Enrique de Inglaterra, sobre su padre: “Me dejó de coger el teléfono, está atrapado”

En su conversación con Oprah Winfrey, Enrique de Inglaterra abordó el momento en que se encuentra la relación con su padre, Carlos de Inglaterra, por el que dice sentir “compasión”. Durante la entrevista emitida el domingo por la noche en la cadena estadounidense CBS, el nieto de Isabel II aseguró que siempre le querrá, pero también reconoce que, entre ellos, queda “mucho que resolver”. El príncipe de Gales jugó de cara a la opinión pública un papel conciliador tras la llegada de Meghan Markle a la familia real británica, tuvo varios gestos hacia la pareja e incluso, rompiendo todos los protocolos, acompañó a la exactriz al altar el día de su boda ante la ausencia de su progenitor. Pero, según ha revelado ahora Enrique, la realidad era otra y sigue siéndolo. “Me dejó de coger el teléfono, está atrapado”.

“Me siento realmente decepcionado porque él ha pasado por algo similar, sabe cómo duele y Archie es su nieto”. Enrique de Inglaterra hacía con sus declaraciones una clara referencia a la soledad y el desapego familiar que su padre vivió siendo joven y también cómo tuvo que luchar para poder casarse con Camila, su amor de juventud al que tuvo que renunciar por un matrimonio de conveniencia con Diana Spencer. Pero tras esta afirmación tan rotunda añadió: “Al mismo tiempo, siempre le querré. Pero hay mucho dolor, y arreglar esa relación seguirá siendo una de mis prioridades”.

El duque de Sussex asegura que el sentimiento que prevalece cuando piensa en el príncipe Carlos y en su hermano Guillermo es de “una enorme compasión”, tal y como ha explicado a Oprah. “Mi padre y mi hermano están atrapados”, ha asegurado. “Ellos no pueden irse”. Y dice que sabe bien lo que implica sentirse así. “Yo también estaba atrapado. No veía una salida. ¿Sabes? Estaba atrapado, pero no sabía que lo estaba”, ha reflexionado. Algo que cambió cuando conoció a Meghan Markle y decidió iniciar una relación con ella. “Nuestros mundos chocaron de la manera más asombrosa”.

Carlos y Enrique siempre han mantenido una compleja relación por sus personalidades tan diferentes. El nieto de Isabel II siempre fue un joven rebelde dispuesto a romper las normas de palacio y un niño que sufrió como nadie la muerte de su madre. Él mismo ha contado que durante muchos años no pudo afrontar su marcha, lo que le llevó a sentirse perdido, hasta que tras regresar de Afganistán se enfrentó a sus demonios y comenzó a realizar terapia. Desde entonces no solo habla de su madre con frecuencia en público, sino que no cesa de realizarle continuos homenajes a través de sus tareas solidarias o en gestos más familiares. El día en que Meghan y él anunciaron que iban a ser padres por segunda vez fue el mismo que Diana de Gales escogió para desvelar que Enrique estaba en camino.

Enrique de Inglaterra desveló además en la entrevista que desde enero de 2020 no reciben ninguna ayuda económica de su padre, al contrario de lo que habían recogido varios medios británicos en los últimos meses. “Desde que nos fuimos a Canadá somos totalmente independientes. Hemos podido empezar esta nueva etapa gracias a la herencia que recibí de mi madre”. En los últimos meses, los duques de Sussex han firmado importantes contratos en Estados Unidos, los más cuantiosos con Netflix y Spotify. Además han intervenido como conferenciantes y han puesto en marcha un podcast (un programa de audio accesible en internet).

Ahora, los Sussex se mueven de forma distinta: no hay una agenda que les defina, deciden ellos mismos junto a un equipo de relaciones públicas, que no de ayudantes de palacio, las televisiones o los actos públicos en los que participan y eligen el vestuario que les apetece lucir. Fue el caso en su aparición en el programa de Corden —entrevista emitida días antes de la ofrecida a Oprah—, al que acudieron con unos pantalones vaqueros y un polo, prendas impensables como representantes de la realeza.