El primer traspiés de Rihanna en los negocios: cierra Fenty
La artista, que ha abandonado casi por completo los escenarios, pone en pausa la línea de ropa que creó con el conglomerado de lujo LVMH hace menos de dos años
Hace tiempo que Rihanna, de 32 años, es mucho más que una cantante: es una empresaria centrada en sus muy fructíferos negocios de moda, belleza y cuidado de la piel. Sin embargo, la crisis sanitaria, convertida a su vez en una crisis económica, también parece haberle pasado factura a la de Barbados, con una fortuna estimada por la revista Forbes en 600 millones de dólares (unos 500 millones de euros). La cantante se ha visto obligada a cerrar su firma de moda Fenty, una de las patas de su negocio. Por tanto, ahora se centrará en Fenty Beauty (de belleza), Fenty Skin (cuidado de la piel) y Savage x Fenty (lencería).
La firma fue creada con gran expectación hace algo menos de dos años, en mayo de 2019, y su desaparición la ha anunciado el socio capitalista de la cantante, LVMH. Hacía casi seis años que el conglomerado de lujo francés no cerraba una línea de moda, en ese caso la segunda de Marc Jacobs (Marc by Marc Jacobs). Por el momento, han dicho, suspenden su colaboración. Lo han explicado en un comunicado que ha publicado en exclusiva el medio especializado en industria de la moda WWD: “Rihanna y LVMH han tomado la decisión conjunta de poner en pausa la actividad de su línea de moda diaria, con sede en Europa, a la espera de mejores condiciones”. El medio afirma que en la oficina de París de la marca solo quedará un puñado de empleados para cerrar las operaciones restantes.
Este es el primer cierre al que se enfrenta Rihanna entre sus exitosas líneas de consumo. De hecho, la última colección que lanzó fue el 20 de noviembre, y desde el 1 de enero el perfil de Instagram de Fenty permanece inactivo. WWD calcula que la actividad cesará a finales de febrero o principios de marzo. La mayor parte de sus ventas eran por Internet, aunque Fenty llegó a tener puntos de venta en algunas galerías de moda europeas de calibre.
Por el momento, el resto de las firmas de Rihanna sobrevive holgadamente. De hecho, la de lencería acaba de obtener el respaldo de un fondo de inversión que ha colocado en ella 95 millones de euros. Este fondo, L Catterton, también está vinculado a LVMH, lo que demuestra que la relación entre la artista y el mayor conglomerado de lujo del planeta (que tiene en su haber firmas como Louis Vuitton, Christian Dior, Loewe, Givenchy, Bulgari o Sephora) no se ha roto.
La unión de Rihanna y LVMH rompió moldes cuando se dio a conocer hace dos años. Entonces la artista se convirtió en la primera mujer que dirigía una casa propia dentro de LVMH y en la primera diseñadora negra al frente de una marca del conglomerado. Entonces, esa unión supuso todo un cambio de paradigma. Como dijo la editora de moda de The New York Times, Vanessa Friedman, Fenty era “la primera marca de la era de Instagram apoyada por uno de los tres grandes grupos que han definido hasta ahora la era del lujo”.
Por el momento no se sabe cómo afectará este varapalo profesional a Rihanna y a su fortuna. La empresaria fue considerada en verano de 2019 como la artista musical más rica del mundo, pero también lo es como una de las mujeres más ricas y poderosas del mundo hechas a sí misma: en un listado de las 100 más importantes de esa categoría realizado por Forbes, ella ocupa el puesto 22.
La música está apartada de su vida desde hace mucho. Aunque gracias a éxitos como Umbrella (2007) o Diamonds (2012) ha vendido más de 280 millones de discos (más que Celine Dion o Mariah Carey), su último disco, Anti, salió hace ya más de cinco años. La cantante está centrada en su vida personal y empresarial; de hecho, en noviembre de 2019 anunció que paraba y se tomaba un descanso. En lo que sí sigue trabajando es en su faceta filantrópica, que se ha disparado con causas como la lucha contra el coronavirus o el movimiento Black Live Matters. El pasado junio Rihanna anunció una donación junto a Jack Dorsey, fundador de Twitter, de 15 millones de dólares (13,7 millones de euros) a asociaciones que ayudaban a luchar contra la enfermedad mental, especialmente en tiempos de pandemia. Ya en marzo cedió cinco millones de dólares (4,5 millones de euros) desde su fundación para, sobre todo, ayudar a los sanitarios con equipamiento y protección.
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