Nuria Roca: “Cuando alguien me hace un comentario negativo gratuito le hago un favor y lo bloqueo”
La presentadora, de 49 años, conduce desde hace unas semanas el programa de televisión ‘La Roca’
Lleva más de media vida convertida en una de las caras, las voces y las risas más conocidas de los medios de comunicación en España. Por eso, puede parecer que a Nuria Roca (Moncada, Valencia, 49 años) ya no le queda casi nada por hacer. Ha trabajado en publicidad, teatro, radio y, por supuesto, televisión: desde noticias en Canal Nou —”aprendí a leer el cue estupendamente”, recuerda divertida sobre aquella etapa de su juventud, que duró un año— hasta las Campanadas del año 2000, aquellas del temido efecto ídem, pasando por El Hormiguero (Antena 3) o su reciente estreno como cabeza de cartel en La Roca (La Sexta). Sin embargo, Nuria Roca afirma que aún tiene mucho camino por recorrer. Y que además se encuentra en una edad perfecta para hacerlo.
Muy cerca de alcanzar el medio siglo de vida, vive uno de sus momentos personales y profesionales más brillantes. Recuerda con cariño la popularidad que alcanzó cuando subió al balcón de la Puerta del Sol la Nochevieja de 1999 o cuando presentaba Waku Waku, tras ser descubierta por Chicho Ibáñez Serrador. Ahora se ve más preparada para elegir según qué proyectos. La edad, la experiencia, se han convertido en sus aliadas, confiesa: ”Existe un proceso de crecimiento. Todo lo que sabes ahora se lo debes a haber pasado por otras cosas”.
Muchas de esas cosas las ha hecho al lado de quien es su mediático compañero de faenas y a la par su marido, el escritor y guionista Juan del Val, con quien lleva casada 21 años y con quien tiene tres hijos. Asegura que se complementan y se aportan el uno al otro, y defiende que sus ahora frecuentes colaboraciones mutuas no son flor de un día. “Desde que nos conocemos hemos trabajado juntos”, explica Roca. “Juan siempre ha estado muy tapado, pero con las novelas, la exposición... todo se ha magnificado. También la tele te da mucha presencia. Pero para nosotros, para nuestro día a día, no tiene mayor influencia”, afirma. La pareja ha logrado que sus hijos sean anónimos, aunque abren la puerta a que trabajen en los medios y detrás de las cámaras; de hecho, el mayor estudia en la universidad temas relacionados con la comunicación.
Roca y Del Val citan esta vez para presentar algo que, curiosamente, nunca habían hecho juntos: una campaña publicitaria. En este caso, para la firma de moda española Cortefiel. Se lo habían ofrecido en otras ocasiones, reconoce Roca, pero les había costado lanzarse. “Queríamos hacer algo interesante, y lo que nos proponían tenía unos valores y un enfoque acorde los nuestros”, explica, asegurando que se siente “cómoda” en ese papel. “Te sube un poquito el ego”, cuenta divertida. Ella se reconoce fácil de vestir (es alta y delgada), pero reconoce que “en las teles falta diversidad”. “Quien diga lo contrario, miente. Incluso a mí me mandan mucha ropa de showrooms que no me entra. Y eso que estoy delgada”.
Salir en anuncios y marquesinas de autobús no está mal, pero reconoce Roca que la puntilla de la total exposición fue presentar durante unos días El Hormiguero en sustitución de Pablo Motos, con él de baja. Y no peca de falsa modestia al decirlo: “Fue un punto de inflexión absoluto. Me ha descubierto mucha gente”, afirma. ¿Descubierto? ¿A ella? “Sí, pero es que hay muchas veces que nos creemos el ombligo del mundo. A veces estás más presente, otras menos, y hay hechos que provocan que la gente se acuerde de ti para hacer cosas”. Eso es lo que ha significado para ella sustituir al famoso presentador de El Hormiguero. “La amplificación que te da un programa como este mueve muchas cosas. Yo estoy encantada, para eso estoy” Asegura que gracias a ello, hoy cuenta con muchos más proyectos. “Muchos estaban de antes, pero otros no. Estoy feliz y agradecida. Nos creemos tan importantes que no caemos en la cuenta de que no somos imprescindibles”, afirma.
No le preocupa estar en el ojo público. Con cerca de 900.000 seguidores en su perfil de Instagram, confiesa que lee los comentarios. “La gente que te sigue normalmente es porque le gustas, la mayoría de los comentarios son positivos. Cuando es negativo pero argumentado, me parece bien. Pero cuando es gratuito le hago un favor y lo bloqueo. ¡Pero si estás sufriendo viéndome!”, ríe. Aunque reconoce que “la mayor parte de la gente es estupenda”. “Tampoco tienes que estar pendiente solo de cosas negativas. Ni triunfamos tanto como nos dicen ni fracasamos tanto como parece. Es todo una cuestión de equilibrio”. Además, ella agradece su popularidad, “siempre pareja al trabajo”, y sabe que el día que no la reconozcan llegará a apenarse por ello, pero sin exagerar: “Esa popularidad absolutamente inasumible yo no la he vivido”.
No duda en reconocer que La Roca es su “programa soñado” y que al final todo es fruto del esfuerzo pero sabe que las oportunidades se las debe a la casualidad. Y ahora, a las puertas de cumplir 50 años, una cifra en la que muchas mujeres, y más tan expuestas como ella, empiezan a ser invisibles y a no contar para ciertos trabajos, alza la voz. “Los hombres son atractivos siendo maduros y las mujeres somos viejas: es así. Pero esa madurez es muy importante a la hora de elegir proyectos. A mí me han ofrecido algunos de joven para los que tenía muy poca experiencia, pero como estaba en boga y era monísima, pensaban en mí. Pues no, es ahora [cuando se pueden hacer]. Tengo la pena de decir: ahora haría esos trabajos muchísimo mejor. Y tiene que ver con la madurez y con la vejez. Reinvidico la vejez, sobre todo en la mujer. Le damos un valor excesivo a la juventud, tiene unos valores, sí, pero la experiencia, también”.
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