Jason Momoa confiesa que estuvo “completamente endeudado” después de participar en ‘Juego de tronos’

Es difícil imaginar al contundente protagonista de Aquaman confesando que no puede pagar sus facturas, pero así ha ocurrido esta misma semana cuando Jason Momoa ha desvelado en una entrevista con InStyle que eso fue lo que le ocurrió después de encarnar a Khal Drogo, el esposo de Daenerys Targaryen –personaje interpretado por Emilia Clarke– en la primera temporada de la exitosa serie Juego de tronos. “Quiero decir que nos moríamos de hambre después de Juego de tronos. No podía conseguir trabajo. Es muy difícil tener niños pequeños y estar completamente endeudado”, ha manifestado el actor sobre la época que siguió a su participación en la serie que acabó con su asesinato en la ficción en 2011.

El actor nacido en Honolulu hace 41 años es ahora uno de los mejores pagados del mundo, pero en aquel momento reconoce que le costó pagar las cuentas de la casa de Los Ángeles que comparte con su esposa, Lisa Bonet y sus dos hijos, Lola Iolani, de 13 años y Nakoa-Wof Manakauapo Namakaeha, de 11.

No es la primera vez que habla sobre esta época de apuros económicos, en mayo de 2019 ya contó que durante un descanso en el rodaje de Juego de tronos estaba tan arruinado que no tenía dinero para coger un avión y volar de regreso a casa, lo que motivó que él y un amigo alquilaran una furgoneta en Belfast –donde en aquellos momentos se grababan escenas de la serie– y recorrieran “la hermosa y sorprendente Irlanda en busca de la mejor pinta de Guinness”.

El panorama no cambió hasta que le sonrió la suerte y consiguió en 2016 el papel de Aquaman en Batman v Superman: El amanecer de la justicia. Un personaje de superhéroe que le llevó a ser uno de los protagonistas de la película La liga de la justicia en 2017 y tener su propio film encarnando el mismo personaje en Aquaman, en 2018. Ahora reconoce que aún se siente como “un niño enloquecido” que no termina de creerse cómo ha cambiado su vida y los derroteros que ha tomado su carrera. Este mismo verano reconoció que cuando vio el tráiler de Dune, la película de ficción que se estrenará en 2021 pensó: “Allí estaba con Josh Brolin, Javier Bardem y yo pensaba: ’Dios mío, no puedo creer que mi nombre esté al lado del de esos actores”.

En la misma entrevista el actor también habló sobre la paternidad y como quiere ser un padre presente para sus hijos. Él, que creció sin una figura paterna en casa, reconoció que no “sabía lo que se necesita para ser padre”, y afirmó que no quiere imponer sus decisiones a sus hijos: “Realmente quiero conectar con ellos, quiero mostrarme vulnerable y abierto”. Sobre el tema de la vulnerabilidad también manifestó que puede ser “un guerrero”, pero también desea poder decir: “Tengo muchos problemas y quiero corregirlos”. A lo que añadió que todos tenemos un lado femenino y uno masculino y “necesitamos abrazar ambos”.

Momoa está casado con Lisa Bonet, con quien se dio el “sí, quiero” en una boda secreta en 2017. Veía así un sueño cumplido cuando a los ocho años y señalando al televisor le dijo a su madre: “Mami, quiero a esa chica”. Y esa chica no era otra que Bonet que con 20 años era una de las actrices de La hora de Bill Cosby. La pareja se conoció en 2005 en un club de jazz a través de unos amigos en común e inmediatamente saltaron las chispas. Aunque Momoa no confesó su amor infantil a su esposa hasta que tuvieron hijos. Bonet ya venía de una relación anterior con el cantante Lenny Kravitz, con quien tuvo a Zoë, de 30 años, y del que se divorció en 1993. Pero la relación entre el nuevo matrimonio y el exmarido de la actriz es bastante buena, según desveló Kravitz a The Times. Ambas familias guardan una gran amistad, la cual demuestran en redes sociales. El cantante decía esto de Momoa: “Es como un hermano para mí”. El tipo duro que interpreta en pantalla se convierte en cordero en la vida real si hace falta y el actor aprovecha su creciente fama para ayudar en causas benéficas, sobre todo en las relacionadas con el medioambiente.