Mandy Moore, la eterna promesa de la música que por fin encontró su lugar en la televisión
A sus 38 años, la que fuera protagonista de películas adolescentes y cantante pop ha conseguido, por fin, ser tomada en serio como actriz gracias a su personaje de Rebecca Pearson en ‘This Is Us’
Son muchos los que acaban de descubrir a Mandy Moore. Un descubrimiento lleno de lágrimas porque el final de This Is Us, tras seis temporadas, no dejó un ojo seco a los seguidores de este drama familiar con momentos de humor centrado en la vida de unos peculiares trillizos y sus padres. A la actriz le explotó el cerebro cuando leyó el guion de Dan Fogelman por primera vez y no dudó en aceptar el papel de Rebecca Pearson, la matriarca, que en una historia llena de saltos temporales acabó interpretando desde los 27 años hasta bien entrada en la década de los 60 del personaje. Una propuesta que, en el caso de esta intérprete estadounidense, le ofreció muchas primeras oportunidades: su primer trabajo en televisión, el primero con este protagonismo y el primero como madre. “Estoy muy agradecida de una oportunidad así, que me permite demostrar todo lo que llevo dentro”, confesó en 2017 a este periódico al poco de arrancar la serie.
Pero de primeriza nada, porque Moore (Nuevo Hampshire, EE UU, 38 años) lleva en esto desde los 15 años. Un alma veterana en un cuerpo joven. Eso sí, en un cuerpo que entró en el mundo del espectáculo por la puerta grande, pero por el lado de la música, con temas como Candy que, según la revista Billboard, vendió 2,9 millones de álbumes en Estados Unidos cuando ella era aún una adolescente.
Y ese tipo de cosas, las envidias de Hollywood no las perdonan tan fácilmente. De ahí que a pesar de los agasajos y los titulares que se ha llevado el trabajo de Moore a lo largo de esta serie, a la actriz la han dejado sin Emmy este año, el galardón de televisión más destacado que se entregan este 13 de septiembre. Ni tan siquiera una candidatura. “Es frustrante que no hayan reconocido a Mandy cuando su trabajo es increíble, lleno de sutilezas y detalles”, la defendió a principios de agosto su compañera de reparto Chrissy Metz en la revista US. Ambas han sido candidatas al Globo de Oro, lo mismo que la serie, que le acabó consiguiendo este premio a otro de los trillizos, Sterling K. Brown, en 2018. Y This Is Us se ha llevado más galardones a lo largo de su trayectoria. Pero Moore ha sido la gran olvidada, como si no perteneciera a esta industria. Siempre ha dicho que está acostumbrada y que no es importante. Que lo importante es el legado del trabajo conjunto. Pero no puede ocultar que duele. “Te colocan en una caja, hacen de ti un arquetipo y es difícil salir porque no te dan oportunidades. Y eso es frustrante. Pero no me enfada”, ha declarado con diferentes palabras en numerosos encuentros con la prensa.
La caja en la que lleva años metida es la de joven portento musical, que no actriz, de la misma generación que Britney Spears, Paris Hilton, Christina Aguilera o Lindsay Lohan, pero en su caso con cierto aire de niña bien. Ya lo dijo Robin Williams a este periódico cuando trabajó con Mandy Moore en uno de sus primeros trabajos cinematográficos, Hasta que el cura nos separe (2007): “Mientras todos hablan de Paris Hilton y Britney Spears, tienes a alguien como Mandy Moore que a lo calladito hace un gran trabajo. Y seguro que tiene una gran vida sexual [risas], pero es muy buena en su trabajo”.
Williams se murió demasiado pronto para seguir defendiéndola, pero hiló fino en su comentario. Las apariencias, como Moore dice, engañan y especialmente por aquel entonces, cuando la protagonista de Un paseo para recordar (2002) se casó a los 25 años con el músico Ryan Adams. Un matrimonio que acabó en divorcio seis años más tarde con la frase habitual de “diferencias irreconciliables”. Años más tarde, la intérprete estadounidense fue transformando la narrativa de su relación pasada, indicando que había sido emocionalmente abusiva. “Ni pagándome volvería a mis veinte. Ahora me siento mucho más a gusto conmigo misma. Salí de mi divorcio mucho más empoderada de lo que me doy cuenta”, confirmó entonces a EL PAÍS.
Como siempre dice, su corazón está en la música —quizás la razón de que Hollywood no la vea como uno de los suyos—. Literalmente. No solo como artista, sino contrayendo matrimonio por segunda vez con el cantante, compositor y guitarrista Taylor Goldsmith, con quien tiene un hijo, August Gus Harrison, de 17 meses, y está esperando un segundo. Irónico que Goldsmith sí que está en la lista de los candidatos al Emmy con el tema Forever Now de la sexta temporada de This is Us en la que escribió la letra. “Orgullo sin fin hacia @siddkhoslamusic y @taylordawesgoldsmith por conseguir una candidatura al Emmy por su canción ‘Forever Now’ en la última temporada de nuestro #ThisIsUs”, prefirió escribir la actriz en sus redes tras hacerse públicas unas nominaciones de las que ella había quedado fuera.
La pasión que siente por la música también se destila en sus lágrimas. No es que no llorara durante el rodaje de la serie. O viendo películas, especialmente Eternamente amigas (1988), con Bette Midler, su placer culpable que siempre la hace llorar. “No tendría corazón si no me emocionara con los vídeos en los que ves a Joni Mitchell salir al escenario. Y me puse a berrear cuando vi su interpretación de Both Sides Now por primera vez. Ella lo es todo”, declaró a principios del mes de agosto a la revista The Hollywood Reporter en referencia a la aparición por sorpresa que hizo la icónica cantautora canadiense y su ídolo musical en el Newport Folk Festival, evento en el que participó Goldsmith.
Pero por mucho que le guste la música, la familia es lo primero para esta madre que tuvo que anunciar hace unas semanas la cancelación de su primera gira en 15 años. Llevaba año y medio preparándola con motivo de la promoción de su último álbum, In Real Life, y aprovechando el vacío que dejaba en su vida laboral el final de This Is Us. Pero entonces no sabía que estaría esperando su segundo hijo. “Es muy diferente la vida en un set que de gira en autobús. Otra energía. Así que me dije, ¿sabes qué? Volveremos a intentarlo cuando no tenga un niño en mi vientre”, comentó en el programa estadounidense de televisión Entertainment Tonight tras la cancelación de la gira esta cantante y actriz que en estos momentos solo quiere ser una madraza.
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