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Stella del Carmen revela cómo aprendió a vivir bajo la sombra de la fama de sus padres

La hija de Antonio Banderas y Melanie Griffith, que se considera afortunada pero lamenta que nunca podrá disfrutar del anonimato, relata su infancia y adolescencia marcadas por la popularidad de su familia

Antonio Banderas junto a su novia, Nicole Kimpel, y a la derecha su hija Stella del Carmen.
Antonio Banderas junto a su novia, Nicole Kimpel, y a la derecha su hija Stella del Carmen.Jordan Strauss (Jordan Strauss/Invision/AP)
El País

Llevar apellidos famosos no siempre reporta felicidad. Al menos así lo considera la hija de 24 años de Antonio Banderas y Melanie Griffith en su última columna en la revista Vanity Fair, donde Stella del Carmen ha relatado cómo la popularidad de sus padres marcó su infancia y su adolescencia. La hermana de la también actriz Dakota Johnson reconoce que disfruta de una vida llena de oportunidades gracias a formar parte de una de las familias más célebres de Hollywood, de la que afirma sentirse muy agradecida, pero por otro lado lamenta que nunca podrá disfrutar del anonimato y de la intimidad de aquellos que nada tienen que ver con la fama, los focos y el cine.

A lo largo del recorrido de su nuevo escrito, Stella del Carmen relata que pudo crecer alejada de los medios de comunicación como una niña más, sin embargo fue durante su adolescencia cuando comenzó a sufrir el peso de la fama de sus padres. “Pude olvidarme por completo durante varios años, hasta que acabé el instituto y llegué a la universidad en una ciudad distinta y la primera frase que me decía todo el mundo era: ‘¿Tu padre es Antonio Banderas?’. O los cuchicheos a mis espaldas eran: '¡Su madre es Melanie Griffith!”, escribe la nieta de Tippi Hedren.

Stella del Carmen recuerda también una anécdota que le ocurrió en uno de los viajes más emocionantes que ha hecho en su vida. A raíz del divorcio de sus padres después de casi dos décadas juntos, Stella viajó con Antonio Banderas a Perú, donde recorrieron el camino inca hasta llegar a las ruinas de Machu Picchu pero que ni siquiera en el rincón más recóndito del mundo evitaron ser reconocidos. En esta aventura inolvidable, padre e hija pasaron días inmersos en un increíble entorno, que sirvió de reflexión y unión para ambos. “Nunca olvidaré cuando mi padre y yo nos fuimos cinco días a una excursión a Machu Picchu, en Perú, recorriendo entera la dificilísima ruta, y lo primero que vimos al llegar a la cumbre, no fue la antigua y bella ciudadela inca, sino a un señor con una cámara sacándonos fotos mientras yo lloraba después de hacer ese viaje juntos, lleno de emociones, en el que habíamos reforzado nuestra relación. De verdad que no es normal”.

No obstante, la hija de Banderas y Griffith afirma que pese a aprender a vivir con la fama de su familia, se considera una verdadera afortunada y admite que su vida es “un precioso regalo”. “Esto no lo cuento porque yo sea una desagradecida. Creo que me ha tocado aprender a experimentar las cosas con tranquilidad y a observar, más que a reaccionar. Sin duda, mi vida ha sido un precioso regalo y algo que jamás he tratado de dar por sentado, de ahí mi forma de ser, la encarnación misma de darle muchas vueltas a todo”.

“Los primeros años de mi vida los pasé viajando de rodaje en rodaje, llevo recorriendo el mundo desde que nací, he ido a colegios increíbles. […] He sido bendecida con un estilo de vida y unas oportunidades que la mayor parte de la gente no podrá experimentar”, cuenta quien a los 16 años, por ejemplo, tuvo el privilegio de conocer al que fuera presidente de Estados Unidos, Barack Obama, en su propia casa. Y, según sus palabras, si algo ha aprendido esta joven de 24 años que ha crecido rodeada de fama y popularidad es, precisamente, a no prejuzgar a los demás: “No podemos elegir las circunstancias en las que nacemos y no hay forma alguna de saber cómo es, realmente, la vida de los otros”.

Esta no es la primera vez que Stella del Carmen comparte un pedazo de su intimidad con el público. En julio, la hija del ganador de un Goya debutaba como columnista en la publicación española, donde explicaba cómo había sido para ella criarse en una familia bilingüe. No solo por el idioma, sino también por convivir con las distintas costumbres españolas y estadounidenses, con las tradiciones y recuerdos de ambos países. Su incursión en el mundo de las columnas permite conocer un poco más a la hija de Banderas que, aunque casi siempre ha sido vista acompañando a sus padres a rodajes o eventos, no busca el foco mediático. Estudiosa, reflexiva, interesada por la literatura y la poesía, quienes la conocen afirman que es una chica madura, muy unida a su madre y acostumbrada a convivir y a querer a una familia variopinta.

Melanie Griffith y Antonio Banderas en la graduación de su hija Stella del Carmen en junio de 2015.
Melanie Griffith y Antonio Banderas en la graduación de su hija Stella del Carmen en junio de 2015.CORDON PRESS

Pese a su desarrollo como escritora, la joven de los Banderas-Griffith no descarta seguir los pasos paternos y probar suerte en la interpretación, algo que reveló el propio Banderas hace un par de años. “Mi hija Stella está ahora estudiando Arte Dramático. Nos ha sorprendido a todos porque ella no quería estar delante de las cámaras y de repente quiere dar ese salto”, contó el actor a la revista ¡Hola! Hasta ese momento, estudiaba arte en la Universidad del Sur de California.

Una de las últimas apariciones públicas de Stella del Carmen fue el pasado febrero en Los Oscar, donde acompañó a Antonio Banderas que estaba nominado a mejor actor por Dolor y gloria, y a la pareja de este, Nicole Kimbel. Junto a su padre también se dejó ver hace ahora un año, en noviembre de 2019, en unos premios en Madrid en los que se le rendía homenaje al actor. El verano de ese mismo año ambos veranearon juntos en España y con ellos estuvo la actual pareja de la joven, Eli Meyer, hijo del vicepresidente de NBC Universal, Ronald Meyer. La pareja, que sale desde hace más de dos años, se instaló en La Gaviota, la casa que Antonio Banderas posee en la Costa del Sol y que vio crecer a la joven, quien nació a escasos metros, en el Hospital Costa del Sol de Marbella.

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