Britney Spears elimina su perfil de Instagram tras acusar a su padre de tratarla “como a un perro”

La cantante Britney Spears ha desactivado su cuenta en Instagram, una red social en la que acumulaba 42 millones de seguidores y que había acabado por convertirse en una especie de diario personal en el que daba cuenta de sus penas, alegrías, logros y pérdidas. Hace un año, la artista se liberaba de la tutela judicial de su padre, Jamie Spears, y recuperaba así el control de su vida después de 13 años. Desde entonces, ha utilizado sus redes sociales para comunicarse con sus seguidores y denunciar públicamente lo vivido durante todo ese tiempo.

Hasta ahora, Spears contaba los capítulos de su propia historia a través de su perfil y siempre con el mismo modus operandi: subía una publicación en la que relataba situaciones que implicaban a alguien de su familia, sus seguidores lo leían, capturaban lo que decía, los medios se hacían eco de la noticia y la cantante eliminaba la publicación. De esta manera, en su cuenta no quedaba ni rastro de las acusaciones. Solo se mantenían los videos de sus desfiles caseros, de sus bailes, de su primera copa de champán… en definitiva, de ella siendo feliz.

Las confesiones de la cantante provocaron que su padre la denunciase por difamación hace unos meses. Mientras, su madre pedía perdón públicamente con la intención de calmar la situación familiar. Hace poco más de 24 horas, Spears volvía a relatar en su perfil nuevos detalles sobre los abusos sufridos a manos de su progenitor. Pero en esa ocasión no borraba la publicación. Directamente decidía eliminar su cuenta al completo.

Después de acusar a su familia de haberla “matado” y “abandonado”, la cantante volvía a centrar la atención en su padre. “¿Por qué tú y tu familia estuvisteis de acuerdo y me tratasteis como a un maldito perro? ¿Cuál es el secreto? ¿Qué ocultáis?”, acusaba al progenitor y añadía: “Responde, padre omnipotente, si quieres sentarme de nuevo durante cuatro meses, exponiendo mi cuerpo a las enfermeras mientras me duchan como a un perro”, recordaba la cantante sobre la época en la que estuvo internada. ”Vamos, papá, dime si le harías lo mismo a tus nietas Maddie e Ivy [hijas de Jamie Lynn], si las sentarías 10 horas en una silla mientras les joden la cabeza durante cuatro meses”.

Hace menos de un mes, la cantante, de 40 años, protagonizaba una nueva polémica acerca de sus hijos, en la que explicaba el distanciamiento por el que estaba pasando: “Literalmente, ya no tengo ningún objetivo. Eran mi alegría. Ellos eran mi todo. Espero verlos. Para eso vivo. Y de repente desaparecen”.

En el último año, la cantante ha estado más presente en Instagram que en Spotify —plataforma musical—. Solo ha publicado una canción, un dueto junto a Elton John, en la que ambos versionan un viejo tema del artista inglés. Mientras, en su perfil ha compartido casi 500 publicaciones —a las que hay que añadir las que ha eliminado— y un número indeterminado de Stories (fotos y vídeos que duran 24 horas en el perfil).

La intérprete de Toxic no solo ha utilizado su Instagram para denunciar el trato que recibió por parte de su familia, también ha dado buenas noticias a sus seguidores: anunció su tercer embarazo y posterior aborto, en mayo; y en junio su boda junto al modelo iraní Sam Asghari. También ha habido tiempo para criticar a antiguos compañeros de profesión como Justin Timberlake —quien fue también su expareja—, a quien acusó de utilizarla para ganar “fama y atención”. Otro de sus lamentos era el de tener que salir al escenario junto a bailarines delgados, algo que la acomplejaba; una queja que le sirvió para criticar el cuerpo de la cantante Christina Aguilera.

No es la primera vez que la artista elimina su cuenta; ya lo hizo tras anunciar su colaboración con Elton John, pero regresó a los días. Está por ver si esta vez ocurrirá lo mismo o si, por el contrario, es una decisión definitiva.