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Muere Concha Márquez Piquer a los 75 años

La cantante, hija a su vez de la artista Concha Piquer, padecía una infección pulmonar

Muere Concha Marquez Piquer
La cantante Concha Márquez Piquer actúa durante el homenaje celebrado en honor a su madre, la tonadillera Concha Piquer, en enero de 1995 en el Teatro Calderón de Madrid.
María Porcel

La cantante Concha Márquez Piquer, hija de la célebre artista Concha Piquer, ha fallecido este lunes 18 de octubre en un hospital de Madrid a causa de una insuficiencia respiratoria causada por una infección pulmonar. Tenía 75 años. Según ABC, a quien le ha confirmado la noticia su viudo, será enterrada en el cementerio madrileño de San Isidro, en la misma sepultura que su madre.

Hija de cantante y torero, y por tanto famosa desde la cuna, Márquez Piquer fue más conocida como personaje del mundo del corazón que como artista. Nacida en Buenos Aires, Argentina, su madrina fue Eva Perón. Aunque estudió ballet y canto, trabajó como cantante, grabó varios discos, realizó giras y actuó en espectáculos musicales, nunca llegó al nivel profesional de Concha Piquer, que fue una de las mayores intérpretes españolas del siglo XX, triunfando a lo largo de su carrera en Europa y América Latina y que falleció en diciembre de 1990 con 82 años. Su marido, Antonio Márquez y Serrano, afamado torero, posterior ganadero y finalmente representante de su esposa, murió dos años antes, en noviembre de 1988.

Desde su juventud, Márquez Piquer dio recitales con la figura de su madre como protagonista. En 1980 este diario recogía uno de ellos, donde se afirmaba que “tiene voz que se ondula con gracia, ha heredado el matiz y el ademán austero. El espejo es muy fiel”. Ella reconocía que pese a sus constantes giras y a sus tablas (debutó a finales de los años sesenta) los nervios nunca dejaban de traicionarla. “Como es bien sabido, cada año me presento en Madrid. Pues, así y todo, no acabo de acostumbrarme. Cada vez es como un triple salto mortal. Por conocimiento de la profesión, he salido serena al escenario; pero la procesión va por dentro, y las piernas te tiemblan, como de costumbre”, afirmaba. Hace años que Conchín, como la llamaban en familia, se bajó de los escenarios. Su última aparición pública tuvo lugar en marzo de 2017, cuando presentó su autobiografía, Yo misma, en la sede de la SGAE, en Madrid.

Concha Márquez Piquer y su marido, Ramiro Oliveros, en los premios Mayte de Teatro, el 1 de junio de 2006, en Madrid.
Concha Márquez Piquer y su marido, Ramiro Oliveros, en los premios Mayte de Teatro, el 1 de junio de 2006, en Madrid.Europa Press (Europa Press)

Piquer llevaba casi 40 años casada con el actor Ramiro Oliveros, con quien tenía una hija llamada Iris Amor, de 33 años. Pero fue su primer matrimonio el más conocido. Cuando tenía apenas 16 años, en 1962, se casó en Madrid con el torero Curro Romero, de quien se separó con gran ruido mediático dos décadas después, en 1979, para divorciarse definitivamente en 1982. Ese mismo año se casó, ya por lo civil, con Oliveros. Junto al torero tuvo a sus dos hijas mayores, Concha y Coral. La pequeña murió en un accidente de tráfico en Estados Unidos en 1986, cuando solo tenía 19 años.

Coral Romero Márquez era cantante, tocaba en un grupo incipiente llamado Avenida de Pasión y había acudido a EE UU para perfeccionar el inglés y aprender a cantar en aquel idioma. Aquel noviembre de 1986 Coral viajaba desde Nueva York hasta Nueva Orleans junto a dos amigos, un español estudiante en Harvard y una británica. Esta última conducía el coche, propiedad del chico. Mientras atravesaban Tennessee el vehículo derrapó por la lluvia, se salió de la calzada y dio varias vueltas de campana. Mientras que Romero Márquez falleció en el momento, los otros dos jóvenes solo sufrieron heridas leves.

Concha Márquez Piquer trató de ser una continuadora de su madre, pero no logró alcanzar el brillo de la que fue gran estrella de la copla española. Le hizo multitud de homenajes e incluso llegó a escribir un libro sobre ella, Así era mi madre: biografía de Doña Concha Piquer, que publicó en 2015. Si el entierro de aquella, en diciembre de 1990, fue multitudinario y las crónicas de la época recogen que más de 600 personas esperaban la salida del féretro de la cantante (que llevaba 30 coronas de flores) a la puerta de su casa, en la Gran Vía de Madrid, la despedida de Márquez Piquer será mucho más discreta e íntima, como lo fue ella misma.

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Sobre la firma

María Porcel
Es corresponsal en Los Ángeles (California), donde vive en y escribe sobre Hollywood y sus rutilantes estrellas. En Madrid ha coordinado la sección de Gente y Estilo de Vida. Licenciada en Periodismo y Comunicación Audiovisual, Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS, lleva más de una década vinculada a Prisa, pasando por Cadena Ser, SModa y ElHuffPost.

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