Gisele Bündchen y Tom Brady contratan abogados matrimoniales para su divorcio
Según el medio ‘Page Six’, la pareja, que se casó en 2009 y tiene dos hijos en común, lleva dos semanas viviendo separada
Este 2022 traía vientos de cambio para Gisele Bündchen y Tom Brady. El astro del fútbol americano y estrella global del deporte anunciaba su retirada el 1 de febrero de 2022... para retractarse apenas mes y medio después. A sus ahora 45 años, Brady decidía dejar atrás una completa carrera deportiva para centrarse en su vida empresarial y familiar, una decisión que pareció agradar a la supermodelo brasileña (de 42). Sin embargo, su retorno al fútbol ha traído una enorme marejada familiar. Desde hace semanas los medios estadounidenses hablan de un distanciamiento entre la pareja, casada desde hace más de 13 años. Pero es ahora cuando los peores presagios parecen confirmarse. Según ha informado el siempre inquisitivo y rápido tabloide neoyorquino Page Six en exclusiva, y han confirmado fuentes cercanas a la pareja a la cadena de televisión CNN y la revista People, tanto el quarterback de los Tampa Bay Buccaneers como quien fuera ángel de Victoria’s Secret ya han contratado a sendos abogados matrimoniales para negociar un, parece, inminente divorcio. La pareja llevaría dos semanas viviendo separada.
En juego están más de tres lustros de relación, dos hijos en común (más otro de Brady) y millones, muchos millones. Según Reuters, precisamente, Bündchen tiene una fortuna que ronda los 400 millones de dólares (algún millón más al cambio en euros), mientras que Brady, considerado este año por Forbes el noveno atleta mejor pagado, ha ganado solo este año casi 84 millones de dólares, 52 de ellos gracias a sus compromisos publicitarios. Cuando se retire no le faltarán ingresos: ha firmado un contrato con la cadena Fox como analista por el que, durante los próximos 10 años, se embolsará 375 millones de dólares. Además, ambos tienen una cartera de activos en común por valor de 26 millones de dólares y, entre otras propiedades, una casa valorada en 17 millones de dólares que compraron hace menos de dos años en Indian Creek —lugar de esparcimiento de ricos y famosos en Florida—, un apartamento de en Nueva York, un rancho en Montana y una casa en Costa Rica, donde suelen pasar las vacaciones.
Desde que comenzó septiembre, diversos medios han publicado que Brady y Bündchen mantuvieron una fuerte pelea a finales de agosto. En un gesto poco habitual, el siete veces ganador de la Super Bowl faltó a 11 días de entrenamiento ese mes, y para justificarse explicó que el motivo era “una cuestión personal”. “Todo el mundo tiene distintas situaciones con las que lidiar, retos en nuestras vidas. Soy un hombre de 45 años, hay mucha mierda de por medio”, dijo en declaraciones a los medios tras reincorporarse a los entrenamientos.
La pareja vive en la ciudad de Miami (Florida), el Estado donde los Buccaneers de Tampa tienen su sede. De hecho, él jugó en Tampa el fin de semana contra los Chiefs de Kansas, de Misuri. Y hasta allí se desplazaron tanto Brady como Bündchen aunque, siempre según el tabloide, se alojaron en distintos lugares. Sus hijos acudieron al estadio a ver a su padre, pero ella no.
Según contaron diversas fuentes cuando Brady decidió retirarse en febrero, ese paso atrás deportivo había sido muy aplaudido por parte de la modelo. Sin embargo, a ella no le gusta que se señale que el regreso de Brady, solo seis semanas después, la habría enfadado, ya que según su entorno considera “machistas” ese tipo de declaraciones. El divorcio estaría en marcha por distintos factores, y no únicamente ese, al igual que tampoco habría terceras personas en su matrimonio.
En septiembre, quien llegó a ser la modelo mejor pagada del mundo se convertía en portada de la edición estadounidense de la revista Elle y, aunque la entrevista se llevó a cabo antes de que ella y su marido empezaran a ser noticia por sus problemas de pareja, la brasileña daba algunas pinceladas sobre lo que había supuesto el regreso de Brady a la primera línea del deporte. “Me gustaría que estuviera más presente”, dijo. “Me mudé a Boston y me centré en crear una atmósfera de amor y cariño para que mis hijos crecieran y estuvieran allí, apoyándolo a él y sus sueños. Ver a mis hijos convertirse en los bellos y pequeños hombres que son, y verlo a él triunfar y sentirse realizado en su carrera, me hace feliz”, añadía. Para luego matizar: “Me siento realizada como madre y como esposa. Pero ahora va a ser mi turno”.
La pareja inició su relación en 2006, y contrajo matrimonio en secreto en febrero de 2009. Fue en una íntima ceremonia celebrada en Santa Mónica (Los Ángeles), a la que solo fueron invitados familiares muy cercanos. “Lo planeamos en 10 días, y fue la boda perfecta”, explicó el deportista en una entrevista a GQ poco tiempo después. Cocinaron costillas a la barbacoa, champán, tarta y algo de helado, recordaba sobre la familiar fiesta posterior. En abril, el ya matrimonio se casaba por segunda vez en la casa de la modelo en Santa Teresa (Costa Rica). Menos de un año después nació su primer hijo, Benjamin, de ahora 12 años, y, en diciembre de 2012, su hija Vivian. Según adelanta Page Six, ambos querrían compartir la custodia de los niños.
De una relación anterior con la actriz Bridget Moynahan nació el primer hijo del quarterback. Aunque todo parecía ir bien entre ellos, en 2006 y tras dos años de relación decidieron separarse. Lo que ni Moynahan ni Brady sabían era que ella estaba embarazada de su segundo hijo John. Ambos se enteraron una vez que el deportista ya había empezado a conocer a la modelo brasileña. En un libro publicado en 2019, Moynahan explicó lo complicado que había sido ser madre soltera y estar en el centro de la noticia tras su separación de Brady, aunque reconoció sentirse afortunada de haber logrado junto a él ser unos buenos padres y que John se criase con personas que lo querían.
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