Kim Kardashian causó graves daños al histórico vestido de Marilyn Monroe que llevó en la gala del Met
El coleccionista Scott Fortner ha publicado una serie de fotografías en las que se aprecian los desperfectos que ha sufrido la icónica prenda después de que la empresaria lo llevara durante unos minutos
La elección de Kim Kardashian de llevar en la gala del Museo Metropolitano de Nueva York (Met) el vestido con el que Marilyn Monroe le cantó Cumpleaños feliz en el Madison Square Garden al entonces presidente de Estados Unidos, John F. Kennedy, suscitó la polémica. Por una parte, se trataba de una prenda que la actriz llevó en julio de 1962, semanas antes de ser hallada muerta en su casa, en un momento en el que era ya una mujer devastada por las pastillas y su carrera estaba al borde del abismo. Por otra, Kardashian reconoció que tuvo que adelgazar siete kilos en tres semanas para poder ponerse el traje apenas unos minutos, el tiempo que duró su paseo por la alfombra roja. Después, la empresaria se cambió el modelo original por una réplica exacta, ya que, como ella misma reconoció en una entrevista para la revista Vogue, no se atrevería a “sentarse, comer con él o correr el riesgo de dañarlo”.
Sin embargo, parece que ese breve periodo de tiempo bastó para estropear el histórico vestido. Así lo evidencian las imágenes compartidas por el coleccionista Scott Fortner, que muestran cómo la tela se ha estirado en exceso hasta romperse en la zona del cierre trasero. En las fotografías también se aprecia que faltan algunos de los cristales que adornan el diseño.
Fortner posee una generosa colección de objetos que pertenecieron a Marilyn Monroe y está al frente de la cuenta de Instagram @marilynmonroecollection, donde ha publicado las imágenes que revelan los desperfectos que ocasionó Kim Kardashian al vestido. En ellas cita a Ripley’s Believe It Or Not, el museo que lo adquirió en 2016 y desde entonces lo custodia, y que, por tanto, gestionaron el permiso para que la millonaria influencer lo pudiera llevar.
Según aseguró la vicepresidenta de la galería, Amanda Joiner, en el medio estadounidense Daily Beast a principios de mayo, tuvieron “muchas conversaciones con Kim y su equipo” y establecieron “muchos requisitos sobre la seguridad y el manejo del vestido”. De hecho, cuenta que siempre estuvo presente un representante del museo por si decidían echarse para atrás si en algún momento sentían que el vestido podía correr el riesgo de estropearse. “Hicimos dos pruebas diferentes con ella. La primera fue en Los Ángeles, en abril, y luego la segunda un poco más tarde para ver si encajaba o no. El mayor desafío que tuvimos es que realmente queríamos asegurarnos de mantener la integridad del vestido y la preservación, porque tiene 60 años y sentimos que es una pieza de moda icónica, tanto desde una perspectiva histórica como desde la perspectiva de la cultura pop”. Después de salir a la luz las imágenes de los daños, no han hecho declaraciones al respecto.
“¿Valió la pena?”, se pregunta ahora el coleccionista Scott Fortner. Monroe pagó 1.440 dólares —alrededor de 1.380 euros actuales— al diseñador Jean-Louis en 1962 por hacerle el vestido a medida, que fue bocetado por Bob Mackie. En 1999, se vendió por más de un millón de dólares en la casa de subastas Christie’s, como parte de una puja de varios objetos personales de la actriz. Más tarde, en 2016, se volvió a subastar por 4,8 millones de dólares en Julien’s Auctions, momento en el que fue adquirido por el museo Ripley’s Believe It Or Not, que sería el presunto responsable de los desperfectos que ha sufrido la histórica pieza al cedérselo a Kim Kardashian para que pudiera llevarlo durante unos minutos.
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