stand Up to Cancer, la entidad a la que el bailarín ayudó a recaudar fondos en un programa de televisión emitido en 2008.

Una herencia íntegra para el amor de su vida

Además de ser uno de los actores más populares del siglo XX, Swayze también era considerado uno de los más atractivos. Para la revista People, era el hombre vivo más sexi del mundo en 1991. Gracias a la estricta academia de baile de su madre conoció al amor de su vida, la bailarina y actriz Lisa Niemi. El flechazo fue mutuo, empezaron a salir y dos años después se casaron en una pequeña ceremonia celebrada en el jardín de los Swayze en 1975. Ella tenía 19 años y él 23, y siguieron juntos hasta que la muerte los separó. En 2014, Lisa volvió a casarse con el joyero Albert DePrisco. “Tuve un sueño con Patrick. Fue como si me estuviera dando su bendición y haciéndome saber que todo estaba bien”, confesó entonces a People.

Patrick Swayze, su madre Patsy y su esposa Lisa durante la grabación de 'Superstars and Their Moms' en la casa y rancho de Swayze en California, el 14 de mayo de 1999.
Patrick Swayze, su madre Patsy y su esposa Lisa durante la grabación de 'Superstars and Their Moms' en la casa y rancho de Swayze en California, el 14 de mayo de 1999. RON WOLFSON (Landov /Cordon Press)

En 2008, un año antes de fallecer, el Daily Mail publicó que el actor acababa de rehacer su testamento para dejar toda su fortuna, valorada en unos 40 millones de dólares, a Lisa. Para ella fueron, por ejemplo, los casi tres millones de dólares por los que se vendió en 2015 el rancho de California que el intérprete adquirió en 1983 ―tenía otro en Nuevo México donde fueron esparcidas sus cenizas―. Dos años después, Lisa entregó varias prendas icónicas de su exmarido para una subasta celebrada en Los Ángeles. La chupa de cuero que lució en Dirty Dancing fue el artículo más preciado, alcanzando los 62.500 dólares ―más de 56.600 euros― en la puja, pero también fueron objeto de deseo la camisa que llevaba en Ghost o la tabla de surf que utilizó en Le llaman Bodhi. “Es algo muy positivo, pero muy difícil de hacer”, reconoció Lisa sobre desprenderse de esos recuerdos. El dinero recaudado lo donó al centro Pancreatic Action Cancer Network, una clínica especializada en la investigación del cáncer de páncreas. Aun así, a la sobrina del actor, Danielle Swayze, no le gustó la idea. “Es la herencia de la familia”, se quejó a la agencia Press Association: “Que se vendan estos recuerdos tan preciados es una bofetada en la cara”.

Un falso hijo ilegítimo

Patrick y Lisa nunca tuvieron hijos y ese es el legado que más lamentó no dejar el actor. En sus memorias, Swayze describía que se sentía “aplastado por el dolor” por no haber conseguido tener un hijo con ella, después de ilusionarse con un embarazo que terminó en un aborto espontáneo. “Estaba tan entusiasmado aquel día, tan contento con la perspectiva de ver el latido del corazón de mi bebé… y él había muerto. No pude con eso. Llegamos al aparcamiento y Lisa y yo nos echamos a llorar amargamente”, relató en el libro.

Lo que nunca llegó a imaginar es que después de su muerte circularía por internet la noticia de que sí tuvo un hijo al que nunca conoció. Desde hace unos años, varios medios de comunicación se han hecho eco de una teoría que afirma que Jason Whittle, un exjugador de la NFL de 49 años que actualmente es propietario de una franquicia inmobiliaria en Misuri, es el hijo secreto de Swayze. Que fue fruto de una noche de pasión de 1974, cuando el intérprete tenía 21 años y la madre de Whittle 15, y que unas pruebas de ADN confirmaron el parentesco. “¡No es en absoluto cierto!”, aclaró el propio Whittle en una entrevista con The New York Times el pasado miércoles 11 de septiembre. Un ligero parecido en la mirada hizo que este rumor se hiciera fuerte y, desde entonces, el exjugador asegura que recibe peticiones de entrevistas continuamente. “Es una broma muy común en nuestra familia”, comentaba Whittle, “literalmente, una o dos veces por semana recibo un correo electrónico o alguien me pregunta”. Durante los dos últimos años, lamenta él, esta información no para de agregarse a su página de Wikipedia, solo para ser rápidamente eliminada, una y otra vez.

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Sobre la firma

Ixone Arana
Es redactora de Estilo de Vida. Antes de incorporarse a EL PAÍS, donde también ha escrito para la sección de Madrid, trabajó en 'Cinco Días', principalmente en la sección de Fortuna. Graduada en Periodismo por la Universidad del País Vasco y Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS.
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