Meghan Markle regresa a Europa un año después para reunirse con el príncipe Enrique en los Juegos Invictus
Los duques de Sussex acuden juntos a distintos eventos de la competición, que este año se celebra en la ciudad alemana de Düsseldorf. Es la primera vez que asisten a un acto oficial desde mayo, cuando denunciaron una persecución de los paparazis por las calles de Nueva York
Los Juegos Invictus son un evento especial para Meghan Markle y Enrique de Inglaterra. Es la cita en la que se dejaron ver juntos por primera vez en público, en 2017, y que desde entonces no se pierden. Y esta edición, que se está celebrando en Düsseldorf, no iba a ser menos. Aunque estaba previsto que Meghan Markle no se dejara ver hasta la ceremonia de clausura, en cuanto aterrizó este martes en la ciudad alemana acudió a un acto junto al príncipe. Los duques de Sussex reaparecían así juntos en un acto público en la que era la tercera jornada de los Juegos Invictus, que dieron comienzo el pasado fin de semana y se extenderán hasta el próximo día 16 de septiembre.
Los duques no tardaron en subir al escenario durante la tradicional cena de participantes: “Lamento haber llegado tarde a la fiesta”, se lamentaba Markle durante su discurso. “¡Por una semana fantástica! Que lo paséis genial, os estamos animando y estamos ansiosos por traer a nuestros niños también para que puedan experimentar lo maravilloso que es esto”, dijo. El matrimonio, que renunció a sus funciones como miembros activos de la familia real británica en 2020, no había sido visto en un acto oficial desde el pasado mes de mayo. Entonces, ambos posaron juntos y sonrientes en la gala de la Ms. Foundation For Women celebrada en Nueva York, pero las sonrisas se acabaron a la salida del evento, tras lo que los duques denunciaron “una persecución automovilística casi catastrófica” de los paparazis por las calles de Manhattan. En la cena de anoche, se les pudo ver más cercanos y emocionados en una competición especial para Enrique de Inglaterra, pues decidió fundar esta encuentro de veteranos tras su paso por Afganistán. Un momento en el que demostraron de nuevo su complicidad, como ya lo hicieron en el concierto de Beyoncé en Los Ángeles, donde cumplieron con el dress code plateado que la cantante solicitó a sus fans. Algunos de los miles de espectadores captaron imágenes de la pareja, que estuvo acompañada por Doria Ragland, madre de Markle, y por Abigail Spencer, su compañera de reparto en la serie Suits.
Enrique de Inglaterra, de 38 años, aterrizó en la ciudad alemana el pasado 9 de septiembre después de una breve estancia en Londres para cumplir con otro compromiso benéfico: la entrega anual de premios de WellChild, una organización para niños y jóvenes gravemente enfermos, que se celebró el pasado 7 de septiembre, solo un día antes del primer aniversario de la muerte de su abuela, la reina Isabel II. “Como saben, no pude asistir a los premios el año pasado porque mi abuela falleció. Como probablemente también sabrán, ella habría sido la primera persona en insistir en que todavía viniera a estar con todos ustedes en lugar de acudir a ella”, mencionó durante la gala. El azar quiso que el duque, que hace más de tres años que vive en California con su mujer, estuviese en la capital de Reino Unido en una fecha tan señalada, pero se fue sin mantener ningún tipo de contacto con su familia. “Sé, exactamente un año después, que ella nos está mirando a todos esta noche, feliz de que estemos juntos”, insistió el hijo menor de Carlos y Diana de Gales. Sí que realizó una discreta visita a la iglesia de Windsor, donde está enterrada la reina, como demostraron las fotografías que tomó por casualidad un turista y que fueron publicadas en varios medios británicos.
Meghan, que evitó acompañarlo a Londres, sí que ha decidido estar con su marido durante los Juegos Invictus. Este martes, 12 de septiembre, ponía rumbo a la ciudad alemana desde el aeropuerto de Los Ángeles, según mostraron unas fotos del Daily Mail en las que se la veía muy sonriente momentos antes del despegue. Y ya por la noche reapareció junto a él. Igual que lo han hecho este miércoles, cuando los duques han animado y aplaudido en el partido de baloncesto en silla de ruedas entre los equipos de Ucrania y Australia. Es el primer evento deportivo de los juegos en el que se les ha podido ver juntos, rodeados de una multitud con la que han podido interactuar y hacerse fotos. Es la primera vez que Markle regresa a Europa tras los funerales de estado por la reina Isabel, y está previsto que la duquesa de Sussex, de 42 años, sea una de las moderadoras de la ceremonia de clausura de la competición, según confirmó el diario teutón Rheinische Post hace unos meses.
Durante los encuentros previos a la cena del martes, la duquesa de Sussex se acercó a la atleta nigeriana Glory Essien, que también participa en las competiciones. “Eres mi hermana nigeriana!”, le dijo. Una anécdota que se suma a las palabras del príncipe Enrique en su discurso durante la inauguración de los juegos, al asegurar que las nuevas naciones que se han unido a la competición este año, como Colombia, Israel o Nigeria, podían despertar un duelo entre él y la madre de sus dos hijos. “Como mi esposa descubrió que es de ascendencia nigeriana, es probable que este año sea un poco más competitivo”, recalcó el duque.
De 2007 a 2008, el príncipe Enrique fue enviado como oficial del Ejército británico a la conflictiva provincia afgana de Helmand. A la vuelta, él y sus camaradas volaron de regreso con tres heridos graves. Ese vuelo se convirtió en el nacimiento de los Juegos Invictus. Así viene explicado en su origen en la página web de este torneo ideado por el duque de Sussex, que el pasado sábado, 9 de septiembre, dio el pistoletazo de salida a su sexta edición. Düsseldorf (Alemania) ha sido la ciudad escogida en esta ocasión, después de haberse celebrado en Londres, Toronto, Sídney y Róterdam en anteriores ocasiones―en 2020 y 2021 los juegos fueron pospuestos a causa de la pandemia―. Su objetivo es apoyar la recuperación y rehabilitación de los hombres y mujeres militares participantes. El duque subrayó durante el discurso de apertura de los Juegos que la competición es “mucho más que un evento deportivo”, y “un lugar para el respeto para el servicio heroico que estos atletas brindan a sus países”.
En 2014, la ceremonia de apertura de los primeros Juegos Invictus contó con la participación del padre de Enrique, el ahora rey Carlos III de Inglaterra, su mujer, la también reina Camila, y el príncipe Guillermo. En 2016, la propia reina Isabel II participó en un divertido vídeo con su nieto, en el que aceptan el desafío del entonces presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, y su mujer, Michelle, para los juegos de ese año. En esta edición, no queda rastro de la huella de los Windsor en la competición que recientemente Enrique ha convertido en la protagonista de un nuevo documental en Netflix.
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