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El momento redondo de Elena Rivera: tres series y un título universitario

La actriz, que creció como Karina en ‘Cuéntame’, vivió el vértigo de dejar ese papel pero ahora ha consolidado su carrera y su vida personal tras nueve años de noviazgo

Elena Rivera, en la Academia de Cine en enero de 2019.
Elena Rivera, en la Academia de Cine en enero de 2019.Antonio Quilez_0711/2019 (Cordon)

Eduardo Noriega le comentó un día a Elena Rivera (Zaragoza, 1992) durante la grabación de la serie Inés del alma mía: “Se nota que desde niña estás en rodajes y que controlas una barbaridad. Es un gusto”. La actriz saltó a la fama con solo 13 años, cuando debutó en Cuéntame cómo pasó, donde dio vida durante más de una década a Karina, la eterna novia de Carlitos Alcántara. Aquella etapa en la que España la vio crecer se cerró en 2018 y desde entonces ha encadenado trabajos en teatro y televisión. Pero sin duda 2020 ha sido su año: ha estrenado Inés del alma mía, ha terminado de grabar la serie Alba y actualmente se encuentra inmersa en el rodaje de Los herederos de la tierra, la novela de Ildefonso Falcones que continúa la historia de La catedral del mar.

Su agenda en los últimos meses ha estado desbordada. “Justo me lo decía una amiga íntima: ‘Parece que ha tenido que venir la pandemia para que estés sin parar de trabajar”, cuenta por teléfono la intérprete, que se siente muy afortunada y agradecida, pues es consciente de que el sector cultural no atraviesa su mejor momento. El confinamiento le sirvió para descansar, pero como es un poco hiperactiva aprovechó para redactar el trabajo final de la carrera de Magisterio en Educación Infantil tras siete años de estudios. Ya graduada no se plantea por el momento seguir por la vía de la enseñanza, pero obtener el título le ha servido para moverse en otros círculos: “Me gustaba estar un día grabando entre cámaras y focos y al poquito rato, cuando terminaba, que me llevaran a la universidad a exponer un trabajo o hacer un examen”.

La infancia de Rivera transcurrió en escenarios y platós de televisión además de en un AVE entre Madrid y Zaragoza. Cuando tenía seis años participó en Menudas estrellas, programa presentado por Bertín Osborne. Con las puntas del pelo onduladas, algunos dientes de leche caídos y su gran seguridad pese a tan corta edad conquistó al jurado gracias a su imitación de Paloma San Basilio y llegó hasta la final del concurso. “Es más grande el micro que yo”, cuenta entre risas al recordar el vídeo de una de sus actuaciones.

En su casa se escuchaba mucho a la cantante de temas como Juntos y Beso a beso… dulcemente, pero Rivera es la única de su familia que ha salido artista. “Mis padres me dicen siempre muy asombrados que no saben cómo soy capaz de subirme al escenario en el teatro. Para eso son totalmente diferentes a mí”, comenta sobre unos progenitores que siempre han estado detrás apoyándola, pero con la condición de que atendiera también a sus estudios cuando era una niña.

La actriz aprendió desde pequeña a organizarse y se considera una persona muy perfeccionista —”hay veces que demasiado”, opina riéndose tímidamente—, algo que le ayuda a preparar los papeles con tesón. Para Inés del alma mía leyó y releyó el libro de Isabel Allende y para Los herederos de la tierra ha vuelto a visionar la serie La catedral del mar, adaptación de la novela escrita por Ildefonso Falcones. “Pero me gusta también dejarme llevar en el rodaje, lo que luego te va aportando el director, el actor que tienes enfrente mirándole a los ojos… Un poco que vaya todo fluyendo”, aclara la intérprete. En una de las ficciones comparte escenas con Eduardo Noriega y en la otra, con Yon González. Asegura que con ambos ha congeniado muy bien, pero todavía no ha encontrado a ningún actor con el que conecte al mismo nivel que con Ricardo Gómez, su compañero en Cuéntame cómo pasó. “Con Ricardo va mucho más allá porque han sido muchos años creciendo juntos, de ir descubriendo que esta profesión era lo que amábamos. Nos hemos apoyado en los buenos y malos momentos y siempre estamos ahí”.

De esa complicidad que existe entre ellos nace el propósito de trabajar de nuevo juntos, aunque les apetece más regresar como pareja profesional en teatro. De lo que no están tan seguros es de retomar la serie que los catapultó a la fama porque para Rivera el final de sus personajes en la trama “fue redondo y muy bonito”. Si los productores les propusieran volver, ambos tienen pactado hablarlo previamente para ir juntos de la mano.

Abandonar la comodidad y la seguridad que le proporcionaba Cuéntame le dio vértigo en un principio, pero la aventura también era emocionante. Transcurridos dos años, se ha visto capaz de hacer cosas que creía imposibles: “Todo son retos y hay que afrontarlos con ilusión, con muchas ganas y dejándose la piel”. Un verdadero desafío fue rodar este verano la escena de una violación grupal para Alba, serie de Atresmedia que narra la lucha de una joven contra sus agresores.

La actriz decidió compartir en redes sociales sus percepciones tras aquella jornada con el fin de concienciar sobre este asunto: “Fue un poco agobiante solo imaginarme la realidad de esto. Cuando llegué a casa tenía el estómago revuelto todavía de pensar que existen este tipo de personas”. Considera que todo el mundo debería ser feminista, aunque insiste en no mencionar a determinadas formaciones políticas. “Soy partidaria de no dar la opinión de cara a un partido u otro, pero sí doy mi opinión de lo que creo que es el sentido común”, zanja amablemente.

Cuando llegue el momento de promocionar Alba coincidirá con su pareja, David Redondo, actual jefe de prensa de Atresmedia, al que conoció en una entrevista. Después de nueve años de noviazgo no han vuelto a repetir como entrevistada y entrevistador. Mantienen una relación discreta, pero tampoco la ocultan pues publican instantáneas juntos en las redes sociales y la actriz habla de él con absoluta normalidad. Sin embargo, Rivera señala que las primeras veces que los paparazis le tomaron fotos con él no le agradó demasiado porque “te las hacen sin que te enteres”. Ahora no le da mayor importancia. Sabe que es un personaje público, al que reconocen incluso en el extranjero, y dice bromeando: “Por lo menos me han pillado mona”.

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