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Georgina Rodríguez, de novia de Cristiano Ronaldo a próspera empresaria

La pareja del futbolista portugués crea una línea deportiva que agota sus chándales de 100 euros en solo unas horas

Georgina Rodríguez, con uno de los chándales de su línea Om By Gio.
Georgina Rodríguez, con uno de los chándales de su línea Om By Gio.Instagram

Un gran cartel donde se lee “Sold Out” (Agotado) es lo primero que se ve al entrar en la nueva web de ropa de la hasta ahora celebridad —quizá a partir de ahora también hay que denominarla empresaria— Georgina Rodríguez. La novia del futbolista Cristiano Ronaldo anuncia con esas palabras que la primera colección de moda que ha sacado ha volado de las virtuales estanterías, pero también que pronto habrá más.

Fue a finales de enero cuando Rodríguez, que se presenta como modelo, dio a conocer que preparaba el lanzamiento de Om By G, su primera marca. También entonces creó un perfil de Instagram para la misma, que en apenas tres semanas y con solo 18 publicaciones ya cuenta con 23.000 seguidores. El viernes 12 ya se podía acceder a la compra, o al menos a la petición previa de las prendas, y el lunes 15 anunció que se habían agotado.

La cuestión es que se desconoce cómo es la colección, cuántos diseños tiene y sobre todo cuántas piezas forman la tirada de estos chándales de pantalón holgado y sudadera con capucha en color rojo, si son 20 o son 20.000. Para poder entrar simplemente a ver o a mirar los precios de las prendas hay que introducir el nombre y el correo electrónico, lo que permitirá a Rodríguez lograr una buena base de datos, aunque sea solo por la curiosidad que suscita el lanzamiento.

El coste de cada pieza ronda los 100 euros, algo que encaja dentro del precio de una colección deportiva de lujo. Y así es como la quiere vender Rodríguez, con un look muy californiano, que recuerda incluso a Paris Hilton o a las hermanas Kardashian, con ropas deportivas de alta gama, bolsos exclusivos y un maquillaje trabajadísimo y muy marcado.

Rodríguez ha sabido en qué apostar, donde poner su imagen y su dinero: en una marca de ropa deportiva, tendencia absoluta de la moda pandémica, fácil de llevar y de vender, pero con el toque de lujo que ella y su pareja siempre persiguen. Un negocio del que poco se sabe (proveedores, tiradas, precios, puntos de venta), pero al que ese toque de misterio le da más empuje si cabe. Una técnica de promoción que Rodríguez ha aprendido sin duda del mejor maestro: su novio que, rodeado de un equipo experto, sabe también dónde colocar su dinero. Desde hace más de una década Cristiano Ronaldo, de 36 años, ha invertido en implantes capilares, hoteles y gimnasios, y tiene sus propias líneas de perfume y de ropa. Cada marca que publicita en su perfil de Instagram, ya sea de cuidado de cabello o de clínicas privadas, le hace ganar 350.000 euros. Los datos de 2018 afirman que el exfutbolista del Real Madrid y ahora del Juventus de Turín ganó en el año 2018 hasta 92,3 millones de euros, de ellos 52,1 en salarios y premios y 40 en contratos publicitarios.

Georgina Rodríguez está dispuesta a seguir esos pasos y a tener sus propios y jugosos ingresos. Lo hace promocionando, sobre todo a través de su perfil de Instagram, firmas de ropa, en su mayoría, ya sea de marcas de prendas deportivas, lencería o de trajes de baño, pero también de colchones o de suplementos alimenticios. También demuestra de cuando en cuando su vertiente solidaria, como la colaboración que hizo la pasada Navidad con la fundación Nuevo Futuro, que ayuda a niños y jóvenes sin hogar.

La inicial timidez de Rodríguez, que casi jugaba al escondite con la prensa cuando se empezó a conocer su relación con el futbolista, está ya más que superada. Es habitual verla protagonizar editoriales de revistas de moda, portadas y hasta conceder entrevistas. De hecho, hace un año actuó en el Festival de Sanremo, una de las citas musicales más famosas de Italia, donde además de hacer las labores de presentadora se lanzó a bailar un tango, poniendo en valor la formación musical de su infancia, y también se paseó por el Festival de cine de Venecia —previo patrocino de una marca de moda, eso sí—. Sin embargo, en España no se prodiga en grandes formatos televisivos, de ahí que su intención de convertirse en estrella quedara demostrada a finales de 2020, cuando participó de forma sorprendente en el concurso de cantantes enmascarados Mask Singer, de Antena 3. Ahí es cuando dejó claro que quiere convertirse en un rostro popular en su país natal. Habrá que esperar para saber si también consigue colocar sus chándales de más de 100 euros en el mercado patrio.

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