Los objetos más personales de Federico de Dinamarca, expuestos en Copenhague
La muestra ‘Un rey del mañana’ exhibe su primera mochila escolar, el birrete de su graduación, el discurso de su puño y letra cuando fue proclamado o el uniforme con el que se casó, que se puede ver junto al traje de novia de Mary Donaldson
Tras publicar un libro sobre su visión de sus funciones como rey el pasado mes de enero, Federico de Dinamarca, que fue proclamado monarca de los daneses el pasado 14 de enero, vuelve a estar de estreno. El palacio de Amalienborg, en Copenhague, presenta es sus estancias una exposición con los objetos más íntimos del monarca. Bautizada como Un rey del mañana, se podrá visitar desde este viernes 22 de marzo hasta el próximo 8 de septiembre. Para hacer la exhibición más completa, Federico X ha aportado prendas, instrumentos y enseres con verdadero valor sentimental para él ―como el traje de novio con el que contrajo matrimonio con la reina Mary―, además de fotografías, vídeos, pinturas y sonidos que también serán expuestos. “Tengo muchas ganas de ver lo que el museo ha propuesto en relación a las cosas emocionantes que han impactado en mi vida hasta la fecha. Es una sorpresa tan grande para mí como para otros asistentes”, contaba el rey este jueves a la prensa a su entrada a la exposición, que se encuentra frente al palacio de Christiansborg, actual residencia oficial de la casa real danesa. Y eso que lo expuesto es bien conocido para él.
La pretensión es clara: hacer que el pueblo danés se sienta más cerca de su rey. A través de una mirada íntima se pueden ver objetos directamente relacionados con eventos y decisiones que tuvieron un papel fundamental en la configuración de Federico de Dinamarca como persona y como monarca. Una vez que la exposición cierre en Amalienborg —donde Federico vivía hasta que se casó—, se trasladará a Koldinghus, museo que alberga las colecciones más ricas de la casa real del país nórdico, donde permanecerá del 11 de octubre de 2024 al 21 de abril de 2025.
Los objetos exhibidos son de lo más variopintos. Se puede ver, por ejemplo, la peculiar corbata hecha con el material de un trineo, que representa una de las aventuras más extremas de Federico de Dinamarca. En el año 2000 participó en la Expedición Sirius 2000, un recorrido en trineo tirado por perros para patrullar 2.795 kilómetros al norte de Groenlandia. También el faldón de cristianar de la casa real danesa, su primera mochila para ir a la escuela o la pesada viga, apodada Maren, que el rey pasó por debajo como punto final de su entrenamiento para ser parte del cuerpo llamado Hombre Rana. De esa época en el Frogman Corps, la fuerza de operaciones marítimas especiales de las Fuerzas Armadas Danesas, también se expone un caso en el que se lee Pingo, el sobrenombre que se ganó entonces el príncipe durante un entrenamiento por su forma de andar con el uniforme mojado.
Además, se muestran artículos meramente simbólicos, como la camiseta con la que el rey corre sus maratones, la primera moneda oficial (corona danesa) con su rostro, su birrete de graduación o el uniforme naval con el que contrajo matrimonio en una ceremonia en 2004 en la catedral de Copenhague. Un traje que se muestra junto al vestido de novia que lució la reina Mary, diseñado por Uffe Frank. En otra de las salas, el público podrá ver por primera vez un vestido negro y dorado que Federico de Dinamarca le regaló a su entonces novia Mary Donaldson cuando fue a Australia por segunda vez a verla.
Si bien es cierto que la exposición recorre los momentos más importantes de la vida del actual rey, el capítulo de su enlace merece un lugar privilegiado. Además de los trajes de los novios que ya forman parte de la historia de las realezas europeas, también se pueden ver una serie de fotografías y documentos que capturan la emoción vivida aquel 14 de mayo del que en breve se van a cumplir dos décadas. La reina acompañó a su esposo en la visita a la exposición, que tampoco se quiso perder la princesa Benedicta, hermana de Margarita de Dinamarca —por lo tanto, tía de Federico— y , novena en la línea de sucesión del trono danés.
“Mi esperanza es convertirme en un rey unificador del mañana. Es una tarea que he estado esperando toda mi vida. Es una responsabilidad que asumo con respeto, orgullo y mucha alegría. Me esforzaré por llevarla a cabo con vuestra confianza”, rezaba en su discurso el día que la primera ministra de Dinamarca lo proclamaba monarca del país nórdico. El contenido, escrito en el puño y letra de Federico X, también está exhibido, además de la pulsera, compuesta de piedras preciosas azules, que sus hijos Christian, Isabella y los mellizos, Josephine y Vincent, le entregaron justo antes del cambio de trono. Un objeto de incalculable valor del que pudo presumir cada vez que levantaba el brazo para saludar al pueblo danés.
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