La modelo Halima Aden deja la moda por sus creencias religiosas
La supermodelo somalí-estadounidense, que fue la primera en desfilar con el hiyab en Milán y Nueva York y posar en ‘burkini’ para ‘Sports Illustrated’, ha sido un referente para las mujeres musulmanas
Fue la primera en desfilar con hiyab y la primera en protagonizar la portada de la revista Sports Illustrated vestida con un burkini. Ahora, con solo 23 años, Halima Aden, ha anunciado que deja la moda y se retira de las pasarelas. La modelo somalí-estadounidense que se aupó como un referente entre las mujeres musulmanas ha decidido dar un paso atrás en su profesión después de que la pandemia le haya permitido ver que en este tiempo ha habido momentos en los que la moda no ha respetado sus creencias religiosas.
Así lo ha contado ella misma en varias stories de Instagram, donde explica que finalmente ha escuchado las súplicas de su madre que le han “abierto los ojos”. “Mi mama me pidió que dejara de desfilar hace mucho tiempo. Ojalá no hubiera estado a la defensiva con ella. Gracias a la covid y a la ruptura de la industria, finalmente me he dado cuenta de dónde me equivoqué en mi viaje con el hiyab”, escribe en uno de sus mensajes.
Aden ha hecho un recorrido por su breve pero reseñable carrera en la industria a través de varias imágenes, donde ha compartido gratos momentos pero también ha hecho hincapié en aquellos que le llevaron a dudar y a darse cuenta finalmente de que había dejado a un lado lo que de verdad le importaba: sus creencias religiosas. “Podrían llamarme mañana y ni siquiera por 10 millones de dólares me arriesgaría a comprometer mi hiyab nunca más”, ha escrito, prometiendo no volver a participar en desfiles de pasarela ni viajar durante las semanas de la moda. También ha expresado su pesar por campañas específicas en las que participó, incluida la promoción 2017 de American Eagle “¿Por qué les permití ponerme jeans cuando en ese momento solo había usado faldas y vestidos largos?”. Y ha añadido: “Estaba tan desesperada en ese entonces por cualquier representación que perdí el contacto con quien era”.
En ese mismo año, durante una sesión de fotos de la revista Glamour, la modelo lució emocionada su hiyab decorada con tela verde y plumas. Algo de lo que ahora se arrepiente. “Regresé a mi habitación del hotel y lloré después de esta sesión porque en el fondo sabía que no era así. Pero estaba demasiado asustada para hablar”, ha contado. También ha recordado otra sesión con un pañuelo en la cabeza con cristales incrustados: “Debería haberme ido el set porque claramente el estilista no tenía en mente a una mujer con hiyab”.
“También es una lucha muy difícil cuando eres la primera en hacer algo”, ha insistido la modelo en su Instagram. Halima Aden es hija de padres somalíes que huyeron de la guerra en su país, y nació en un campo de refugiados en Kenia. La familia recibió asilo en Estados Unidos cuando ella tenía siete años, y acabaron recalando en St. Cloud (Minnesota), la ciudad que todavía considera su hogar. Al terminar el instituto (donde fue la primera musulmana con hiyab en ser nombrada ‘reina del baile’), en 2016 se presentó al concurso de belleza Miss Minnesota. Hasta entonces, ninguna chica había participado en él con pañuelo y burkini. Aunque no ganó, el certamen le sirvió para que Carine Roitfeld se fijara en ella y la incluyera en el que fue su primer editorial de moda, con Mario Sorrenti tras el objetivo.
La musulmana también rompió moldes al firmar con IMG, la poderosa agencia que representa a Gisele Bündchen, las hermanas Hadid o Karlie Kloss (negoció con ellos condiciones como no vestir nada que revelase piel o tener su propio cubículo para cambiarse de ropa). Y lo mismo en las pasarelas. Hizo su debut en 2017 para Yeezy, la firma de Kanye West, que sería el primer desfile de muchos. También ha hecho publicidad, con campañas de Nike o Fenty Beauty de Rihanna; y ha aparecido en revistas de moda Allure, Vogue Arabia, el Vogue y el Elle británicos o Paper. En todas posando siempre con hiyab.
“Solo puedo culparme a mí misma por preocuparme más por las oportunidades que por lo que realmente estaba en juego”, ha continuado Halima en sus mensajes en Instagram. Aunque es ella la que asume toda la responsabilidad de haber aceptado muchas cosas de las que ahora se arrepiente, la modelo sí pone el foco en la falta de inclusión dentro del sector. “Lo que sí culpo a la industria es de la falta de estilistas musulmanas”, ha resaltado con varias imágenes en las que muestra cómo algunas marcas la convencieron para llevar estilismos lejos de la inclusividad que ella quería representar. “No tuve a nadie antes que yo allanando el camino, así que los errores son parte de la experiencia de aprendizaje”, ha insistido antes de su despedida: “Lo hice bien, pero no es suficiente. Debemos tener estas conversaciones para cambiar el sistema de verdad”.
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